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Yeo le hecho un vistazo al vaso medio vacio de ginebra y volvió la vista con un jadeo.

"Jungkook, ¿será que puedes controlar lo que bebes? Por el amor de Dios, ¡esta es la boda de mi primo!"

Su tono mojigato me hizo apretar el vaso con tanta fuerza para evitar arrojárselo a su cabeza que se rompió. La ginebra se derramó por todo mi regazo y mi palma comenzó a sangrar.

"¡Puta madre!" grité.

Todas las cabezas se giraron. Taehyung sofocó una risa fingiendo una tos repentina.

"¿Estás bien?" Yoobin me miró con preocupación y envolvió su servilleta alrededor de mi mano. Él miró a Taehyung, quién le dio un inocente encogimiento de hombros.

"Estoy bien, Yoobin," aullé, mortificado.

Jimin asomó su cabeza a un lado de su nuevo esposo. "¿Quieres que cambiemos de asientos?" Preguntó silenciosamente.

Ellos pensaban que yo estaba nervioso porque Taehyung era un vampiro. Esa era la última de mis preocupaciones. Su cercanía estaba triturando mi control y la recepción apenas había comenzado.

"¡Jungkook!" Jiwoo vino a la mesa y tomó la servilleta de mi mano. "¿Está mal?"

"Estoy bien," le espeté con dureza. Su rostro dolido me hizo encoger con culpa. "Solo avergonzado," disimulé. "Estaré bien. Regresa a tu asiento. No empeoremos las cosas."

Jiwoo se vio apaciguado cuando volvió a su mesa. Yo sonreí para disimular mis pensamientos traicioneros.

"En serio," agregué para Jimin. Recogí los fragmentos de vidrio y comencé a apilarlos en la ensangrentada servilleta. "Voy al baño a lavar esto y a tirar los vidrios."

"Iré contigo," ofreció Jimin.

"¡No!" Él se vio sorprendido por mi abrupta respuesta. Le di una mirada a Taehyung a mi derecha y luego volví hacia Jimin. Sus ojos se abrieron y entendió la situación. O al menos, parte de ella.

"Vante" dijo dirigiéndose a él. "Te importaría ir con Jungkook y ¿ver si tienen algunas vendas? Yoobin dice..." Él se detuvo y luego continuo con malicia, "Yoobin dice que tienes una gran experiencia con heridas sangrientas."

"¿Ooh, eres Doctor?" Arrulló Yeo.

Taehyung se puso de pie y le dio a Jimin una sonrisa apreciativa por su elección de palabras. "En Londres fui muchas cosas", le respondió evasivamente.

Primero me detuve en el bar. El cantinero le dio una amplia mirada a la servilleta teñida de rojo.

"Ginebra. Sin vasos, solo la botella," dije con brusquedad.

"Um, señor, quizá debería..."

"Dele al caballero la botella, compañero," intervino Taehyung, sus ojos brillando verdes.

Sin ninguna demora, una botella de Ginebra sin abrir fue empujada a mi mano aun sangrante. Giré la tapa, tire a un lado los vidrios y mi servilleta ensangrentada y tome un largo trago. Luego dejé que Taehyung me llevara a una esquina alejada del estacionamiento, donde había la menor cantidad de coches. Él esperó pacientemente mientras yo bebía de nuevo. Mi sangre estaba corriendo por el exterior de la botella, pero no me importó.

"¿Mejor?" preguntó cuando tome aire. Sus labios tiraban divertidos.

"Para nada," le respondí. "Mira, no sé por cuánto tiempo mi madre se quedará callada, pero en caso de que no lo hayas notado, ella te odia. Va a llamar a las tropas y trataran de ponerte en una brocheta sobre las llamas con una vara de plata. Tienes que irte."

Un Pie en la Tumba - #2 - KTH + JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora