Mi Alfa | Irukaka

dos

Iruka podía escuchar los gemidos y gemidos de Kakashi desde el otro extremo de la casa. Estaba seguro de que ya había contado varios orgasmos. Pero así era un calor. Una vez que un Omega comenza, simplemente no podía parar, era difícil para ellos estar satisfechos y la mayoría de las veces, iban hasta que se desmayaban. 

Pero si tuvieran un compañero Alfa, sus impulsos podrían satisfacerse más rápidamente, cosa que, ¿y si pudiera ser el compañero de Kakashi?

Kakashi dejó escapar otro gemido, un sonido que se parecía mucho a su nombre e Iruka sintió que su rostro se calentaba cuando su cuerpo reaccionó de nuevo a su voz. Iruka se retorció en su lugar en el salón mientras se sentía crecer aún más.

Se desabrochó los pantalones y deslizó una mano dentro, masajeando lentamente el duro bulto escondido debajo de su ropa interior. Tenía muchas ganas de responder a los gritos de Kakashi, unirse a él en el dormitorio y follarlo hasta dejarlo sin sentido, y darle una buena noche pero como esa no era una posibilidad en ese momento, solo podía apegarse a la siguiente mejor opción.

Iruka cerró los ojos mientras deslizaba su mano más profundamente, pasando su eje y bajando hasta sus testículos, los apretó suavemente sobre sus calzoncillos, exhalando profundamente mientras comenzaba a relajarse. Su pene era tan sensible que en todas partes que tocaba, leves estallidos de placer se disparaban a través de su sistema.

Toda la longitud latía con urgencia, gritando para que su mano frotara y presionara todo a la vez. Pero eso no fue suficiente. Tocarse a sí mismo a través de su ropa interior no lo satisfacía tanto como necesitaba. Cuando Iruka rápidamente se excitó más, se bajó los pantalones hasta las rodillas y liberó su pene de sus calzoncillos, su erección se elevó rápidamente el resto del camino, casi completamente paralelo a su abdomen.

Envolvió su mano alrededor de su eje y usó su pulgar para frotar la punta, girándolo en un movimiento circular, burlándose de sí mismo mientras escuchaba los gemidos de Kakashi e imaginaba lo que podría estar haciendo. Claramente había querido que lo follaran antes, ¿entonces estaba usando sus dedos, tratando de llenarse con su mano? ¿Cuántos dedos había metido dentro de sí mismo? ¿Y cómo se veía su rostro al borde del placer?

Iruka se estremeció de excitación, se sentía tan sucio masturbándose así, pero algo en eso también lo excitaba. Su mano comenzó a deslizarse arriba y abajo de su eje en movimientos largos y rítmicos, apoyó la cabeza hacia atrás, enfocándose en las ondas de choque de éxtasis que viajaron a través de él. 

Ya se sentía tan bien, masajeándose, pero sabía que podía sentirse aún mejor. Se detuvo momentáneamente, su pene palpitaba desesperadamente en señal de protesta, escupió en su mano, llenándola de saliva. Y cuando retomó donde lo dejó, sintiendo la forma en que su mano se deslizaba tan fácilmente a lo largo de su eje, dejó escapar un pequeño gemido.

Su pene se sentía tan húmedo, y el schlick de cada movimiento sonaba como si estuviera en la boca de alguien, en la boca de Kakashi, como si lo estuviera chupando. 

En el fondo de la mente de Iruka, sabía que no debería estar pensando en Kakashi tan crudamente, pero sus feromonas, que aún se aferraban al aire, hacían que lo deseara tanto ya era bastante difícil quedarse aquí mientras lo llamaba desde la otra habitación y mucho menos controlar sus pensamientos.

Iruka aceleró el paso cuando su excitación se agitó aún más, su respiración se hizo más pesada a medida que el placer que lo recorría se hacía más intenso. Kakashi realmente tenía su atención ahora, porque se estaba volviendo más fuerte, como si estuviera al borde de otro orgasmo.