Mi Alfa | Irukaka

ocho

Kakashi deambuló por el mercado y suspiró. Había pasado alrededor de un mes desde que su celo había terminado y se había ido por caminos separados con Iruka para pasar un tiempo tratando de resolver las cosas. 

Había pasado un tiempo, más de lo que sospechaba que la mayoría de la gente tardaría en dar una respuesta a alguien, pero quería estar absolutamente seguro de que sus sentimientos eran los suyos propios, que no habría nada que lo influenciara, como las feromonas de Iruka todavía adheridas a él, su ropa o sus hormonas aún no están completamente reguladas. 

Esa era la razón principal por la que había mantenido las distancias, pero si era honesto consigo mismo, también estaba asustado.

Cuando se quedó en lo de Iruka, nunca había experimentado sentimientos tan intensos por alguien en su vida, o tan rápido, e incluso en su tiempo separados, los sentimientos no se habían ido. No sentía la intensidad que tenía en celo, pero aun así eran fuertes y desde que se separaron, no había podido sacárselo de la cabeza. 

Cuanto más pensaba en ello, más se daba cuenta de que Iruka era todo lo que siempre había querido y con quien quería establecerse, aunque quería seguir su corazón y estar con él, sentía que sus sentimientos se estaban moviendo demasiado rápido para él, estaba aterrorizado de volver a estropear las cosas y arruinar esta segunda oportunidad que se le había dado a causa de ellos.

Kakashi respiró hondo, oliendo los aromas frescos y deliciosos de las frutas y verduras frescas que se exhibían en todos los puestos, y frunció el ceño confundido cuando olió algo no del todo afrutado en el aroma. Era un aroma dulce, parecido a la miel, y también especiado, parecido a la canela, y por alguna razón, le parecía muy, muy familiar, pero no podía ubicar de dónde.

Volvió a respirar hondo y miró a su alrededor, notando que el olor era más fuerte ahora pero mientras estudiaba los puestos, solo vio las frutas y verduras habituales, nada que pudiera hacer la combinación tentadora que estaba oliendo. Volvió a oler, el aroma aún más fuerte, y comenzaba a volverlo loco, haciendo que sus entrañas se revolvieran. Finalmente, cuando encontró la fuente, se congeló y su corazón latía salvajemente.

Lentamente acercándose a él mientras compraba estaba Iruka, y nunca se vio mejor.

Mientras Iruka estudiaba los alimentos en exhibición, se sintió atraído por las frutas que emanaba un aroma realmente delicioso, parecido a un postre, que le estaba dando hambre, pero no sabía de qué frutas provenían y mientras trataba de localizar la fuente, sintió un par de ojos sobre él. 

Levantó la vista casualmente, esperando que alguien estuviera mirando en su dirección y no a él, se sorprendió al descubrir que alguien lo estaba mirando y que ese alguien era Kakashi, a solo unos pasos de él.

Cuando se miraron a los ojos, pronto se dio cuenta de que lo que había estado oliendo no era fruta, sino las feromonas de Kakashi, después de tanto tiempo sin verlo, lo deseaba más que nunca.

— K-Kakashi… —respiró.

— Iruka. —Kakashi tragó saliva.

El tiempo pareció detenerse mientras los dos se miraban el uno al otro, el corazón de Iruka rebosaba de amor por Kakashi, pero también se arremolinaba de miedo, temeroso de ser rechazado, y Kakashi se abrumaba con sus sentimientos por Iruka y los recuerdos de todo lo que estaban pasando. hecho juntos.