- Solo un minuto-

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Sabía que había sufrido un ataque de pánico, en realidad, no era la primera vez.

Los había experimentado en repetidas ocasiones después de la muerte de Miguel, pero nunca de esa magnitud...generalmente se desencadenaban por recuerdos dolorosos que no me dejaban en paz, así que, el ver el rostro de mi moreno fallecido..,bueno, si que fue un detonante.

Caminé por el lugar, sin rumbo fijo, pues en realidad no sabía a donde me llevaba cada camino, solo seguí el que se miraba más amigable, o menos tétrico.

Mis pies estaban descalzos, alguien me había quitado el traje, y ahora usaba una camiseta blanca y unos shorts, los cuales me quedaban demasiado grandes, la camiseta olía a alguien, algo como fresco, amaderado y suave, era lindo de sentir en realidad.

A la distancia, escuché una voz que murmuraba, y ya sin tenerle miedo a la muerte, crucé la puerta que me separaba de quien sea que estuviera ahí, esperando que al menos no fuera algo que me pusiera de patitas en el cielo.

Al cruzar el umbral de la puerta, pude ver lo que había en la habitación, esta siendo mucho más obscura que cualquiera de las anteriores, y a pesar de ser grande, en ella sólo estaba una cama, un par de repisas y un escritorio, que gracias a la pantalla holografica estaba algo iluminado de manera tenue.

Ahora que lo pienso, seguía teniendo curiosidad de cómo funcionaba eso.

Me acerqué a la cama, sintiendo las frías baldosas del suelo bajo mis pies, pudiendo ver entre una de las repisas una sola foto, en un marco de cristal.

La acerqué a mi, esforzándome en ver a través de la poca iluminación del lugar, y al distinguir quienes estaban en ella, mi corazón latió, desenfrenado.

- No deberías estar aquí.

Una voz resonó justo detrás de mi, a la vez en que mi sentido arácnido se encendía con fuerza, haciéndome tener la piel de gallina.

- Ay wey, ¡No espantes!

Grité por el respingo que me hizo dar, pues quien tenía detrás, era Miguel.

Al ver la foto en mi mano, su mirada cambió, ahora estaba llena de melancolía y dolor, mientras observaba
lo mismo que yo.

En el retrato, estábamos ambos, yo me miraba un poco más grande, quizá unos 24 o 25, tenía puesto el vestido de novia más precioso que hubiera visto antes, y a un lado de mi, un Miguel de traje, tan sonriente que la sola imagen irradiaba felicidad.

Ambos estábamos juntos, el abrazándomepor la cintura,y yo con un gran ramo de flores entre las manos, ambos mirando al otro a los ojos, reflejando amor intenso...

- Ella se miraba preciosa ese día, irradiaba luz a cada momento.

Le entregué la fotografía, sabía que era algo preciado para el hombre a mi lado, quién caminó unos pasos hasta alejarse y colocar en su lugar el preciado recuerdo.

- ¿Como fue?

Pregunté, esperando no ser demasiado directa en lo que preguntaba, pero en cambio, el solo me hizo un gesto para que me sentara en la cama, y así lo hice, seguida de él, que se sentó a mi lado.

- Ella murió un par de meses después de la boda, durante un altercado con un villano, la había puesto en un lugar seguro, o lo que yo creí que lo era...

Lyla, desde el reloj de Miguel, empezó a reproducir la secuencia de mi otra yo, cayendo junto con el edificio, siendo cortada la secuencia cuando el polvo no nos permitió ver más.

Miguel pasó saliva con fuerza, y yo no tuve el corazón para decir nada.

Yo lo entendía de una manera casi igual, las muertes de nuestros seres amados eran dolorosamente parecidas, y el estar ahora, cada uno junto al reflejo exacto de quienes habíamos perdido, bueno, era desconcertante.

Lyla me miró, como esperando autorización para algo, para lo que yo asentí.

Frente a nosotros rodó la imagen de Miguel y yo cuando nos comprometimos.

En casa, el era un poco más joven, y..alegre, nunca dejaba de sonreír, y de hacerme reír.

La imagen cambió en un instante, al momento exacto en que mi vida se cayó a pedazos junto con Alchemax, y después, reviví en carne propia como iba desenterrando de los escombros el cuerpo del amor de mi vida, abrazando su cuerpo inerte que no se volvería a levantar.

Sin poder evitarlo, mis ojos se habían llenado de lágrimas que me esforzaba en no derramar, y a penas en un hilo de voz, pude expresarme.

- En mi universo, eras un genio, aunque siempre me dejabas ganar en nuestras apuestas, y decías que yo era la más inteligente...

Una suave risa abandonó mis labios, mientras la primera lágrima corría por mis mejillas, la cual me apresuré a quitar.

- Lo amé como no tienes idea, y me culpo a cada momento por no haberlo salvado, con el, se fue mi alma, y me ha costado seguir aquí...

Miguel me miró, y sin decir ni una sola palabra, supe todo lo que me quería expresar.

Ambos entendíamos el dolor del otro, de una forma única, e hiriente que no nos atrevimos a expresar en voz alta.

Bajé un poco la mirada, pues cada vez que repasaba sus facciones, me atacaba la idea de que ellos fueran tan malditamente idénticos.

- Se que no eres el, Miguel, pero por favor...déjame hacerlo, solo un minuto

El asintió con la cabeza luego de un momento, dando aquel permiso silencioso para hacer lo que ambos necesitábamos.

Me lancé a sus brazos, siendo recibida calurosamente, y pronto sentí un par de brazos rodearme, apegandome a su pecho mientras yo recargaba mi cabeza en su hombro, cerrando los ojos, imaginando que por un momento me habían devuelto lo que tanto anhelaba.





Y sin saberlo, Miguel luchaba a su manera con el recuerdo, repitiéndose una y otra vez que a quien tenía en sus brazos, no era quien creía, que esa preciosa latina no le pertenecía, tal y como Jess le había repetido horas antes.

Sin embargo, para ambos, este momento desencadenó una necesidad que para todos sería un problema, pues sus corazones les gritaban a ambos que se quedarán juntos, mientras su instintos les rogaba por correr, alejarse para no sufrir más daño.

Valentina, entre los brazos de un extraño, se preguntó.

¿Como voy a escapar de esto?

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Ay dios!! ¿Como creen que será la dinámica de estos dos más adelante? ¿Desean que siga en este tiempo o que haga un pequeño salto a unos años después? Recuerden que estamos en un espacio tiempo en el que Miles aún no hace todo su desmadrito, así ustedes díganme.

Espero que les encante la historia, no olviden dejar su voto, que me motiva a seguir, y comentar lo que les gustó o lo que no, ¡Bye, raza! 🇲🇽✨️

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