El viaje de ambos hijos empezó, su padre no quizo qué perdieran más el tiempo, entre más pronto mejor fue lo que dijo el padre a sus hijos antes del viaje, ambos llevaban los hombres suficientes para su seguridad y por si requerirían de algo, al igual que el dinero suficiente y una extensión para poder sacar si hacía falta aun que debían justificar el motivo del retiro y para que fue usado.
En el pequeño pueblo no se hablaba de nada que no fuera de la nueva dueña de la hacienda, varios trabajadores fueron contratados, todos eran habitantes del pueblo por lo que estaban felices, hace mucho que el pueblo estaba en decadencia y esto, ayudaría a todo el pueblo.
La Joven OMEGA ahora era toda una mujer, muy bella y hermosa, ella cuidaba de su madre quien por los años se encontraba enferma por lo que ya no podía trabajar, sus abuelos murieron unos años atrás, fue un golpe muy fuerte para ella pero supo salir adelante y ser fuerte para su madre que ahora la necesitaba, como pudo aprendió lo esencial de ser un omega, en cada celo se iva a los prados altos para no ser olida al igual que descubrió una mezcla para cubrir su olor.
El celo era lo más doloroso en los últimos 2 años, pues su cuerpo ya pedía ser tomado y reclamado por un alfa, lo evitaba ya qué si era tomada su alfa la podría llevar lejos y su madre se quedaría sola, a si, que para evitar ser llevada se iva hasta que pasaba.
Los hermanos se despidieron en la pista antes de abordar los Jet, cada uno con rumbo distinto, el mayor se iría a Italia, un hermoso lugar con muchos viñedos y haciendas, un buen sitio, en su mente estaba demostrarle a su padre que la vida se equivoco y que el es un alfa, por otra parte la alfa se iría a Suiza donde las praderas y el campo sobraban, pensaba como encontrar a su omega en un pueblo, en un país a si.
Llego a la pista de un aeropuerto local, no había mucha civilización como pensó, la gente se miraba humilde pero buena, la miraban impresionados y más al percibir el olor imponente de la dama qué era claro que era alfa, las omegas del pueblo murmuraban entre ellas, querían ser la pareja de aquella mujer.
Coches no muy modernos, jente montada en caballos y una que otra carreta qué era arrastrada por mulas y llejuas era lo que se miraba, el auto qué la llevaría a su destino era moderno por lo que dejaba asombrado a todo aquel que lo miraba, son más que mirar se dirigio al lugar donde sería su hogar de ahora en adelante.
Una fila de jente formada fuera de aquella grande propiedad era lo que se apreciaba, un hombre a cargo la resibio presentándolos.
- señorita es un gusto tenerla con nosotros, esta gente es la que trabajará para usted de ahora en adelante - dijo el hombre no muy mayor.- qué vuelvan a su trabajo, qué me den los nombres de cada uno y sus ocupaciones - dijo antes de entrar.
- ya olleron a su trabajo, vamos a sus puestos - ordenó dispersando a todos.
Una casa no muy moderna pero linda y acogedora, era lo que la joven alfa miraba, muebles antiguos al igual que su decoración.
- su habitación ya esta lista, el despacho esta en esta parte baja por si quiere verlo - señaló el lugar.
- descansaré lo que queda del día y mañana me pondré al día - subió las escaleras dejando al hombre.
- bien señorita - lo único que alcanzo a decir.
En la casa de la joven omega, se escuchaban frascos caer, el celo se adelantó y no sabía la razón, solo persivio un olor qué jamás había olido, lo que provocó la situación en la que ahora estaba, preparo la esencia lo más rápido y salió de casa, corrió hasta las praderas altas rosiando aquella mezcla, se refugio en su guarida tratando de contener el dolor, uno que quemaba por dentro.