-¿no me dirás qué ocurrió con la mujer?-
preguntó el de anteojos a lo que el contrario negó, juan subió al cuerpo del mayor mientras lo abrazaba y pegaba su mejilla izquierda en el pecho desnudo de su esposo.
-no vale la pena amor- contestó finalmente, ignorando como su esposo quería chantajearlo con caricias. lo conocía tanto como para afirmar que si le decía lo que la mujer dijo sobre ollie, juan se levantaría en ese insante e iría a la vieja casa para, seguramente, arrastrar a la tipa del cabello.
-tal vez no, pero si finalmente rubius ya nos afirmó que ollie será nuestro hijo, sería justo que como su padre adoptivo lo sepa.
-que no, te digo que no vale la pena. esa mujer es una sinvergüenza, mejor durmamos, mañana ollie y tú tienen que ir al psicólogo.
juan asintió y bajó de su esposo, aún así no se despegó mucho y lo abrazó por la cintura.
habían pasado toda esa noche con ollie en su nueva habitación mientras hablaban con él, explicándole que viviría de ahora en adelante con ellos y que muy pronto entraría a la escuela donde juan trabajaba. le explicaron que conocería a más niños y haría muchos amigos.
el infante se vió emocionado, pero no porque juan y spreen le hablaron de los niños y juegos, sino de que viviría con ellos y que seguirían habiendo esas noches de películas.
increíblemente ollie nunca había visto películas de disney o caricaturas. eso fue algo que a la pareja les molestó, ¿cómo era que un niño no conocía ni siquiera eso?
por eso y más lucharían hasta el final por el niño, aunque prácticamente ya fuera suyo.
ꪆ୧
-muy bien ollie- habló la psicóloga mientras le sonreía al menor -de ahora en adelante tú y yo seremos amigos, vendrás conmigo y jugaremos a lo que quieras, incluso comeremos muchos dulces, ¿te gusta?.
-¿enserio?- sonó emocionado.
por otro lado juan sonreía al ver como ollie empezaba a pronunciar algunas palabras mejor.
-enserio, ven- la mujer estiró su brazo y ollie de inmediato tomó su mano para finalmente caminar al centro de la habitación donde una mesa de centro amplia, estaba con varios juegos y un tazón lleno de dulces de diferentes marcas -te enseñaré un juego. juan me dijo que aún no conoces muchos de ellos.
-no
-¿por qué no?
rocio, la psicóloga, volteó hacia juan, quien también se encontraba en la oficina, le hizo una señal de que pusiera atención, aunque eso era algo que el mayor hacía desde que entró.
-no lo sé- el menor se encogió de hombros, se puso de rodillas y se estiró alcanzando un dulce para meterlo de inmediato a su boca.
-¿nunca jugaste con otros niños?
-no, mami nunca me dejaba salir
-bien- rocio se sentó a un lado de ollie empezando a acomodar un memorama -quiero que me cuentes de ti ollie, ¿qué hacías cuando estabas con tu mami?
-pues, no mucho, nunca me dejaba salir y cuándo los tipos malos llegaban me metía a mi cuarto. siempre que se iban yo salía y limpiaba el desastre que dejaban. eso era todos los días- el menor tomó otro dulce y mientras lo trataba de masticar volvió a hablar -mi mami decía que yo era malo y que por eso no me dejaba salir-
-pero no eres malo- intervino juan, sentándose igual en el suelo pero en frente de los dos -eres un niño muy bonito-
-y muy bien portado- la chica aseguró, dejando el tema de lado y empezando a explicar el juego al infante.
una hora después ya estaban de salida pues la sesión había acabado.
-¿por qué no vas con aldo y le dan de comer a los peces?- habló ella y ollie asintió, tomó la mano del chico para caminar con saltitos a la enorme pecera que no estaba muy lejos de la vista de juan.
-¿cómo va?- preguntó el castaño.
-es la primera sesión pero con lo que contó al principio dió mucho a conocer. ollie prácticamente estuvo encerrado por cuatro años sin ninguna relación a nada, la madre le negaba todo y por lo que me dijo, si no conocia el arroz frito es por algo. pero por ahora le voy a pedir que no le haga preguntas, el niño se verá un tanto presionado y si preguntamos aqui y fuera de las sesiones puede que cause un leve trauma en él cuando sea más grande-
el mayor asintió -de acuerdo, gracias por esto.
-cuando quiera señor buhajeruk, estoy a sus órdenes.
ꪆ୧
la puerta de la casa sonó al ser abierta, spreen llegaba después de un día de trabajo. inmediatamente ollie dejó su juego con pelusa y juan para correr directo a la entrada donde el pelinegro lo recibió con un abrazo mientras lo cargaba para tenerlo a su altura.
-¡spreen, llegaste!-
-ya llegué ollie, ¿qué hiciste hoy?, cuéntame.
el alto dejó sus cosas en el piso y empezó a caminar con el menor en brazos mientras este balanceaba sus pies.
-conocí a una niña
-¿niña?- spreen levantó una de sus cejas -¿qué niña?-
-se llama rocio, y es muy bonita porque me dió muchos dulces-
-aaah- spreen rió llegando a la sala de estar, vió como su esposo levantaba unos cojines y los ponía de nuevo en el sillón con su gata restregandose en su pierna -esa niña-
-hey, ¿cómo te fue hoy?- juan se acercó al alto y lo besó, ollie se tapó los ojos con sus manos mientras los dos mayores reían y se separaban.
-¿ustedes hacen lo que los papis hacen cuando se quieren?- preguntó el menor quitando sus manos.
-¿quererte?- preguntó spreen
-¿o llenarte de besos?-
y así la pareja de esposos llenó con besos las mejillas del menor mientras este los abrazaba contento, como hace mucho tiempo no se sentía.
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está bien, bebé ollie ★ spruan
Fanfiction❛ 𝘀𝗽𝗿𝘂𝗮𝗻 | ¿qué haces cuando en las calles desoladas de tortillaland, en medio de la madrugada, escuchas a un niño pedir ayuda? juan juraba que era un fantasma y quería huir lo más rápido posible de allí, aunque su esposo spreen siempre fue mu...