Cruzando a penas un pie por aquel portal, me sentí en el gusanito de la feria, pero un poco más...cósmico.
Literalmente.
No se cuantas vueltas di, antes de caer sobre el frío suelo de un lugar desconocido.
Me levanté, con rapidez, mirando a quien estaba frente mí, el extraño hombre de hace un rato alejándose hacia una plataforma llena de pantallas.
Me sacudí el polvo que había llenado mis rodillas, mirando por primera vez dónde era que me encontraba.
Podía decir con certeza que era casi tétrico el ambiente, seco, obscuro, con a penas una tenue luminaria en naranja y rojo, parecía una de las casas del terror que ponían cerca de mi casa por día de muertos, barata, y "chafa".
Solo que esto era más tecnológico.
Por una parte, mi yo sensato, buscaba formas de escapar en caso de que el extraño hombre terminara siendo un asesino, o exterminador, o lo que sea.
Pero por otra parte... ¿COMO LOGRABA QUE SUS PANTALLAS FLOTARAN? ¿Holograma? ¿Luz sólida? Definitivamente estaba fascinada.
Carraspé, buscando atraer la atención del extraño, al menos para saber dónde chingados estaba parada.
- Eh...oye, preguntita, ¿Me puedes dar un recorrido?...un mapa quizá... ¿Algo que me sirva para ubicarme?
No obtuve más que un frío silencio, que me hizo cuestionarme el porqué seguí al wey.
- Eh, vato, ¿Du yu espiko espanish? Te estoy hablando güero, contesta.
Había hecho el mejor intento de un inglés decente que mi preparatoria de gobierno me había podido brindar, pero no parecía funcionar en lo absoluto.
Por mi mente cruzó la idea de lanzarle algo, pero bueno, apreciaba vivir, gracias.
Por la puerta entró una chica, con el cabello más bonito que había visto, obscuro, y extremadamente rizado, debía admitir que su traje tenía estilo, era más como un look de motociclista, y el cuero rojo vibrante brillaba por las tenues luces de la sala, dándole ese aire de potencia y rudeza.
- ¿Es la de la 5012?
Casi grito al escuchar de nuevo en inglés, estaba HARTA, ¿Será que me han secuestrado los gringos? Que pesadilla.
- Soy Jess, spiderwoman.
Mi mente carburaba al mil de mil, solo para traducir lo poco que ella hablaba conmigo, y al entender, quise decir "Yo también " con obviedad, pero sus palabras rápidas me interrumpieron.
- ¿Y bien? ¿Como se llama la nueva recluta?
Tenía más dudas que respuestas en este mismo instante, ¿Se dirigia a mi?, aplasté con suavidad el puente de mi nariz, exhausta, el hasta ahora extraño, me lanzó un aparato, que de inmediato se encendió, mostrando en la pantalla el número 5012. Lo acerqué a la muñeca, y este se abrió, aferrándose a mi brazo, con fuerza, pero extrañamente era cómodo, ligero, como hecho a la medida.
- Soy Valentina, mucho gusto, pero, una preguntita, ¿Alguno de ustedes habla españo, o voy a tener que instalar duolingo?
Casi me da el soponcio al momento en que una luz vibrante salió de mi nueva adquisición, formando una bolita dorada, que de inmediato se convirtió en un cuerpo, chiquito, de una mujer, que agitó sus manos en un "hola" silencioso.
Alejé mi brazo, como si pudiera librarme de él, dando un respingo cuando aquello empezó a hablar.
- Miguel habla español, y gracias a mi programación, yo igual, bienvenida a la sociedad aracnida, Valentina, soy Layla.
Mi rostro era un poema, habia acercado más a mi el reloj, detallando al que parecia ser un holograma, pero era tan humanizado...¿Era a caso una persona real transmitiendo desde otro lugar?, estaba perdida en mi examen, hasta que aquel nombre llegó a mis oídos, mi pecho dolió por un instante, presente con mi ultimo recuerdo que por mas que lo intentaba, no podia alejar.
Al parecer ese era el nombre del enmascarado, ahora erguido frente a mí, ¿Será que era feo? ¿Porqué aún no se quitaba la mascara? Más importante, ¿Era latino?, Me había escuchado hacer el ridículo con el idioma y aún así no dijo nada.
- ¿Ella que es? ¿Un holograma? ¿Luz sólida?
Mientras apuntaba a la muy ofendida Lyla, me di cuenta de que también llevaba mi mascara puesta, por todo el alboroto y bueno, el "incidente" con la cuija mutante. Me regañé yo misma en la mente, tomando la iniciativa, deslizando la capucha por mi cabeza, hasta deshacerme de ella, y después, tirando de la tela blanquecina, liberé mi rostro de la máscara, respirando el aire frío del lugar.
Creo que si era más tétrico de lo que pensé al principio.
Alcé la vista, y en cuanto cruzamos miradas, las tres personas, o bueno, dos y media, me miraban, estupefactos.
Jess se cubría los labios, mirando a su compañero, como esperando algo, incluso la extraña mujer brillante, ahora sobre el hombro de Miguel, se había bajado los lentes, analizandome con la boca abierta.
¿Que hice? Me pregunté, dando un paso hacia atrás, siendo seguida por el de traje azúl, que daba dos hacia adelante, cortandome el paso.
- Miguel.
Murmuró Lyla, colocándose entre ambos, como tratando de evitar algo, aunque le fue imposible. Entonces, supe que el universo era un auténtico hijo de puta.
- Lyla, desactiva máscara.
Miré, estupefacta, como la que yo creía era tela, se desintegraba en un instante, agotando por completo, y en tan solo unos segundos, la poca estabilidad y cordura que me quedaba, pues a quien tenía frente a mí, yo lo consideraba muerto.
Mi corazón latía con fuerza deseoso de que me acercara, mientras mi cerebro, siendo más sensato, me gritaba "huye", haciéndome dudar, pegando mi espalda contra el frío metal de la pared, negando .
Era el, estaba segura, eran dolorosamente iguales, tanto que, al mirar sus ojos, mi mente los asociaba con los que antes me demostraban amor puro.
Escuchaba la voz de Jess, la única que hablaba, muy lejana, mientras Lyla se pasaba del reloj de Miguel, al mío, buscando llamar nuestra atención.
Tuve que tragar saliva, para mojar mi garganta, conectando una vez más mi mirada con la suya, susurrando con la voz entrecortada.
- ¿Mi amor? ....
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¡IHHHHHH! , agárrense como se agarran en los juegos de la feria, porque se viene, y sabroso.
Gracias a los poquitos que han votado, me animan a no dejar esto, dejen sus comentarios para saber si les gusta la historia!! Nos vemos pronto, raza 🇲🇽✨️
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Distancia Universal
AdventureOkey, banda, hagamos esto una última vez. Mi nombre es Valentina Palacios, fui mordida por una araña radioactiva durante una excursión, y desde hace 7 años, soy la única e inigualable, spiderwoman. O eso creía... Superé la universidad, me enamoré...