Ayame: ¡Hola! ¿Cómo? Pero no, señorita, ha marcado mal otra vez. De nada.
Kakashi: ¿Quién era?
Ayame: Número equivocado. Ya van tres veces que llama la misma voz y preguntando por la misma dirección.
Kakashi: Habrá un cruce en la línea. ¿Por quién preguntaba?
Ayame: Avenida de los Aromos, dos, cuatro, cuatro, ocho. ¡Imagínese, al otro extremo! — Kakashi toma una manzana del frutero, la limpia con la manga y la muerde — ¿Necesita algo el señor?
Kakashi: Nada, gracias.
Ayame: ¿Le traigo un cuchillo y un plato?
Kakashi: ¡Nunca! Con plato y cuchillo sería un alimento; así es una naturaleza muerta.
Ayame: ¿Cómo?
Kakashi: Nada, Ayame. Hasta luego.
Ayame: Para servirle, señor. — Kakashi espera a que salga y luego acude al teléfono. Habla mientras come su manzana.
Kakashi: ¡Hola! ¿Shizune?... Sí, claro que comprendí... ¿Alguna novedad?... ¡Ajá! Supongo que la "F-48" estará contenta con esos dos barcos griegos: ¡su idioma favorito!... Pero, por favor, que no les hable a los muchachos del Partenón... Por aquí, espléndido; salvo la primera noche, que hubo sus tropiezos, todo sobre ruedas... La abuela, un encanto; si uno pudiera elegir yo no elegiría otra... ¿Quién, Iruka? Feliz y progresando día por día; va a ser un colaborador excelente... Por él aquí nos quedaríamos toda la vida, pero ha llegado la hora de echar a zarpar... Prepáreme un cable del Canadá con el siguiente texto: "Aprobado oficialmente proyecto gestión e innovación de sistemas informáticos urge presencia inmediata"... Firma... Hámilton... Repita... De acuerdo... Hágamelo llegar mañana temprano... Y para la tarde dos falsos pasajes de avión... Nada más... Gracias, Shizune... Hasta mañana. — Cuelga y sale hacia el jardín silbando su canción. Por el lado izquierdo entra la Abuela, nerviosa, seguida por Karura.
Tsunade: No, no, Karura, no puede ser; por más vueltas que le doy no acaba de entrarme en la cabeza. ¿Está usted segura?
Karura: Tampoco yo quería creerlo; pero cuando le digo que lo he visto con mis propios ojos.
Tsunade: ¿Por qué no me avisó antes?
Karura: La verdad, no me atreví; son cosas tan delicadas. Si la señora no me hubiera acorralado a preguntas, nunca habría dicho una palabra.
Tsunade: Mal hecho; hay que poner eso en claro de una vez, y cuanto antes mejor.
Karura: ¿Y si fuera yo la que está equivocada?
Tsunade: No sería usted sola. También yo he ido atando cabos todos estos días, y por todas partes salimos a lo mismo. Ya me decía el corazón que algo extraño había aquí.
Karura: ¿La señora sospechaba también?
Tsunade: Desde la primera noche: una mirada aquí, una palabra suelta allá... Pero cualquier cosa podía imaginar menos esto. ¿Dónde está Iruka?
Karura: ¿Va a hablarle?
Tsunade: Y ahora mismo. ¿Le parece que soy yo mujer para andar espiando la verdad por detrás de las puertas? ¿Dónde está Iruka?
Karura: Quitando las malas hierbas del jardín, para transplantar las hortensias
Tsunade: Llámelo.
Karura: Por favor, señora, piénselo...
Tsunade: ¡Que lo llame digo! — Karura se asoma al jardín llamando.
Karura ¡Iruka... Joven Iruka!... Ya viene.
Tsunade: Déjenos solos. — Sale Karura hacia la cocina. Llega Iruka con un brazado de hortensias.
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Los árboles mueren de pie (Kakairu)
FanficEsta historia no es mía, yo solo deseo hacer una adaptación de esta misma historia, pero con algunos personajes de Naruto, los cuales tampoco son míos, ya que pertenecen a su creador Masashi Kishimoto. El autor original del libro (el cual es una obr...