uno

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Kakashi caminó por el pueblo tratando de mantenerse erguido y caminando derecho, moviéndose como si nada pasara. Lo último que necesitaba era que alguien lo notara, o que no estuviera cerca de él. Tuvo suerte de que los guardias no lo hubieran visto cruzar las puertas, o seguramente lo habrían escoltado al hospital y eso no hubiera ayudado en nada a la situación. 

No. 

Todo lo que necesitaba era llegar a casa y quitarse la ropa, y entonces él podría atender sus problemas él mismo. Kakashi tiró de su camisa, de repente sintiéndose febril y sudoroso mientras su cuerpo se calentaba. Estudió ansiosamente la concurrida calle de la tarde. Tal vez no llegaría a casa, después de todo.

A menos que.

Buscó a tientas en el bolsillo de su chaleco, buscando desesperadamente su medicación. Cuando encontró la botella, la sacó y la abrió, vertiendo su contenido en su mano. Pero cuando lo vertió y lo agitó, no salió nada. Estaba vacío.

— Mierda. —Kakashi maldijo por lo bajo.

No podía estar en la calle en su estado, especialmente a altas hora de la noche, cuando había tanta actividad pero no había ningún lugar seguro al que pudiera ir, ningún lugar donde no pudiera ser encontrado. Entonces, ¿qué podía hacer?

La ingle de Kakashi latía con entusiasmo cada vez que se movía y apretó los dientes, resistiendo el impulso de tocarse. Aqui no. De ninguna manera. No iba a sucumbir su calor aquí en la calle, tenía que llegar a casa o encontrar un lugar privado.

Aceleró el paso, ansioso y agitado, y de repente se encontró con una casa que reconoció, justo cuando sintió una humedad familiar que brotaba alrededor de su trasero. Apretó la mandíbula y se dirigió a la casa. En circunstancias ordinarias, nunca haría esto, nunca le pediría a alguien que lo protegiera durante su celo pero no tenía opciones, y esta era la única persona en la que confiaba para mantener las cosas entre los dos. 

Si alguien lo encontrará y se corriera la voz de que era un omega.

A la mayoría de las personas en el pueblo no les importa ni tratan a las personas de manera diferente debido a su género, pero aún había algunos que creían en la jerarquía social de Alfa, Beta y Omega. Kakashi está seguro de que tendrá más personas apuntándolo de muchas maneras si se enteraban. 

Seguramente perdería el respeto de otros pueblos que también tenían una mente menos abierta que Konoha. No era algo que le preocupará particularmente, pero podría convertirse en un problema si le impedía ir a ciertas misiones para las que realmente lo necesitaban, por lo que quería mantenerlo en secreto.

Kakashi llamó a la puerta con urgencia, haciendo todo lo posible para ignorar los latidos de emoción que lo molestaban y lo animaban a sentirse él mismo, a prepararse para un alfa. Casi se estremeció de anticipación mientras esperaba, no había nada que quisiera hacer más que eso. 

En realidad, había una cosa mejor que masturbarse.

Kakashi negó con la cabeza. No, él no quería eso, no quería que cualquier Alfa lo jodiera. Él había estado allí, había hecho eso cuando era más joven pero eso ya no le gustaba, y ahora, solo quería encontrar a alguien con quien establecerse.

La puerta se abrió de repente, interrumpiendo sus pensamientos y Kakashi miró hacia arriba entrecerrando los ojos, momentáneamente aturdido por la luz. Le tomó un momento para que sus ojos se acostumbraran y cuando recuperó la compostura, miró con aire de disculpa al hombre que contestó y habló.

Mi Alfa | IrukakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora