¡Buenas! Perdonad el retraso, pero he tenido un pequeño problema con mi cuenta.
A todo esto, creo que algunos leísteis el comienzo del capítulo. Quizás os haya extrañado. Estaba escribiéndolo aquí en Wattpad y le di a publicar en lugar de "guardar". Siento las molestias. Aquí tenéis el capítulo completo.
¡A disfrutar!
Katsuki no lo podía creer. Después del esfuerzo que había hecho hacía unos días para ignorar el hecho de que su cuaderno preferido había aparecido con una hoja cortada y con unos apuntes escritos con una letra que obviamente no era la suya, ese nerd confesaba sus actos arrodillándose frente a él y tendiéndole una bolsa con galletas caseras.
—Las he hecho este fin de semana con mi padre. Es un regalo para pedirte disculpas por lo que le hice a tu cuaderno.
No podía entenderlo. ¿Por qué había decidido confesar? Después de todo, él no le había recriminado nada. Había fingido no haberse dado cuenta de lo ocurrido, a riesgo de que aquello le hiciera parecer tremendamente estúpido. Pero si ese idiota quería que actuara como el malo, ¿qué remedio le quedaba?
—Te dije que no tocaras mis cosas —masculló.
—Lo sé —gimió Izuku, volviendo a colocar las manos y la cabeza sobre el suelo—. Fue un accidente. Estaba hablando por teléfono y no me di cuenta de que estaba sentado en tu silla. Pensé que el cuaderno era mío. ¡Lo siento mucho, Bakugo-san! Intenté arreglarlo lo mejor que pude.
—¿Por qué has decidido contarlo ahora?
—Pensé en no decir nada, pero la culpa me estaba devorando. Lo que hice no estuvo bien, y lo correcto es pedir perdón.
Katsuki resopló. ¿Cómo se suponía que debía actuar? No tenía sentido enfadarse después de lo ocurrido hacía varios días. Había decidido que no le daría importancia en pos de la convivencia. La conversación con Kirishima lo había convencido de que debía suavizar su postura. Su mejor amigo había hablado con él durante el baño, justo antes de regresar a su habitación y darse cuenta de que algo andaba mal.
—No entiendo por qué estás de tan mal humor. Midoriya es genial: amable, educado... Justo lo que necesitabas —comentó Kirishima.
—Ya te lo he dicho: no quiero más compañeros de habitación.
—Sabes que eso no es posible. Dadas las circunstancias, lo mejor que podrías hacer es llevarte bien con el chico. Imagina que se harta de tu actitud y pide un traslado de habitación. ¿Sabes lo que pasará entonces?
—¿Que por fin aceptarán que lo mejor es darme una habitación para mí solo? —intentó adivinar con tono burlón.
—No. Lo que pasará es que te buscarán un nuevo compañero, y quizás sea incluso peor que los otros. ¿Es eso lo que quieres?
Katsuki ya había pensado en esa posibilidad, pero estaba tan obcecado en querer estar solo que apenas había sido capaz de reprimir su mal carácter.
Después del baño, regresó a su habitación con intención de empezar de cero y aceptar que tendría que conformarse con compartir espacio con otra persona. Kirishima tenía razón: Midoriya parecía un buen chico y no le había provocado problemas hasta el momento, o al menos nada que no pudiera soportar. Se esforzaba por satisfacer sus necesidades y llevarse bien con él. Intentaba ser lo más silencioso posible, a pesar de los repentinos e incontrolables murmullos que salían de sus labios cuando reflexionaba sobre algo relacionado con sus estudios. No roncaba ni olía mal y era bastante ordenado.
Sin embargo, tenía un problema con él. Un problema que había visto venir desde el momento en el que Iida se lo presentó y que le daría serios dolores de cabeza en época de exámenes: ese chico, con su cabello rizado y sus grandes ojos verdes, era, definitivamente, su maldito tipo. No había nada en él que no le gustara: tanto su físico como su carácter eran jodidamente perfectos. Tenía la altura y la complexión ideales, la voz dulce y la piel recubierta de adorables pecas. Sus ojos brillaban cada vez que algo le entusiasmaba y su sonrisa era amable y sincera. Para colmo, estaba demostrando ser terriblemente honesto y justo.

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Compañeros de habitación (Bakudeku)
FanficIzuku llega a la universidad lleno de ilusión y entusiasmo, pero su primer día se verá empañado por el mal humor y las exigencias de su nuevo y conflictivo compañero de habitación, Katsuki Bakugo.