dos

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-bien, hemos llegado- spreen avisó abriendo la puerta cuando puso el código, dejó a juan entrar primero y después lo hizo él junto con ollie aún en brazos.

el menor de los tres le sonrió mientras le decía con la mirada y un movimiento de brazos que le diera al bebé, spreen acató la orden y así lo hizo aún con ollie envuelto en el enorme abrigo.

-prende la calefacción en lo que baño al pequeño, ¿de acuerdo?- habló juan y el moreno asintió retirándose -vamos ollie, te daré un baño calientito y después a comer-

-¿y el señor spreen?- preguntó el chiquito viendo como la espalda del nombrado se iba alejando cada vez que juan daba un paso hacia arriba de las escaleras.

-spreen hará que la casa se ponga más calientita, no te preocupes en seguida nos alcanzará-

-bien.

el bebé asintió y volvió su vista al mayor quien le sonrió.

después de dejar a ollie en la taza del baño aún con el abrigo, juan se dispuso a llenar la tina, puso burbujas y varios patitos de hule para que el menor se entretuviera.

no queria sonar apresurado pero queria proteger al niño de cualquier cosa, tenerlo en sus brazos y decirle cosas bonitas. tal vez fue que su parte paternal volvió y quiso de alguna manera tener aquella experiencia con el pequeño, aunque sabía que muy pronto lo tendría que entregar a las autoridades para que ellos se encargaran de lo demás.

quedaría con un vacío en el corazón, pero eso era lo correcto y si no lo hacía saldría perjudicado.

-¿estas listo?- vió negar a ollie. -¿que pasa?-

-hace mucho frío.

-mmmh, vamos, serán escasos segundos y después estarás en agua caliente. ¿no quieres jugar con los patitos?-

ollie no contestó a la pregunta, pero si habló, con su tono tierno.

-spreen

-¿spreen?

-si- asintió -quiero que el señor spreen esté aquí-

juan río de una forma tierna y soltó en un pequeño grito el nombre de su esposo quien en varios minutos regresó con un suéter puesto.

-lo siento, si no me abrigaba temia a que podría enfermar- sonrió -¿ocurre algo?, ¿porqué ollie aún no está en la tina?-

-porque ollie quiere que el señor spreen este presente-

el nombrado rió tierno mientras se encogía de hombros y se acercaba al menor que al verlo sonrió y de inmediato estiró sus bracitos hacia él.

-bien, vamos a darte una ducha,estas muy sucio y todavía falta que comas algo-

spreen metió a ollie en la tina con agua caliente, y de inmediato juan se encargó de tomar shampoo y esparcirlo en su cabello mientras hacia espuma.

por otro lado spreen y ollie fingían voces raras para los tres patitos de hule mientras jugaban a cualquier cosa que juan no puso atención por estar viendo el cuerpo del menor.

varias marcas rojas, moretones y cicatrices cubrían el pequeño cuerpo, juan podía notar las pequeñas muecas de dolor que hacía ollie cuando pasaba la esponja por lo moretones, incluso spreen se dió cuenta de las marcas en sus manos y brazos.

-ollie- habló el pelinegro -¿te puedo preguntar algo?-

-si

-¿quién te hizo esto?- con sus dedos señaló las marcas y cicatrices.

-oh

los dos mayores vieron como la expresión del niño cambió a una triste, haciendo así que sus corazones se apachurraran.

-mami se enojaba y hacia esto, pero siempre decía que ya no iba a hacerlo-

después de eso ninguno de los dos habló del tema, juan se encargó de terminar su trabajo con el menor y spreen se dirigió a la cocina para ver que podría preparar de comer.

-bien pequeño, no tengo ropa para bebé pero te pondre una playera mía, ¿de acuerdo?-

ollie asintió dejándose hacer, le habia puesto crema en el cuerpo junto con una loción fresca, secó su cabello con una secadora y finalmente lo volvió a cargar en sus brazos para bajar a donde su esposo.

-no te muevas o podrías caerte- informó el castaño dejando a ollie en una silla atrás de la barra americana.

segundos después spreen llegó con un plato donde había un sándwich caliente, un vaso de leche y regresó con otro plato repleto de galletas con chispas de chocolate.

-come pequeño- alentó mientras veía al menor agarrar el sándwich y llevárselo a la boca. después volteo hacia su esposo que igual veía al infante -hable con robleis-

-¿de verdad?, ¿y qué te dijo?-

-que vendría mañana en cuanto su turno acabara, pero que seguramente carre estaría antes aquí. ya sabes que esos dos se complementan por ser chismosos-

los dos rieron mientras seguían viendo a ollie comer.

-listo- avisó el menor mientras retiraba el plato con aún la mitad del sandwich.

-¿no vas a terminar de comer?

-mno, lo guardaré para más al rato, porque si lo termino ahora más tarde no tendré que comer.

-no bebé- se apresuró a decir juan -spreen y yo prometemos darte toda la comida que quieras, puedes terminar el sándwich y las galletas, nosotros te daremos más. anda, termina todo-

los ojitos del menor brillaron y volviendo a tomar el sándwich le dió la mordida más grande que su pequeña boquita le permitió.

por otro lado juan y spreen se voltearon a ver con una mueca por lo mal acostumbrado que ollie estaba. incluso haciendo que quisieran luchar por quedarse con el pequeño, algo que obviamente no pasaría, pues no importaba que spreen fuera un gran empresario y trabajara para una de las mejores empresas de tortilla, o que juan fuera maestro en el colegio más caro del barrio, ellos entendían muy bien que con dinero no puedes comprar amor.

está bien, bebé ollie ★ spruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora