12. Mal KARMA

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12. Mal KARMA
Día 12.

Extrañaba los momentos en donde la vida parecía ir lento, ahora, los días pasaban rápido y se me iban de las manos sin entender bien que había pasado.

Salía de fiesta, bailaba mucho y cantaba a todo pulmón junto a Aaron, también trabajaba todos los días puntualmente en el museo y los fines de semana acudía a entrevistas de modelo. Todo parecía ir muy rápido. Tal vez demasiado.

No había vuelto a ver a Miley desde esa noche.

Ella simplemente había optado por desaparecer de mi vida, y yo intentaba mantenerme ocupada para no tener que enfrentarme a eso.

Por otro lado estaba Roi. Con sus muy extrañas actitudes y detalles hacia mi persona.

— ¿Estás lista?— Gritó Aaron desde afuera de la habitación.

—Cuando esté lista lo sabrás— respondí desesperada. Esa era la tercera vez que me preguntaba lo mismo en los últimos 10 minutos.

Era sábado y por la noche teníamos que asistir a dos eventos, el primero era el lanzamiento de una nueva barra de chocolate y el segundo era el aniversario de la empresa de mi madre.

Ambos eventos iban a estar rodeados de prensa y yo necesitaba lucir como si estuviera en mi mejor momento.

El celular estaba reproduciendo manifestaciones para la belleza ya que mi autoestima estaba por los cielos y yo era la loca creyente del universo. Mi cuarto olía a incienso de lavanda y mi perfume estaba diseñado para hipnotizar, o al menos eso decía la publicidad.

Para la ocasión, opte por utilizar un vestido largo de color café caramelo, con una pequeña apertura en la pierna derecha y un corset del mismo color y material que resaltaba mi cintura. Sujete mi cabello en una coleta baja y bien arreglada, y justo estaba terminando de colocarme el dúo de labiales que se llevarían todas las miradas.

Era una mezcla de café oscuro con un rojo intenso en el centro, daban la falsa impresión de que tenía unos labios enormes.

Me sentía nerviosa y estaba sudando, pero sabía que me veía bien. Lo sabía aunque no podía creerlo por completo.

En la última semana descubrí que mi ruptura había afectado múltiples aspectos de mi vida, quizás todos, pero el que era más recurrente en mi día a día era mi autoestima. Estaba baja, por los malditos suelos.

Sentí que estaba recayendo en algo que me costó mucho superar. Ahora tenía miedo de verme al espejo, y no podía evitar encontrarme defectos en el cuerpo o en la piel.

Ahora más que nunca eran visibles todas mis imperfecciones y estaba comenzando a odiarlas. No me pareció justo, por más que amará a una persona... por más que yo amará a Miley, no me pareció justo dejar de amarme a mí.

Así que comencé a pensar más en mí. Y de verdad esperaba que funcionara.

— ¿Qué haces?— dijo una voz que me asustó. Brinque en la cama y por poco caigo de culo al suelo—. Llevas diez minutos viéndote en el espejo sin hacer nada. ¿Qué haces?— repitió.

Observé su silueta desde el espejo y me giré para encararlo.

—Te dije que esperaras afuera— me quejé levantándome de la cama.

A un paso del olvido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora