Kakashi: ¿Qué mosquitos?
Iruka: Unos que he tenido que inventar. Esta mañana Karura te encontró durmiendo en la habitación de huéspedes.
Kakashi: ¡Tenía que ser! El único día que se me olvidó echar la llave.
Iruka: No te preocupes, que ya está arreglado.
Kakashi: ¿Seguro? ¿No habrá sospechado nada?
Iruka: Nada. A tu lado se aprende a mentir con tanta naturalidad.
Kakashi: Es una manera muy delicada de llamarme embustero.
Iruka: Imaginativo. Era un elogio profesional.
Kakashi: Supongo que habrás pasado un mal rato de nervios, como siempre.
Iruka: A todo se acostumbra uno.
Kakashi: Afortunadamente ya queda poco. Tengo una gran noticia para ti.
Iruka:Menos mal.
Kakashi: Mañana temprano recibiremos un cable del Canadá, y por la tarde dos pasajes de avión.
Iruka: -Se estremece - ¿No?... ¿Quieres decir que nos vamos ya?
Kakashi: Ya. Shizune se encarga de todo.
Iruka: ¿Y ésa era la gran noticia?
Kakashi: Si te parece poco. Se acabaron los sobresaltos y esa especie de remordimiento que no te dejaba dormir. Ahora, la última velada familiar, una despedida llena de promesas... ¡y al aire libre otra vez! Misión cumplida. ¿No es maravilloso?
Iruka: Sí... muy maravilloso.
Kakashi: Con esa cara nadie lo diría.
Iruka: Así de pronto duele un poco...
Kakashi: No pensarías que íbamos a quedarnos toda la vida. Tú mismo me has dicho muchas veces que era una farsa cruel, superior a tus fuerzas.
Iruka: Así era al principio. Sólo yo sé lo que me costó entrar en esto; veremos ahora lo que me cuesta salir. ¿Mañana?
Kakashi: Mañana.
Iruka: No podrías esperar un poco más, ¿aunque sea un día?
Kakashi: ¿Para qué? Todo lo que podía hacerse por esa mujer está hecho ya.
Iruka: No es por ella, Kakashi, ahora es por mí. Necesito acostumbrarme a la idea.
Kakashi: Cada vez te entiendo menos. Te he dado para empezar uno de los trabajos más difíciles; lo has hecho con una naturalidad asombrosa, como un recién casado feliz de verdad. Y ahora, cuando ya está cayendo el telón ¿vas a temblar otra vez?
Iruka: No sé... Me da miedo eso que tú llamas la gran escena final.
Kakashi: ¿La despedida? Es la más fácil de todas: un pequeño temblor al hacer los baúles, largas miradas a la casa como si fueras acariciando uno por uno todos los rincones... Ni siquiera es necesario hablar. De vez en cuando deja caer algo de las manos, así como sin querer: una cosa que cae en silencio tiene más emoción que una palabra. ¿Por qué me miras así?
Iruka: Te admiro.
Kakashi: ¿Ironías otra vez?
Iruka: Sin ironías; te admiro de verdad. Es asombrosa esa manera que tenéis los soñadores de no ver claro más que lo que está lejos. Dime, Kakashi ¿de qué color son los ojos de la Gioconda?
Kakashi: Aceituna oscuro.
Iruka: ¿De qué color son los ojos de las sirenas?
Kakashi: Verde mar.
Iruka: ¿De qué color son los míos?
Kakashi: ¿Los tuyos?... - Kakashi duda. Se acerca a mirar. Iruka entorna los párpados. Sonríe desconcertado - No lo tomes a mal. Parecerá una desatención pero te juro que en este momento tampoco sabría decirte cómo son los míos.
Iruka: Azabaches, tirando a pardos. Con una chispita de oro cuando te ríes. Con una niebla gris cuando hablas y estás pensando en otra cosa.
Kakashi: Perdona.
Iruka: De nada -Sonríe dominándose por dentro - Y si mañana, al hacer los baúles, se me resbala algo entre las manos "así como sin querer" no te preocupes que no será por la emoción; sólo será porque he tenido un buen maestro. Gracias, Kakashi. - Iruka sale al jardín a terminar su trabajo. Ha ido oscureciendo. Fuera, se pueden ver las sombras largas de la tarde. Kakashi enciende pensativo un cigarrillo. Se oye la campanilla de la calle, y poco después a la doncella que va hacia la puerta. El señor Senju viene de sus habitaciones, con un libro en la mano.
Jiraiya: Si son los diarios, páselos a mi despacho sin abrir.
Ayame: Bien, señor. - Ayame sale al vestíbulo.
Jiraiya: ¿No era éste el libro que andabas buscando? "Arquitectura de computadores : Un enfoque cuantitativo"
Kakashi: No tiene interés. He hecho yo uno más sensacional.
Jiraiya: ¡Tú! ¿Cuándo?
Kakashi: Ahora mismo. Después de ensamblar todas las piezas, acabo de descubrir que soy un perfecto imbécil. -Tira el cigarrillo que acaba de encender y sale al jardín llamando - ¡Iruka!... - Vuelve Ayame.
Ayame: Es una visita para el señor.
Jiraiya: ¡A estas horas! No espero a nadie ni estoy para nadie. - Ayame va a obedecer, pero una persona misteriosa aparece en el umbral.
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Los árboles mueren de pie (Kakairu)
FanfictionEsta historia no es mía, yo solo deseo hacer una adaptación de esta misma historia, pero con algunos personajes de Naruto, los cuales tampoco son míos, ya que pertenecen a su creador Masashi Kishimoto. El autor original del libro (el cual es una obr...