Capítulo 13: Vínculos

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31 de agosto de 2018 / 7:12 p. m.

«Esto es una puta mierda», exclama Asier caminando por el pasillo. «¿Por qué tienen que pasar estas cosas? ¿Por qué tenemos que morir?»

El chico empieza a sollozar. Asier se detiene para evitar ser visto por las personas que transitan el lugar. Ruben lo logra alcanzar, le da media vuelta y lo sujeta con fuerza.

—¿Eso es lo que realmente piensas? —cuestiona Ruben, comportándose como un escudo.

—Este mundo está hecho añicos... ¿Por qué la gente tiene que morir? —repite Asier, esta vez preguntándole a su abuelo parte de sus pensamientos.

—No hay una respuesta a esa pregunta —suspira Ruben.

Asier se mantiene en un llanto silencioso, extrañando a su padre y a su hermana, extrañando los momentos que vivió con ellos...

—En algún momento todos moriremos, eso me incluye a mí y te incluye a ti —menciona Ruben. Sabiendo que aquellas palabras pueden lastimar al chico—. El hecho de que morirás no te quita la vida.

—Pero... ¿Por qué?

—Somos humanos, nacemos y morimos, no hay nada que pueda cambiar eso. La muerte de un ser querido duele, y dolerá más si solo lo ignoras, pero si aceptas la pérdida, podrás seguir viviendo. Así es la vida y no podemos hacer nada al respecto.

Asier se separa de su abuelo y se seca las lágrimas.

—Si estamos destinados a morir, tenemos que vivir —menciona Asier mirando a los ojos a Ruben.

—Así es, espero que tengas eso en cuenta.

—Gracias...

Ambos terminan regresando a la habitación, Asier decide partir directamente al baño.

—¿Cómo te sientes, Alex? —pregunta Ruben al verlo más relajado.

—Mejor...

—De alguna manera lo logré tranquilizar —interrumpe Yanil parada a un lado de Ruben.

—Yanil es una buena hermana —comenta Alex con una sonrisa —. ¿Por qué Asier salió de repente? ¿Lo hice enojar? —cuestiona inmediatamente el rubio.

—No hiciste nada malo, él solo necesitaba aire fresco —contesta Ruben acariciando la cabeza de Alex.

Tras todo haberse calmado, Yanil toma asiento en el sofá y Asier no tarda en salir del baño.

—¿Por qué saliste de repente? —pregunta la chica. Inmediatamente, Asier toma asiento.

—Sabes bien que odio estos ambientes —responde Asier.

La tensión entre ambos hermanos va en aumento.

—Oye, tienes 12 años, debes controlarte más, preocupaste a Alex.

—Lo siento —contesta sacando su teléfono al sentirlo vibrar.

—¡Oye! ¡No me ignores! —exclama la chica ante la actitud de Asier.

—No es eso, David, me acaba de escribir.

Yanil suspira.

—¿Cómo te sientes?

—Exhausto, quiero volver a casa y darme un baño —dice sujetando su ropa deportiva, la cual está sudada.

—Es cierto que apestas —comenta en tono de broma.

—Entonces no te acerques.

Unos minutos en silencio transcurren.

—Y bien, ¿cómo fue tu primer día en el taller de artes?

Trozos del Pasado: Entre Sombras Y EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora