—JaeBum, ya lo trajeron hasta aquí.
—Me sorprende que lo atrapan tan fácil.
Se dirigieron al interior de esa fábrica abandonada. En el centro de esta, sentado en una silla, maniatado de pies y manos, con el rostro golpeado, estaba un chico casi inconsciente.
JaeBum rio, al verlo, era divertido encontrarlo así. Lo tomó del cabello, tirando fuertemente de este hacia atrás para verle la cara y que él pudiera verlo también.
—No tienes idea de cuánto me divierte esto, ¿realmente creíste que podías darme la espalda como si nada?
Le lanzó agua helada para mantenerlo consciente.
—Eres... un bastardo... tú y todos tus perros.
—¿Estás seguro de que el bastardo aquí soy yo y no tú?
—¿Por qué lo sería?
—Haz un poco de memoria, vienes de una familia rica, no te falta nada y aun así, estabas dispuesto a ganar ese dinero. Incluso violarlo a él para conseguirlo.
—Cállate...
—Y no solo eso, lo traicionaste, lo golpeaste y humillaste, ¿crees que te perdonará?
—¡Cállate!
—Te hacías llamar su amigo cuando ni siquiera sabías nada de él, lo mataste con tus palabras, él ya no confía en ti. Ahora dime, ¿quién es el bastardo aquí?
—No... yo no lo traicioné...no lo hice.
—Lo hiciste, no trates de negarlo.
Hizo una seña para que sus hombres lo golpearan.
Fueron tres minutos en los que no tuvo cómo defenderse.
—Hagamos un trato, te dejaré ir, sin embargo, tienes que hacer algo para mí; de lo contrario tu familia pagará las consecuencias.—le mostró la pantalla de su celular para que viera a sus padres casi en la misma situación que él.
—Maldito...—dijo con dificultad—Ellos no tienen nada que ver en esto.
—Aún no me respondes, acepta el trato, será tu única oportunidad para hacerlo. Si no lo haces ya sabes lo que pasará. Tú eliges Kim.
.
.
.—Te esperaré aquí.
—Hay unas bancas dentro, ¿por qué no te sientas ahí?
Hizo lo que le dije, de esa manera no iba a estar toda la mañana fuera.
Me jaló de mi corbata, quedando sentado en sus piernas. Faltaban quince minutos para entrar, por lo que había estudiantes en el patio.
—¿Interrumpimos algo?
Chan y SeungMin nos saludaron.
—¿Cómo está tu muñeca?—le pregunté a SeungMin levantándome.
—Estoy bien, pero tengo que estar tres meses con yeso.
—Lo siento, por mi culpa estás así.
—No te disculpes, después de todo nos salvaste, esto no es tan malo.
—Por cierto, hay algo que queremos decirles.
—¿Qué es?
—HyunJin y yo estamos saliendo.—dije rápido.
—¿Por qué estás tan nervioso? Ya te lo dije, lo que tú decidas para ser feliz depende de ti. Eso me alegra mucho.
Estuvimos hablando sobre como confundió a JiSung conmigo.
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You Saved Me When Nobody Else Did
أدب الهواةLee Félix fue traicionado y engañado por la persona en la que más confiaba. Caminaba con la mirada baja y la capucha sobre su cabeza para ocultar los golpes y heridas de su rostro. Lo había decidido, ya no lo soportaba más, acabaría con su vida tal...