Capítulo 7

220 18 4
                                    

Aquella cosa extraña se iba acercando a nosotros cada vez más, pero, ¿Qué era...?

Lo único que se podía distinguir, es que era enorme y que todos nos quedabamos contemplandolo atónitos, hasta que algo nos sobresaltó; tocaron las campanas de emergéncia.

- ¡ESA COSA VIENE HACIA NOSOTROS!-Gritaban voces desconocidas al mismo tiempo.

-¡A LA ESTACIÓN!¡TODOS A LA ESTACIÓN DE TREN!- Exclamaba el hombre que tocaba las campanas. Lo unico que estaba claro en aquella situación era que cundía el pánico.

Entonces fue cuando mi padre me cojió del brazo y por primera vez se puso de acuerdo con Maison para que el se lo cojiera a mi hermana pequeña.

- Vamos, rápido, a la estación.- Sugirió Maison.
Nuestras caras sembraban miedo, que en ese momento se podría cecir que era un sentimiento contajioso.

Al final del pueblo estaba la estación de tren que yo utilizaba para ir y venir a Lowix.

Era subterránea, aislada del exterior, no muy grande, pero suficiente para que cabieran todos los habitantes del pueblo, al fin y al cabo era una estación de tren. 

Cuando íbamos camino a la estación, vi que cada vez se acomulaba mas gente por las calles, eran estrechas,transmitían claustrifóbia.
Algunos buscaban atajos, pero otros estaban tan aterrorizados que simplemente seguían a la multitud.

Hasta que de pronto, notaba que perdía de vista a Olivia y a Maison.

Entonces empezé a notar una sensación de nausias y asfíxia y seguidamente mis manos temblaron mientras yo luchaba por intentar convencerme de que todo saldría bién.

- ¡NO!¡OLIVIA NO TE VAYAS!¡NO TE VAYAS!¡POR FAVOR VUELVE!-gritaba desconsoladamente.

-¡NO PUEDO!- Dijo ella con voz de asustada mientras se ponía a llorar. Esta vez, las gotas eran cadacual más verdadera.

-¡TE QUIERO!- Grité lo más fuerte que pude, pero no sirvió de nada, no me oía-¿ME OYES?¡HE DICHO QUE TE QUIERO!¡TE QUIERO MUCHO!

Ya no le veia, le perdí entre la multitud...¿cómo había podido?

Me caí al suelo. Sentía que se me rompia el corazón en mil pedazos y mis lágrimas formaban un charco a mi alrrededor.

La gente pasaba por mi lado sin detenerse, o ni si quiera por mi lado, por encima. A partir de aquel momento comprendí que algo malo iba a pasar, malo de verdad.

Mi padre notó que algo le detenía. Era yo.

-Vamos -Dijo con voz tierna.

-No...,no puedo..., no puedo sin ella...

-La encontraremos; juntos, lo prometo. Estará bien con Maison. Ahora tenemos que preocuparnos por salir de aquí.

Me levanté y segí corriendo dejando atrás aquel rio de sentimientos que me caían de los ojos.

Al final, llegamos a la estación.

-Esperame en la línea 3.- Dijo Seimon.

-¿A dónde vas?

-Voy a buscar a mamá.

-No me dejes sola...

- Volveré enseguida.

-¡Prometiste que estaríamos juntos!

- ¡Y lo estaremos...!-Gritaba mientras se alegaba de la multitud.

Me quedé sola en la estación, destrozada, detenida, en una esquina observando a la gente corriendo de un lado a otro en dirección contraría a donde se había ido mi padre, mientras me enpujaban haciendo que diera diferentes pasitos, esperando a que mi padre volviera y me abrazara, diciendome que esto solo había sido una pesadilla.
Pero en el fondo sabía que eso no pasaría, y así fue.

El Tren De Las Tres En PuntoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora