capitulo 4: Recuerdos y sueños

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Me sentía cansado, agotado, aburrido y, sobre todo derrotado, con las gotas de sudor recorriendo a mares mi cuerpo. Una vez más, Dre se llevó la victoria ante China. Podía escuchar sus voces celebrando. Parpadeo un momento y, me encontraba justo en la plataforma de lucha, otra vez estaba en el torneo. Las luces no estaban tan potentes y claras, las sillas estaban vacías y quebradas. Todas las personas que creí escuchar gritar su nombre desaparecieron. Vi mis manos, tenía cicatrices por doquier.

Me intente levantar. Sin embargo, sentí algo en mi espalda apoyándome contra el suelo. Volteo a ver y, me paralice. Arriba mío ya no estaba Dre, lo reemplazó el maestro Li, mirándome con un semblante además de serio, enojado. Intente levantarme pero hizo fuerza en su pie y me volvió a acostar en el suelo.

- Q-que?

- mira nada más lo que hiciste..

Me dedico una mirada decidida.

- te dejaste vencer de un pillo sin talento. Te dejaste ganar y lo que haces es intentar ser su amigo- recito con ira- me das vergüenza como alumno.

- No! S-se que puedo dar más- fui interrumpido por una cachetada.

- No! Hasta aquí llegaste Cheng!- me tomo del traje y me aventó contra el suelo- eres una deshonra para tu familia.

Eso me dejó estático. Lágrimas salieron de mis ojos por todo eso. Mi corazón latía a mil y, unos zapatos negros se pusieron delante mío. Alce la mirada y quede congelado.

- Te haces llamar mi hijo?- pregunto mi padre con un látigo en su mano

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- Te haces llamar mi hijo?- pregunto mi padre con un látigo en su mano.

- No. No, por favor papá. No lo hagas..- dije entre sollozos.

Lo último que ví fue a mi padre alzar su mano listo para pegarme. Cerré mis ojos con fuerza en el momento que hizo tacto con mi piel.

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Una alarma resonó una y otra vez en mis oídos. Sentía mis ojos y mi mejilla izquierda caliente, frote mis ojos visualizando que ya era de día. Me dirigí a la mesita de noche y omití la alarma del reloj ya marcado las 9:30 a.m. Cómo quisiera dormir un poco más.

Recordé que hoy voy a salir con mis amigos al centro comercial por el nuevo Arcade. Justo en Domingo, increíble. Aunque, no estaría mal jugar con máquinas y ganar uno que otro premio diminuto.

Me levanté y me fui al baño a bañarme. Al salir saque la ropa que me pondría, me seque, me vestí y puse los zapatos. Creo que me pase un poco por la moda. Baje a la sala y a pocos escalones ví a mi padre viendo la televisión, y mi madre cocinando.

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda con tan solo verlo, se veía tranquilo a si mismo. Voltee al corredizo de al lado. Este tenía trabado artefactos antiguos y uno que otro jarrón viejo, el látigo estaba allí. Muy pocas veces lo veía tomarlo, eso es un avance hacia mi reputación.

Bajo Tu Mirada // Karate kid Donde viven las historias. Descúbrelo ahora