fifteen

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La hora del almuerzo, ese pequeño espacio donde Darcy se encontraba aún más feliz que de costumbre. Luego de recueperarse de su resfriado, la rubia había regresado a clases con el apetito mucho más grande, devorando cualquier galleta o dulce que se aproximará a sus manos.

─Te lo digo en serio, no quiero escucharte hablar de Taylor Swift durante las siguientes dos horas─ Su amiga hablo mientras llenaba sus mejillas de comida, Tara solo la ignoro y prosiguió a explicar el motivo por el cual su diosa de cabello dorado había roto con nada ex novio.

Marianne estaba escuchando atentamente hasta que su teléfono vibró dentro de su bolsillo, de forma disimulada y esperando que la profesora no la descubriera, ella retiro el aparato. Para su sorpresa era un mensaje de Imogen, su corazón latio de prisa mientras desbloqueaba la pantalla.

<<Gracias por lo del otro día>>

Ella suspiro y tecleo con rapidez alguna respuesta, estaba nerviosa y tal vez aquello se notaba demasiado en su ahora sonrojado rostro.

<<No hay de que, Harry es un idiota>>

La rubia levantó la mirada para encontrarse con la ajena, la castaña le sonrió a la distancia, levantando su mano con timidez. Ella estaba perdida y sin notarlo acabo por recordar cuando había conocido a la chica, tan solo tres años atrás.

Ella apenas tenía trece años cuando conoció a Imogen, la chica era delgada y unos gruesos lentes decoraban su pálido rostro. El punto de mira para las burlas y críticas de sus compañeros.

─Si te defiendes nadie podrá meterse contigo.

Imogen retrocedió, escondiéndose detrás de la rubia mientras sus manos se aferraban a su chaqueta, aquel había estado siendo su escondite los últimos meses.

─Me da miedo, son más grandes.

Marianne reconsideró irse y enseñarle a la castaña lo que significaba defenderse ella misma, sin embargo algo se lo impedía. Tal vez se trataba de que Tara, su amor platónico, la estaba viendo o podía ser el hecho de que Imogen removía sus principios. Como si estuviera a punto de abandonar a un cachorro.

De aquella manera transcurrió el primer año de secundaria, para el segundo Imogen ya no era ella misma. Los lentes habían desaparecido, de igual manera los frenos y también el hecho de que no estaba detrás suyo. Imogen no la necesitaba más.

─Que gay se ve.

Darcy soltó y Elle tuvo que cubrir su boca para no reírse, Marianne regreso a la realidad, el almuerzo había terminado.

─¿De quién hablas?─ Con eso la rubia acabo por reírse en su cara, Marianne volteo los ojos y se abrazo al brazo de Tara, llorando falsamente para que su amiga regañara a su novia ─¿Ves como me trata?

De aquella forma la tarde de escapó de sus manos, las clases pasaron en un suspiro.

Mientras esperaba a su hermano fuera de la escuela fue capaz de ver cómo Ben se acercaba a grandes pasos, parecía que había peleado con alguien, tanto así que pasó por alto su presencia. Definitivamente lo agradecía, para ella lidiar con un chico como Ben implicaba demasiada paciencia.

─Hey...─ Una suave voz sonó a su lado, alegre y cantarina, Marianne volteo y sonrió tímidamente al ver a la dueña de aquel saludo ─¿Esperas a Nick?

─Sí, bueno, por ahora vivimos en la misma casa.

Imogen sonrió y tomo asiento a su lado, hamacando sus pies de atrás hacia delante, aquello no había cambiado en ella.

─Sé que puede resultar raro para ti, tal vez hasta te suene egoísta─ Marianne tuvo que contener el aire, su emoción parecía desarrollarse como pequeños corazones en el aire, todos de distintas formas y colores ─me gustaría pedirte un favor.

La rubia mordió el lado intento de su mejilla, volteando su rostro para ver a la chica, ¿qué iba a pedirle? Ella le diría que sí sin dudarlo.

─Puedes pedirme lo que quieras, intentaré ayudarte con lo que pueda.

Entonces sucedió, Imogen giro su rostro y ambas se observaron. Ojos azules encontrándose y algunas sonrisas tímidas, ¿era normal que su pecho latiera a esa velocidad?

─¿Puedes hablar de mí con Nick?

Crush, los corazón en el aire se fracturaron y cayeron en picada, Marianne tuvo que empujar el nudo que se había formado en su garganta, aguantando entonces la risa amarga que deseaba brotar de sus labios.

─¿Nicholas? ─ La chica asintió con rapidez, aunque en su rostro había cierta duda que pasó desapercibida para Anne ─Claro, aunque él no está interesado en nadie.

Como si sus palabra fueran el cuerno de Susan, Nicholas apareció junto a otro chico. La rubia se levantó de un brinco y sacudió su mano hacia Imogen, aprovechando la oportunidad de correr hacia su hermano, él no dudo en pasar su brazo sobre sus hombros y ella escondió sus lágrimas contra su hombro.

─¿Qué sucede Ann?

Ella negó y aferró sus manos al abrigo de su mellizo, viendo el auto de su madre llegar.

─Vamos a casa, solo quiero ir a casa.

Nick suspiro mientras enredaba sus dedos en el cabello de su hermana, sonriendo con timidez hacia Charlie. El chico sacudió su mano y ellos al fin estaban yendo al vehículo de su madre.

Las palabras sobraron entre ambos, Nick fue en la parte delantera del coche y Anne se refugio en sus auriculares. Tara tenía razón en algo y es que Taylor Swift tenía una canción para cada situación.








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¡Hola! ¿Qué tal?

Vine con otro capítulo, es un poco corto y aburrido, pero es necesario para la trama. Ahora comienza lo bueno.

AURORA Imogen HeaneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora