Línea: Arco indefinido.
Cantidad de palabras: 716.
Categoría: fluff, lime leve.
Parte 1/2, feliz 14 adelantado~
ㅤDía catorce
ㅤ—¿Estás molesto?
No bastó el ronroneo entre sus labios, ni una suave mordida de después, para hacer que su par reaccionara. Opera se mantuvo a medio recostar sobre la cama mientras Kalego se desahogaba entre besos, hacía obvio que la respuesta era un innegable sí, curiosamente inserto en evitar hablar. Rara vez intercambiaban papeles al comunicarse. O lo hacían sólo para sus "sesiones" apresuradas. Sintió un ligero peso extra en el corazón; no quería que su pareja se frustrara justamente esa noche, el final de su cumpleaños.
Y con mala o buena intención, adoraba a Kalego al nivel de saber exactamente qué hacer para sacarle una respuesta. Se dejó acostar del todo, le rodeó el cuello con los brazos, pero rechazó cada beso del profesor sin responder más. Las evasivas le dieron un momento de confusión suficiente para respirar; quizá estaba yendo muy rápido.
Para él parecía una broma de muy mal gusto, preguntarse cómo llegó ahí cuando más desesperado estaba. Abrió los ojos propios poco a poco, frustrado por la pausa y desorientado por la gran inconveniencia que tenía en el pantalón. Luego recordó lo que tenía que responder.
—...No estoy molesto.
«No contigo».
No quiso esperar más, arrastró a su par por la cintura hasta sentir su entrepierna. Opera le arqueó una ceja con el sonrojo aún más acentuado, acusándolo a él más que sorprendiéndose. Pero pronto le terminó sonriendo con la misma sorpresa bochornosa, tierna, de tenerlo cerca.
—Nunca eres así de impaciente, Kalego-kun.
—Estoy cansado, ¿sí? —gruñó. Su pareja le acarició el cabello con cariño—. Y ya sabes por qué.
—No me dan ganas de hacer esto si no lo hablamos bien.
Su inferior apretó los dientes, incapaz de responder nada en concreto. La forma en que las pupilas rojas le rasguñaron la cara lo estremeció, además de pintarlo de vergüenza y calentura. Otra vez abandonó su habitual recato por un deseo tan animal como ese, y otra vez no pudo negarse a la presión de la causa.
Opera le revolvió el cabello con más concilio del que incitó con su expresión, empujando a Kalego a caer sobre su frente en señal de calma. Contradijo lo dicho y le plantó un beso lento, que al menos a él le dio ganas de explicar su pensamiento cuando lo soltó.
—Estoy cansado. Los imbéciles de Dirección estuvieron molestando con que es mi cumpleaños... —un breve suspiro se le escapó—, y seguí recibiendo regalos por el otro festivo hasta que llegué a casa.
—¿"El otro festivo"? Qué infantil eres para no decirlo.
—Y no sé qué haces aquí a esta hora. Yo quería verte más temprano.
Opera le adornó una mirada en silencio. Ahora que lo escuchaba decirlo en voz bajita, con ese gesto en el rostro, se dio cuenta de cuán ahogado tuvo el sentimiento hasta ese momento y sonrió con pena, por fin entendiendo su hastío. Igual que él renegó de lo tarde que llegó su oportunidad de verlo a solas; en todos lados tenía algo que hacer, y gastó parte de su catorce de febrero lejos de Kalego. Por supuesto que le molestaba.
—Podemos hacer algo mañana si hoy no te sientes bien.
—Quiero que lo hagamos hoy, ahora.
No halló una forma correcta de responder, pese a que tal vez su hombre había malentendido lo que quiso decir. Opera se hundió en su propia satisfacción personal escuchando a Kalego respirar pesadamente sobre sus labios. Tuvo que temblarle la voz al corregirlo. —Ah-já, no me refiero a eso.
—No digas tonterías... —Kalego se estremeció. Sintió miedo de la ironía a la que Opera era capaz de llegar con tal de alargar su sufrimiento—, esto es lo que hacemos en esta fecha.
—Pero todavía quiero celebrarte, organizar un ritual aparte de este. Obviamente no vamos a parar ahora, sólo sugiero algo más —el susurro devino en una caricia al rostro, provocó una respuesta más ronca.
—Pensarás en eso después. Ahora, silencio.
Opera se burló de él a todo lo abierto, ¿cómo se iba a poner a darle órdenes?...
Bueno, era su cumpleaños, y lo conocía lo necesario para saber lo terco y firme que podía ser contra cualquier tipo de situación. Un hondo y extendido beso le robó el aliento que ya estaba previsto que perdiera, le envió cosquillas hasta lo más bajo del vientre, y con eso se convenció de lo lindo que podía ser el calmar un enfado de Kalego.
La forma de exigir —y la de suplicar— de su pareja le parecía hermosa. Demasiado estimulante para huir de ella. Cumplida la insistencia de continuar con lo que hacían, recuperó la mirada tibia que le daba el tacto de su kōhai, enredó las piernas en su cintura para permitirle todo.
Aunque fuera en circunstancias de pesadumbre, el catorce de febrero siempre era una excelente excusa para encontrarse a solas, y se había convertido en su tradición personal. Le encantaba la nueva dinámica.
—Desquítate conmigo —runruneó, el susurro acarició su oído.
Kalego asintió a la idea, no dándole un momento para recobrar el aire.
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𝐴𝑟𝑐ℎ𝑖𝑣𝑒𝑟𝑜 𝐾𝑎𝑙𝑒𝑟𝑎 - EN PAUSA
Fiksi PenggemarDistintas antojerías escritas acerca de un gato con un cuervo: ¡Opera x Kalego! ♡ Cuando se dan la oportunidad de aprender de sus diferencias... Y terminan bien. Sullivan tenía guardado cierto archivero en su oficina, y resulta que: ---◇--- Publi...