Capítulo 26

77 10 4
                                    

Me desperté como si hubiera dormido la siesta, atada a una silla en frente de un escaparate pequeño en el que dentro había algún tipo de... piedra. Al otro lado estaba la vidente.

En cuanto vi las cuerdas que me agarraban pegué un grito.

-¡aaaaaah!¡¿Porqué me atas?!¡Sacame de aquí!

-Tranquila ahora te suelto- dijo ella que parecía que llevara esperando un buen rato a que me despertara- parece que te has desmayado y no sabía como aguantarte en la silla.

Vaya tía, me caía fatal.
Mientras me desataba empezé a hablar para romper el yelo pregunté:

-¿Y... desde cuando esta abiero esto? He venido a este pueblo todos estos años y nunca me había cruzado con esta tienda.

-Lo se. Es nueva, la abrimos después del impacto del meteorito.

-Ah- afirmé con la cabeza, ya yo desatada y más tranquila- y ahora, ¿que tengo que hacer?

-Esto funciona así-se puso delante del mostrador- te voy a hacer una preguna.¿Entendido?

-Si, pero para que quieres...

-Dejame terminar. Si la aciertas te dire todo lo que quieras saber. Todo. Si no, pues te llevas una piedra de regalo. Pero no es una piedra cualquiera, forma parte del meteorito.

-Wow, ¿como las has conseguido?

-Empezemos ¿Cuantos años tengo?

-Em... Yo que se... ¿Unos 30...?

-Ohh. Tendrás que cojer una piedra. Elíjela tu misma.

-Esto no es justo, ¿como quieres que sepa cuantos años tienes? Tu eres la vidente.

-Las normas son las normas.

Abrió el escaparate y pasé la mano por todas las piedras de más o menos la misma forma irregular. Aunque todas eran parecidas había una que me llamó la atención. La cojí.

-Me quedaré con esta.- Aparté la vista de ella para mirar a la vidente-¿Puedo provar otra vez?

-Ei, poco a poco, a ver si me vas a dejar sin piedras -rió sin darme esperanzas de que podía acertar- vuelve mañana.

El Tren De Las Tres En PuntoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora