╰ • ★★ 𝐏𝐋𝐄𝐀𝐒𝐄, 𝐇𝐄𝐋𝐏 𝐌𝐄 ★★ • ╯

Capítulo 3.

"Dios mío Yeosang".

"¡Yah! No te burles idiota".

"Es que, cómo es posible que quieras sexo descontrolado con tu novio, si ni siquiera te has dado un verdadero beso con él". Y volvió a reír, avergonzando mucho más al mayor.

"Imbécil, solo te pregunté si podrías enseñarme a besar, porque así quiero comenzar mi sorpresa para Yunho". Trató de defenderse, atacandolo con sus puños, mientras se incorporaba sobre el sofá para golpearlo con más facilidad.

"Hyung". San lo tomó de sus muñecas y lo jaló hacia sí, provocando que el rubio quedara sobre su regazo; acción que lo congeló por completo. "Por supuesto que puedo enseñarte a besar".

Yeosang se sintió enrojecer pero no se movió en ningún momento.

"Espera, esto es un poco vergonzoso...".

"Ese es el problema hyung, si estás así con tu novio, no deberías sentir vergüenza".

"Pero tu no eres mi novio".

"Entonces imagina que lo soy, si ese chico realmente te gusta, siéntete totalmente seguro frente a él".

"De acuerdo". Kang soltó un suspiro y trató de relajarse. "¿Ahora qué?".

"¿Confías en mi, Yeosang?". La vista del menor intercalaba de sus ojos a sus labios, poniéndolo más nervioso.

"Si...".

Y bastó con ese simple si para que San atrapara los labios ajenos entre los suyos, dando inicio a un lento beso. Yeosang por su parte, se obligo a cerrar los ojos y confiar por completo en su amigo, correspondiendo de manera un poco torpe, aunque al instante se separó, solo un poco.

"Alto, es que no sé en qué momento usar mi lengua". San sonrió por lo tierno que era su hyung.

"Yeo, en cuanto a los besos, se trata de dejarte llevar".

"Pero yo quiero ser el que dirija el beso". Hizo berrinche, haciéndolo reír.

"En ese caso". Tomó las manos de Yeosang y las colocó en su rostro. "Tómalo así, acércate a su rostro, y cuando lo beses, lo único en lo que debes pensar es en querer más y más". A este punto, San ya estaba susurrando por la cercanía, con sus manos puestas en la cintura del mayor.

Yeosang asintió antes de unir nuevamente los labios de ambos, ladeando su cabeza para profundizar el beso con más comodidad. El más joven le dejó tomar todo el control, siguiendo su ritmo, permitiéndose solo un poco, disfrutar de los suaves y dulces labios del mayor.
El rubio concentrado en las instrucciones que le dio su vecino, hizo más firme su agarre mientras se atrevía a delinear con su lengua, el labio inferior ajeno; San entreabrió sus labios ligeramente, listo para el siguiente movimiento de su mayor.

Ambos jadearon cuando la lengua de Yeosang, se coló entre sus bocas para explorar con timidez, la cavidad bucal de Choi. Este último también iba a profundizar el beso por su parte, pero Yeosang rompió el contacto antes.

"¿Cómo lo hice?". San se sonrojó por la pregunta y por la apariencia del contrario, sus mejillas tenían un leve rubor y sus labios brillaban un poco debido al intenso beso.

"Bien...".

"Eso no suena convincente". Yeosang regresó a su lugar en el sofá, observando no muy seguro a su amigo.

"No, hablo en serio hyung, ¿seguro que no sabías y solo querías besarme?". Un cojín impactó contra su rostro. "Definitivamente a tu novio le gustará".

"Eso espero... Tengo otra duda".

"¿Cuál es?".

"¿En qué momento llego y lo beso?". San quería reír, le parecía muy gracioso que Yeosang quisiera instrucciones e indicaciones para todo.

"Vale, mmm... Puedes intentar cuando estén viendo juntos una película, o cuando tu novio esté sentado estudiando, o cosas así". Asintió. "El secreto es tomarlo desprevenido, pero debes ser coqueto y juguetón, nada brusco, aunque bueno, eres tu, así que no habrá tanto problema".

"A qué te refieres-".

Justo en ese momento, la puerta principal de su hogar se abrió, dejando ver a su madre y a su hermana. La mujer saludó muy alegre al pelinegro y lo invitó a quedarse a cenar, algo que casi siempre hacían. Dicho pelinegro no se negó, y hasta se ofreció a ayudarle a la mayor a cocinar, mientras que Yeosang y su hermana, se quedaban en la sala viendo películas.

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Al día siguiente, se encontraban en la habitación de Yunho, el castaño estaba frente a su televisor jugando en la consola de videojuegos, mientras que Yeosang se encontraba en la cama del mayor, estudiando. Recordó las palabras de su vecino y pensó que tal vez ese era el momento indicado.

Al levantarse sintió que las piernas le temblaban y sus manos sudaban un poco, así que tomó un respiro y sacó sus palmas con la tela de sus pantalones, antes de acercarse a su novio.

"¿Terminaste ya, lindo?". Preguntó al notar a su menor a un lado de él. "¿Amor?".

Lo observó con una ceja alzada, pero Yeosang lo ignoró, sentándose por completo en su regazo. Igual que el día anterior, tomó firmemente el mentón de Yunho y lo besó, marcando el ritmo desde el principio, tomando por sorpresa al castaño; quien se apresuró a botar el mando de su videojuego para abrazar la cintura de su novio y corresponder al beso.

El rubio jadeó cuando se separaron en busca de un poco de oxígeno, se sentía un triunfador por su logro de mantener un beso de verdad, según su vecino. Sin embargo, no contaba con los besos húmedos en su cuello por parte de Yunho, besos que lograron tensarlo por completo.

"Me encantó ese beso". Se sonrojó por la voz grave del mayor. "Quiero otro". Tomó el rostro de Yeosang con una de sus mano para besarlo otra vez.

"Yunho, dice mamá que-".

El hermano menor de Yunho entró sin tocar, interrumpiendo a la pareja. Yeosang agradeció y aprovechó para alejarse de su novio como si este le quemase, el castaño maldijo y se levantó para correr a su hermano, pero al parecer su madre le necesitaba con urgencia en la cocina.

"Yeo...". Por más que Yunho quería seguir en lo que estaban, sabía perfectamente que el momento ya se había arruinado.

"Creo que es hora de que me vaya". Sonrió avergonzado mientras guardaba sus cosas con rapidez en su mochila.

"No es necesario que te vayas, solo...". Suspiró después de unos segundos.

"Te veo mañana, ¿si?". Esperó una respuesta afirmativa del mayor, y se despidió con un corto beso al obtenerla.

Bajó despidiéndose de los familiares de Yunho y salió del lugar, soltando por fin todo el aire que había retenido. Volvió a tomar aire un poco más tranquilo y por fin pudo correr, directo hacia la casa de su vecino.

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