08.

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—¡Señora Hwang, esto está delicioso! —exclamo con una sonrisa bastante cínica, ya que apenas y toqué el plato.

Lo que me sorprende es que comen raciones bastante abundantes.

—Dime Suni, querida.

—Oh, cierto, disculpe —río suavemente.

—No te preocupes, cielo —dice con una sonrisa— Y la comida sólo la aliñé yo, pero todo el resto lo hizo Esperanza, la criada de la casa.

—Pues, ¡les quedó estupendo! —digo tratando de dar una buena impresión, eso me puede servir de mucho en este momento.

—Le falta sal —comenta el señor Hwang, a lo que aprieto los dientes con ganas de decirle un buen par de cosas.

HyunJin aprieta mi mano por encima de la mesa y le sonrío tratando de no verme tan hipócrita por mi casi reacción de recién en la que estuve a punto de tirarme al puesto del señor HyunMik para destrozarle la cara.

—Disculpen, debo ir al baño —agrego antes de echar la silla hacia atrás y levantarme para salir de la incómoda situación de la cena. Aunque debo admitir que es un poquito mi culpa y de mis reacciones asesinas.

—Es al final del pasillo a la derecha, querida.

Le sonrío a la señora Hwang y voy hacia esa dirección, viendo cada habitación, y la única que está cerrrada con llave es una puerta de madera café totalmente barnizada con un color marrón muy suave para conservar su color original. De repente, noto una sombra asomándose por el corredor y una mano toma mi brazo, encerrándome en la cocina con ella.

—¿Esperanza?

—Señorita JiHae —susurra ella, haciéndome una seña para que guarde silencio.

—¿Qué pasa? —pregunto confundida.

—Sé lo que usted y el señor HyunJin planean hacer —dice logrando que me ponga roja por la rabia y la vergüenza que siento en este momento— Los escuché hablando antes de la cena, y yo... Quiero ayudar, ese señor es muy agresivo.

—¿Agresivo?

—Sí, él... —menea su cabeza de un lado a otro y la miro con tristeza— No importa, lo importante es que ustedes logren entrar a la oficina del señor Hwang sin que él los descubra, especialmente su hijo, eso podría traerle graves consecuencias.

—Prometo que cuidaré a HyunJin —digo tomando su mano.

—Muchas gracias, señorita JiHae.

—Dime Ema —susurro.

—La verdad es que sé quién es, su hermano Felix hablaba mucho de usted cuando horneábamos galletas con el señor HyunJin —se sincera, a lo que mis ojos se llenan de lágrimas porque YongBok realmente hablaba mucho de mí. 

—Lo extraño —me atrevo a decir al borde del llanto.

—Yo los ayudaré, pero no me delaten por favor, ¡se los suplico!

—Claro que no, Esperanza —le sonrío— ¿Cuál es el plan?

A medida que pasan los minutos, la idea de Esperanza me parece mejor que cualquier cosa que se nos haya podido ocurrir a mí y a HyunJin, digamos que cada vez nos quedamos con menos cerebro del agotamiento mental que es buscar a tu hermano y novio perdido. Por suerte, recibimos ayuda y por cómo está la situación, no estamos en condiciones de rechazar ayuda por muy de dudosa procedencia que sea.

Yo me iré en cuanto termine la cena, los Hwang harán su vida normal hasta que se vayan a acostar y cuando HyunMik deje la llave y sus colgantes de batalla encima de la mesa de noche, entonces entrará Esperanza y si llegaran a encontrarla, usará la excusa de que entrará a limpiar la oficina, lo cual no es muy viable en la madrugada, pero es lo único que podemos usar por ahora.

MANIAC » stray kids.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora