Ring, ring, ring. El despertador suena una y otra vez, la mesa de noche tiembla un poco cuando una pálida mano la golpea. Una melena rubia se agita bajo las mantas rosadas y solo un par de ladridos es capaz de sacarla de la cama, Nelly es la culpable y no muestra arrepentimiento de serlo.
─La próxima vez pídele a Nick que te saque a pasear, Nelly─ La cachorra vuelve a ladrar, "Tu también eres mi esclava, humana", Marianne agita la cabeza para borra la idea de que aquella fue la respuesta dada por su mascota.─Vamos, ve a despertar al grandulon.
Cuando se encuentra sola en la habitación, ella aprovecha la oportunidad de vestirse, poco dura el silencio en la casa cuando los quejidos de Nick llenan cada espacio. Nelly consiguió despertar a su hermano justo a tiempo para el desayuno.
─¿Tú le dijiste a Nelly que me despertara?─ El pelirrojo la cuestiona apenas ella pone un pie en la cocina, su madre sonríe al ver que se avecina una discusión absurda que acabará cuando ella amenace con hacerlos ir a pie a la escuela.
Nick respira profundo mientras prepara su café, de ese modo ha sido la última semana. Él se levanta temprano, prepara el café y le sonríe a la pantalla de su teléfono.
─Deberias ver tu cara de tonto, de seguro alguna chica bonita te escribe.
La sonrisa parece borrarse lentamente de sus labios y es entonces cuando Marianne comprende que Nick no esta cómodo con su comentario, no necesita que su hermano le expliqué la razón y mucho menos le cuestiona el porque su broma parece incomodarlo.
Con cuidado de no golpearlo, ella le lanza una caja de jugo y él le agradece el gesto con un pequeño levantamiento en las comisuras de sus labios.
─Vamos antes de que mamá nos haga ir a pie hasta la escuela, no soportaría ese sufrimiento otra vez─ Nick dice y la rubia asiente con la cabeza, tomando el brazo de su hermano mayor para ir juntos hasta el auto de su madre ─ Muchas gracias Anne.
Ella sonríe, no porque su hermano le agradezca. No porque tenga un día bueno, sino porque su hermano parece no haber olvidado aquel apodo que hacía años no usaba con ella.
─Para lo que necesites Nick.
De aquella forma comenzó la mañana del lunes, primer día de clases luego de las vacaciones de invierno, temporada en la cual su casa se ve llena y asfixiante. La chica lo relaciona con David, su hermano mayor y el causante de las inseguridades de su mellizo.
Al llegar a la escuela Nicholas se acerca con sus amigos, ella va detrás de él por costumbrismo, acomodándose a su lado para no tener que soportar a Harry, el chico de todas formas se acerca y es Imogen quien lo interrumpe sin notarlo.
La presencia del rubio se ve en segundo plano cuando Marianne logra ver una cabellera castaña acercarse, la chica sonríe y ella se ve haciendo lo mismo cuando nota las pequeñas marcas al rededor de los ojos ajenos. Imogen Heaney es seguramente la segunda o primera chica más linda de la escuela, su rival es Tara Jones y Marianne se ve a si misma cuestionando la lista de "bellezas Higgis", no porque ella crea que las chicas no son lindas, la realidad era que le parecía nefasto calificar a las personas.
─Nick... ─ La menor de los Nelson rodo los ojos cuando Imogen hablo, Nicholas parecía ser lo único que la castaña tenía en su diccionario, ¿no podía ver más lejos? El resto de la conversación no fue captada por su cerebro, en cambio aprovecho la oportunidad de escapar cuando Darcy cruzo frente a ella, como un ángel salvador.
Marianne se apresuro y tomó la mano de su mejor amiga, dejando a Harry con las palabras en la boca, una vez más había logrado evitar su invitación a una cita. Los homofobicos no iban con ella, mucho más si eran hombres.
─Tu ángel gay ya vino por ti cariño─ Darcy hablo mientras tiraba de su mano, casi que corriendo en dirección a la escuela, estar bajo amenaza de Tara no era sencillo y es que tan solo una llegada tarde más y ambas rubias acabarían en detención.
─Yo digo que quites la parte de ángel y solo dejes lo de gay.
Ella hablo y ambas acabaron por reír, llegando a la escuela antes de que los portones se cerraran y ellas acabaran nuevamente castigadas, no querían eso luego de haber descansado todo un mes.
Frente a su casillero estaba Tara, la de cabellos chinos no dudo en sonreír hacia ellas, señalando su reloj como una felicitación por llegar a tiempo.
Por mucho tiempo Marianne había creído que Tara y ella acabarían siendo familia, después de todo la chica había sido el primer enamoramiento real de Nick y también su primer beso, sin embargo lo veía muy lejano en la actualidad. Para comenzar sería extraño y también imposible, Tara solo tenía ojos para Darcy y Nick parecía no sentir nada por nadie.
─Pense que llegarían tarde, ya saben que si las castigan no pienso esperarlas, se los advierto con tiempo.
Darcy movió su boca, simulando hacer la burla a su novia, en cambio Marianne contuvo su risa mientras retiraba los libros del casillero. Aquella rutina matutina era su favorita, sus amigas y ella se conocían desde pequeñas y no era una sorpresa que fuesen inseparables.
─Todos sabemos que te quedarías por Darcy, ustedes solo me abandonan a mí─ La de cabello corto fingió indignarse, su mano fue a parar sobre su pecho aunque su acto duro poco cuando comenzó a reír, sin lugar a dudas Darcy no era buena para actuar seriedad─ Y no lo niegas, Tara de verdad rompes mi corazón.
Luego de su pequeño rencuentro pos vacaciones, las tres se dirigieron a su primera clase. Darcy y Tara tomaron asiento en la fila final, ella en cambio decidió sentarse junto a una chica que no conocía. Su cabello era largo y rizado, un par de lentes descansaban en el puente de su nariz y Marianne sin lugar a dudas la describió en su mente como una chica bonita. Parecía ser pacifica y al mismo tiempo estar asustada, como si algo de verdad le preocupara.
─¿Eres nueva?─ La pregunta broto de sus labios de forma natural, con aquello no deseaba incomodarla ni nada que se le asemejara, simplemente era una persona sociable por naturaleza. Su madre lo llamaba "el efecto Nelson" ya que Nick y ella eran iguales.
La chica a su lado dejo viajar su mirada por todo el salón, casi con temor a observarla, como si fuese a comerla viva por el simple hecho de compartir un mismo espacio.
─¿Se nota mucho?─ La rubia sonrió al oír el tono de su voz, era dulce y casi tan bajo para ser un murmullo. Ella asintió a su pregunta y aquello le robo una risa nerviosa a la chica nueva ─ Soy Elle Argent, me transfirieron desde Truham.
─Bueno, Elle, yo soy Marianne Nelson pero puedes decirme Anne.
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¡Hola! ¿Qué tal?
Al final me puse las pilas y traje el fanfic nuevo de Heartstopper, lo prometido es deuda, espero que les guste y lo apoyen mucho.
Sin más que decir les deseo un buen final de semana.
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AURORA Imogen Heaney
Fanfiction──── cuando nuestros corazones han hablado solo queda espacio para escucharlos, ignorarlo es el veneno que provoca el miedo. 𝒐𝒐. donde marianne siempre ha estado silenciosamente enamorada de un par de ojos celestes y una risa contagiosa. 𝒐𝒐. do...