Capítulo 14

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Dejé la compra en los armarios y en la nevera para rellenar el espacio que sobraba.
Y después de cincuenta minutos esperando, allí estaba. La sta. Siteeoux teniendo algo que contar.
Dejé que lo hiciera, que comenzara ella la conversación.

- Oye... me han despedido.

Sonreí, haciendome creer que era una de sus bromas. Pero ambas sabíamos que no lo hera. Simplemente sonreí.

Al contemplar la ausencia de respuesta me di cuenta de que tenía que reaccionar de otra manera y ser realista ante la situación.

Pero sin poder manejarla, me encontré con que me notaba nerviosa; temblaba y mis pulsaciones se aceleraban. Cuanto más tiempo dejaba pasar más me costaba respirar. Hasta que decidí salir al exterior, subir las escaleras que definirian un lugar destrozado, un pueblo sin esperanza y un hogar vacío.

Pero a lo lejos alguien venía.
Tras la sorpresa volví a entrar sin importar nada de lo que había oído antes.

-¡Hey! ¡Escucharme! ¡Viene alguien! ¡Viene alguiem!

Cece fue corriendo a avisar al revisor de tren y a contarle lo que había visto. 

-Alguien tendrá que avisar a los pasajeros.-le dijo Cece al revisor.

- No hay nadie en la estación.- contestó el revisor.

-Por favor - intenté ayudar.

-Mmm... la proxima vez que dejes colarse a alguien en el tren...

-¡Gracias!¡Gracias!-exclamó Cece sin dejarle acabar.

A continuación encendió el botón del altavoz y puso la típica voz de los trenes- Atención señoras y señores, les informamos de que los servicios de emergencia ya han llegado. Gracias por su atención.

El Tren De Las Tres En PuntoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora