siete

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la puerta de la casa acogedora se abrió, luzu entró a su hogar con el traje de policía reemplazado por ropa casual y cómoda, dando pequeñas presiones en su cuello por lo tenso que se sentía, dejó su mochila deportiva en el suelo y cambió sus tenis.

prendió la luz de la sala y enseguida la puerta de su habitación se abrió.

-¡papá!- un pequeño niño de ocho años corrió a él y lo abrazo, luzu lo cargo de inmediato diciendo un "mi campeón" mientras daba vueltas para hacer reír a su hijo
-¿cómo te fue en el trabajo?, ¿lograste atrapar a muchos tipos malos? ¿cuándo podre atrapar uno?-

el mayor río al escuchar tantas preguntas, dejó un beso en la frente del menor y lo acomodó mejor en sus brazos.

-aún eres muy chico para atrapar a un delincuente roier- el nombrado hizo un puchero -¿dónde está papá?-

-papá esta en la habitación- y en seguida pasos lentos se escucharon y el hombre más bajo salió, con una sonrisa tierna.

-qué tal cariño- saludó vegetta mientras le daba un beso en la boca a su esposo -¿cómo te fue en el trabajo?

luzu ignoró la pregunta -ya es tarde y este pequeño aún está despierto, ¿no tienes clases mañana?

-sí pero quería esperarte porque te extrañe mucho, hoy te fuiste más temprano y no te ví en todo el día.

-bueno, papá tiene que trabajar mucho...

vegetta suspiró escuchando cada vez menos las voces de su esposo e hijo, sabía que algo no estaba bien porque cuando luzu tenía un mal día no hablaba de eso en frente del niño.

cuando pasaron veinte minutos dejó de lado su libro y se encaminó a la habitación que le pertenecía a su hijo para ver como luzu le leía un libro, aún cuando roier ya dormía.

con pasos silenciosos se acercó al más alto y lo abrazó por la espalda mientras daba besos en su mejilla.

-¿qué ocurre?- preguntó el pelinegro y el otro dejó la lectura.

-no es nada.

-¿y porqué estás llorando mientras le lees un cuento a tu hijo?

finalmente suspiró.

-hoy..spreen tiene un problema, quiere adoptar a un niño.

-¿de nuevo?, eso es grandioso, esperemos esta vez les den el pase.

-ellos esta vez ganarán.

-¿cómo estas tan seguro?- se sentó en la cama tratando de no hacer mucho movimiento para que su hijo no despertara.

-la madre de ese niño, es una...

-cuida tu vocabulario. ¿no te he dicho que la mujer, sea lo sea, merece respeto?

-eso..sólo que esa mujer no se merece nada de respeto, ella no es un humano ni siquiera se cómo le llaman a esas personas.

vegetta observó los movimientos de su esposo, cómo acariciaba los cabellos del infante y cuando se enojaba retiraba su mano para que los movimientos bruscos no incomodaran a roier.

-hoy fuimos a revisar el lugar donde vivía el niño con esa mujer- siguió con su relato -y cuando el abogado empezó a hacer la preguntas ella confesó que quería vender al niño a señores después de cinco años cuando estuviera más grande, ¿sabes cuántos años tiene ese niño, cuatro. simplemente la imagen de roier llegó a mi mente y no pude contra el pensamiento de saber que tal vez mi hijo estuviera en su lugar. Cuando esa mujer quería vender al niño tendría casi la edad de roier, y eso simplemente me partió el corazón, no pude, y me dió miedo, nosotros tenemos a nuestro pequeño desde que nació y no me quiero imaginar lo que tuvo que pasar ese niño cuatro años de su vida.

el silencio se apodero del lugar y el llanto de luzu era lo único que se escuchaba. por lo tanto vegetta acariciaba su espalda para darle apoyo moral.

-tranquilo cariño, ese niño estará con spreen y juanito, verás que el juez les va a dar la custodia y más sabiendo todo esto. y roier está bien, míralo aquí está. nunca dejaremos que le pase nada, ¿de acuerdo?.

el más alto asintió uniéndose en un abrazo con su esposo.

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juan arrullaba a ollie para que pudiera dormir, la verdad era que hace dos minutos había caído en en brazos del morfeo, pero el castaño disfrutaba de ver al menor dormido.

mientras tanto spreen acababa con una llamada y con gran emoción subía los escalones de dos en dos para llegar lo antes posible con su esposo.

-juan, psst- susurró al ver como ollie dormía. juan volteó a la entrada de la habitación preguntaba con un movimiento de cuerpo que era lo que y ocurría -sal.

-pimienta- el mayor rió silencioso conteniendo las carcajadas al igual que spreen quien volteó y con su brazo tapó su boca.

-hablo en serio, tengo noticias de roberto.

-oh, en seguida- subió las cobijas un poco más y se aseguró que el menor durmiera tranquilo.

cuando salió de la habitación su esposo lo abrazó al segundo de cerrar la puerta.

sintió besos en todo rostro y soltó varias risillas.

-¿qué ocurre?, ¿porqué tan cariñoso?

spreen tomó de los hombros al menor y se inclinó un poco para ver a los ojos de su esposo.

-roberto marcó y dijo que la señora confirmó que sería nuestra testigo, claramente con condiciones de no decir nada de lo que quería hacer con ollie, pero eso no es lo más importante. rubius le dijo a robleis que con todo lo que roberto sacó de información era más que suficiente para que ollie se quedara con nosotros. ¡¿pero sabes que es lo mejor?!.

-¡no, ¿qué?!

-¡que rubius convenció a los del orfanato donde mandarían a ollie para que dieran el permiso y los papeles legales a nosotros!

-¡no te creo!

spreen asintió con intenciones de contestar pero la puerta se abrió y un pequeño niño salió con las mejillas llenas de lágrimas.

-¿porqué gritan?, ¿hice algo malo?

el ceño de los dos se frunció y en seguida spreen cargó al pequeño en sus brazos, metiéndose de nuevo a la habitación seguido de juan.

-no hiciste nada malo, gritamos porque estamos felices. pero no volveremos a gritar, lo prometo- explicó el argentino dejando a ollie en la cama.

-ollie- juan se sentó en la cama a un lado del infante.

-mande

-a ti, ya sabes..¿te gustaría vivir con nosotros?

el pequeño bajó sus labios y sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas.

-¡si!, ¡yo si quiero!- inmediatamente gateó al castaño y lo abrazó, spreen sonrió tierno ante la imágen y sin resistirse abrazo a los dos contrarios.

era su primer abrazo como casi una familia.

está bien, bebé ollie ★ spruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora