Material Boy💞 [KOOKV]

XVII

Jeon Jungkook era sinónimo de perfección, la misma Moon-Young, madre del alfa puro, se encargó de educarlo adecuadamente para que fuera todo lo que se esperaba y más.

El hijo y líder perfecto, quien hiciera lo que le correspondía como futura cabeza de la manada, completamente fiel a sus deberes. Durante treinta años, todo marchó acorde al plan de vida que habían trazado para el alfa apenas nació.

Era inteligente, aguerrido, apuesto, de porte galante y bueno para los negocios, las artes marciales formaban parte de sus grandes habilidades, así como tenía destreza para persuadir a otros con el fin de lograr sus objetivos.

Perfección como se esperaba de alguien con un rango tan alto en la sociedad, y Jeon Moon-Young estaba orgullosa de su creación.

La madre de Jungkook creyó que todo estaba bien y que el futuro líder seguiría escuchando y siguiendo sus consejos, hasta esa noche unos días atrás, cuando le informaron que el alfa abandonó a Irene en el lujoso restaurante en el que sucedió el encuentro que ella misma organizó.

Irene estaba furiosa con justa razón, así que en cuanto Jungkook la abandonó, ella se quejó con la alfa por la conducta de quien ya denominaba como su "futuro esposo", se veía disfrutando de todas las ventajas y admiración que significaba ser la próxima luna de los Euphoria. Nadie le quitaría eso.

Moon-Young inmediatamente intentó comunicarse con el equipo de seguridad de Jungkook, pero nadie habló nada al respecto esa noche, sus hombres le eran leales al pelinegro, además, el único que en realidad conocía lo que pasaba era Min Yoongi y él no delataría a su amigo así estuviera bajo amenaza de muerte.

Jungkook llegó esa noche nuevamente a la mansión Jeon, ella lo esperó hasta altas horas de la madrugada y trató de enfrentarlo, hacerle ver sus errores al rechazar a alguien tan adecuada como lo era Irene. No obstante, fue contraproducente, ya que el alfa le expresó muy molesto que tenía asuntos más importantes que atender que un compromiso al cual siempre se negó.

Ella estaba impactada pues el alfa jamás fue grosero, ni siquiera cuando era un adolescente hormonal. El alfa siempre fue recto y serio, solía escucharla hasta antes de encapricharse con quién sabe qué calamidad.

Una persona que ahora estaba interfiriendo negativamente con el futuro y supremacía de la manada que los Jeon llevaban siglos gobernando.

Durante esos días la alfa trató de investigar por sus propios medios, pero su hijo la mayor parte del tiempo se la pasaba con sus deberes con la manada, al pendiente de las empresas y entrenando como habitualmente lo hacía. Nada parecía fuera de lugar, pero luego pensó en que Jungkook no era ningún tonto y cubría sus pistas celosamente.

El pelinegro era un experto que protegía el camino por donde andaba, ella misma le enseñó y el alumno superó a la maestra, lo que ahora le jugaba en contra.

No quiso hablar del tema con su esposo Jeon Joong-Ki pues la unión de Jungkook con Irene era algo que le correspondía solo a ella, si no lo conseguía, era como estar fallando prácticamente a toda la manada en uno de los sucesos más importantes, pues la pareja de vida con quien un líder decidiera estar influía mucho en sus propias decisiones, las cuales afectarían a toda la nación.