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-!Akane mira la piedra mágica que encontré! -un pequeño niño se acercó a su amiga.

-¡es hermosa!

"en realidad es una piedra normal pero no le puedo decir nada" pensó la pequeña.

La cuestión es que, habia reencarnado. Ahora era una pequeña niña llamada Akane en una aldea, el mundo que conocía quedo petrificado y miles de años después nació ella. Por alguna extraña razón puede recordar su vida pasada.

El hermoso Japón qué conocía ya no existía.

-¡Chrome, Akane! -sus amigos voltearon a ver a su dirección.

-iré al río, quieren venir?

Los pequeños asintieron feliz y salieron corriendo hacia su amiga.

-¡Akane, Kohaku, espérenme! -grito Chrome corriendo detrás de ellas.

Ellos eran los tres mejores amigos inseparables. Akane y Chrome se la pasaban recolectando cosas mientras kohaku les ayudaba.

Casi todos los días iban al río a traer agua para Ruri, gracias a eso kohaku y Akane se hicieron fuertes.

Los años pasaron y los tres ya habían crecido.

—Akane, iré al río, vas a venir? —su amiga se acercó a esta.

—hoy no voy a poder ir lo siento, le prometi a los niños que les contaría un cuento —respondió mientras cargaba unas canastas.

—no se de donde sacas tanta imaginación para crear cuentos, pero gracias a ti que los entretienes no molestan a los mayores —dijo kohaku sonriendo.

"En realidad son los cuentos de mi época" pensó Akane mientras una gota de sudor pasaba por su sien.

Ella lo desimulo riendo y dándole un golpe en la espalda a su amiga.

—¿Verdad que si? Tengo una imaginación muy grande... Jeje — tosió —bueno, me tengo que ir, no vayas a regresar muy tarde

Ambas amigas se despidieron y cada una agarro su camino.

—¡Akane! —una señora mayor la llamo.

—¿Qué pasa?

—no puedo mover ese barril, ¿me puedes ayudar?

—¡claro!

Dejo las canastas qué traía a un lado y agarró el barril levantandolo.

—tu y kohaku son muy fuertes —hablo la mujer maravillada con la fuerza de la menor.

—Yo no soy tan fuerte como kohaku pero lo intento... —dijo sonriendo. —aquí esta. Pase un lindo día!

Se despidió de la señora y agarro las canastas de nuevo lista para irse.

Cuando iba caminando una pequeña niña con una sandia en la cabeza llego a su lado.

—¡Akane!

—¡Suika, hola!

—¿hoy nos contarás el cuento de ricitos de oro y los tres ositos?

—¡Así es!

Ambas iban platicando mientras ella llegaba a su destino, se llevaba muy bien con la pequeña suika ya qué era muy tierna.

Y así se llegó la noche cuando ya era hora de que les contará el cuento.

Como siempre hacia un circulo con los niños y se sentaban en el suelo.

—Bueno, todo comenzó cuando...

Y ahí les contó el cuento, ese se lo sabía muy bien ya que era uno de sus favoritos, les contó cada parte detalladamente mientras los pequeños reían y miraban admirados a Akane.

~remember you forever~ [Ishigami Senku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora