Capítulo 5.

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Habían pasado ya unos días después desde esa vez que Yeosang y Yunho habían sido interrumpidos por el hermano del castaño en su habitación. Desde ese momento, el rubio evitaba quedarse a solas con su pareja, para que éste no tocara el tema, ni tampoco se le ocurriera querer retomar lo de ese día. 

Ahora se encontraba en la sala de su casa, jugando junto con sus amigos y su novio, normalmente saldrían a cualquier lado para divertirse, pero los cuatro habían optado por una noche tranquila con juegos de mesa, películas y comida chatarra. Las risas no paraban, y menos cuando Wooyoung peleaba con Yunho por hacer trampa, según.
Yeosang aprovecho para ir por más palomitas a la cocina, aunque mientras las preparaba no tardó en sentir los brazos de su novio, rodear su cintura desde atrás.

"Yun, me asustaste". Soltó una risita cuando el mayor rozó su nariz en el cuello del rubio.

"Hace mucho que no estamos a solas... Y no pudimos continuar lo de ese día...". El más chico suspiró al sentir los labios ajenos en diferentes zonas de su cuello.

"Yunho, los chicos están en la sala...". Trató de separarse pero su novio no se lo permitió.

"Seamos silenciosos, entonces". Sonrió ligeramente el castaño, escuchando de repente el timbre de la casa.

"Alguien toca la puerta". Gritó Wooyoung desde la sala, sin intenciones de moverse de su cómodo lugar, el cual era el regazo de Seonghwa.

"Ya voy". Avisó Yeosang. "Yun, te encargo las palomitas". Este solo asintió a regañadientes.

Se dirigió hasta la puerta y abrió, encontrándose a su guapo vecino.

"San, hace mucho que no te veo".

"Hola hyung, me disculpo por eso, me atrasé con una materia y tuve que ponerme al corriente y eso ocupó mi tiempo". Formó un puchero con sus labios, provocando una sonrisa boba en el mayor.

"No te preocupes... ¿Necesitabas algo?".

"Oh si, mi madre le manda estas revistas de recetas de cocina a la señora Kang". Le tendió las susodichas. "¿Llego en mal momento?". Preguntó después de escuchar algunos gritos dentro de la casa.

"No, solo son unos amigos". Explicó tomando las revistas, sintiendo la presencia de alguien más a su lado.

"¡Vaya! Pero si es el tipo 'No me gustan los chicos, lo siento'".

"También es gusto volver a verte, Wooyoung". Saludó incómodo el pelinegro.

"Tranquilo, no hay rencores". Se encogió de hombros el más joven de todos. "¿Por qué no entras y te unes a nosotros?".

"Yo no creo que-".

"Wooyoung tiene razón". Sus intenciones de negarse, desaparición cuando el dueño de sus pensamientos lo invitó.

"Creo que puedo quedarme un rato".

Los dos amigos sonrieron y fue el rubio quien tomó su mano para hacerlo pasar.

"Chicos, saluden a San, se nos va a unir". Anunció Wooyoung cuando por fin estuvieron todos en la sala. "Prepárate Yunho, porque ya llegó quien te pateará el trasero en este juego".

Para fortuna de todos, el incómodo silencio de al principio fue perdiéndose conforme continuaron jugando y bromeando. No tardaron mucho en comenzar a debatir sobre qué deberían ordenar para comer, de los cinco que eran, tres votaron por pizza, Yeosang se encontraba haciendo pataletas porque él quería pollo. Así que San propuso ordenar pizza y pollo frito, y aunque él terminó pagando el antojo de su vecino, la verdad no le desagradó tener a Yeosang abrazándolo y mimandolo como recompensa.

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