Capítulo 10: Rayo de sol

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Tras sentir mi presencia, los ojos de Luna se esclarecieron y antes de alcanzar a  mencionar una palabra  el tiempo se congeló en una fracción de segundos dejando a Luna tan estática como una pintura de óleo sobre el lienzo más hermoso del mundo. En este momento observe que todo se paralizó, los pájaros quedaron enmarcados en el cielo y las flores parecían estatuas,  el viento no se mecía y todo a mi alrededor parecía una hermosa fotografía en la que todo se mantenía  en su justa posición sin inmutarse ni un poco. En este momento una luz iluminó por completo el firmamento, siendo un resplandor tan blanco y puro que hacía parecer los rayos del sol una simple luz de luciérnagas, haciéndome caer de rodillas y llenando mi mente de pensamientos sobre ¿qué es lo que estaba sucediendo? y ¿qué es esta luz tan brillante?. Al ser una luz tan fuerte, cerré mis ojos y al volverlos a abrir el mismo tiempo encarnado en cuerpo de una persona estaba enfrente mío, era alto, de bata blanca y barba perfilada, en mi interior sentía una paz indescriptible pero al mismo tiempo algo me decía que debía guardar respeto, ¿que era este ser? ¿acaso el tiempo, es el mismo padre de todo que encarna diversas formas para manifestarse ante los mortales y a los que estamos detrás del cristal entre la vida y la muerte?. El tiempo manifestó entender mi dolor, sabia cuanto amaba a Luna y habia visto todo lo que habia pasado y todo lo que había hecho por ella tanto en vida como en la muerte,, conocía a detalle cuantas noches la cuide de su casa al trabajo y viceversa, cuantas veces me quede dormido protegiendo sus sueños mientras ella descansaba y cuanto me había esforzado para que ella notara mi presencia, el me explico que mi presencia ahora pertenecía al mundo de los reflejos, un mundo a simple vista entre los vivos pero separando la vida de la muerte, al ser el tiempo el dueño de la vida y de todo lo que existe, con el poder de crear y destruir, me permitió cruzar al mundo de los vivos hasta que el ultimo rayo de sol se escondiera, con la condición de no salirme del campo de flores, pues entendía que el corazón de Luna y el mio debian estar juntos una ultima vez y en una última oportunidad, expresarlo todo de una vez por todas, a lo cual accedí de inmediato pues así fuese un solo segundo que se detuviese en el tiempo, valdría la pena si estuviese al lado de Luna  y en medio de la felicidad y emoción vi como mi cuerpo recobro su escéncia, una vestiduras blancas cubrieron mi cuerpo y  se me permitió atravesar el cristal que separaba ambos mundos.
El mundo empezó a descongelarse, empecé a sentir el viento y los rayos del sol como atravesaban los poros de mi piel, así que me ubique a espaldas de Luna y en menos de nada el mundo había vuelto a la normalidad, Luna se mantuvo estática unos segundos y volvió a bajar la cabeza y justo cuando los sollozos iban a salir de nuevo de su corazón ahí fue cuando dije “ Hola mi preciosa flor.. no sabes cuanto te he extrañado..” , en este momento Luna me abrazó con una gran fuerza permitiendome sentir los latidos de su corazón, su respiración agitada y sus manos temblar con gran energía, la abrace y le di un beso en su frente, mientras nos perdíamos en la infinidad de un momento que solo era para nosotros dos.
Sentados en la colina del campo de flores, le explique todo lo sucedido a Luna desde el momento de mi partida, nos dejamos llevar por el fulgor del momento, pues por fin volvimos a compartir una tarde juntos, sin pensar que esta era la última, caminamos por todo el valle tomados de las manos mientras miramos el atardecer… mientras le decía a Luna todo lo que sentía mi corazón, de qué forma lo hacía y como era ella el motivo que me permitió volver a la vida, siendo ella esa luz que me guió  e iluminó mi camino cuando tuve que recorrer los caminos repletos de recuerdos que se repetían por doquier hasta llegar a el día del accidente.
Las emociones, son  una característica intrínseca de nosotros los humanos,  ¿no creen? gracias a ellas percibimos en nuestro interior diversos sentimientos que nos llenan de alguna forma nuestro corazón, permitiéndonos así, poder expresarnos en base a lo que sentimos y es por esto que si no liberamos la  carga emocional podemos llegar a perder la oportunidad de mencionar lo que hay en nuestro corazón, los verdaderos deseos que albergan allí y si esperamos mucho, quizá el reloj marque nuestro último minuto antes de expresar lo que nuestro corazón quiere decir y ahí perder la oportunidad de demostrar lo que en verdad sentimos.
Luego de caminar por todo el campo de flores, llegamos nuevamente a la colina, nos sentamos y viendo el horizonte le expresé por fin a Luna mis sentimientos, era ahora o nunca, pues el sol empezaba a esconderse y con él los rayos empezaban a ser limitados. Miré fijamente a sus ojos y le dije:
Luna, gracias mi flor más preciosa, llegaste a mi vida cuando más lo necesitaba y menos esperaba, el tiempo a tu lado fue tan fugaz que en un parpadeo todo sucedió tan rápido que duele aceptar la realidad, una realidad en la que ya no estas y solo el tiempo sabrá si nos volveremos a ver. Eres una mujer tan preciosa y brillante que tan solo tu recuerdo bastará para iluminar hasta los días más oscuros que se presenten en mi vida… hoy me despido de ti, con un dolor que perfora mi corazón de pecho a espalda, es una pena que no pueda continuar a tu lado.. quizás… en otra vida podamos caminar para siempre tomados de las manos por este campo de flores mientras seguimos los rayos del sol escondiéndose entre las montañas, sin destino o ruta, eso no importa porque desde que esté contigo, jamás me sentiré perdido. Disfruté cada momento a tu lado, desde ese primer día que te conocí, recuerdo haberte abrazado y haber sentido una vergüenza recorrer todo mi cuerpo, como olvidar cuando mencionaste no haber llevado comida a tu trabajo y yo en mi intención de disimular mis sentimientos, de una manera muy evidente te lleve un almuerzo sorpresa, ¿a quién trataba de engañar? era lógico que desde ahí mi corazón latía por ti, jamás olvidaré cada cita, la noche frente a la fuente en medio de la lluvia o los días en los que te esperaba para poder almorzar juntos. Estos y muchísimos más recuerdos me llevaré en el fondo de mi corazón, te veré y recordaré en cada margarita que vea en mi camino, para que cuando te extrañe, las flores sean mi compañía para cuando no estés. Estoy orgulloso de quien eres, sigue así, me siento muy feliz por ti… jamás dudes de lo cuán lejos puedes llegar.
Si bien dicen que habrá vida después de la muerte, pues en esta otra vida te buscaré sin parar y cuando te encuentre, te entregaré la margarita más bella del mundo, la flor que más llegue a asemejarse a tu belleza… Gracias por todo Luna, en realidad mi corazón se enamoró de ti desde el primer momento que te conocí.. ese día encendiste una llama que jamás se apagará y me encargaré de cuidarla, mientras te vuelvo a encontrar, en el más allá…”. Los rayos de sol empezaban a terminarse, mi tiempo se estaba agotando pero por fin había logrado decirle mis verdaderos sentimientos a Luna, ahora, solo quedaba esperar como los rayos de sol contados uno por uno empezaban a llevarse mi existencia del mundo terrenal… nos miramos fijamente mientras nos acercábamos y con la energía del último rayo de sol que me quedaba cerramos los ojos y nos perdimos en la profundidad de un dulce beso mientras mi cuerpo y esencia se empezaba a difuminar en medio de la realidad, al abrir los ojos me di cuenta que estaba  de nuevo detrás del cristal.. Luna se veía feliz y yo… bueno, me quedaré un buen rato sentado en este bello campo de flores observando el infinito atardecer.

Un amor tras el cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora