Capítulo 2

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Al día siguiente un sonido fuerte me despertó.

Abrí los ojos, y vi las puertas abriéndose, habían dos niños esperando a que abrieran, y Newt también estaba ahí. Las puertas se abrieron por completo, creo que uno de los niños era Minho, los dos salieron corriendo, y Newt comenzó a caminar hacia el techo que cubría las hamacas.

Cuando ya se estaba acercando, vi que traía una bolsa, y yo me senté en la hamaca.

—Buenos días verducha— Newt me sonrió.
—Buenos días— le devolví la sonrisa.
—Hoy tienes la pruebas de trabajo, ¿lista?
—Supongo.
—Toma, esto es tuyo, tiene cosas de mujer, ropa, toallas sanitarias y esas cosas.
—Gracias.
—Puedes ir a cambiarte allí, es una cabañita que nadie usa, igualmente yo me quedo en la puerta cuidando para que nadie entre— sonrió.
—Vale, gracias.

Fuimos hacia la cabañita y yo entré, busqué algo que ponerme, encontré un pantalón negro ancho, y un top negro que llegaba por encima de mi ombligo.

Me puse los únicos zapatos que tenía, que eran unos deportivos negros. Salí de la cabaña, y ahí estaba Newt.

—Ya estoy— sonreí.
—Ese pantalón te queda un poco grande— rió.
—Un poco— reí.
—Vamos a dejar la bolsa en mi cabaña para que no te la pierdan.

Fuimos a dejar la bolsa en la cabaña de Newt.

—¿Por qué tu duermes en una cabaña?
—Por una lesión que tengo en la pierna.
—¿Qué te pasó?
—Me... me caí— sonrió nervioso.
—Lo siento.
—Nada, es que soy un poco patoso— rió— venga, vamos.

Newt empezó a caminar, y me llevó hasta el huerto.

—Primero vas a trabajar aquí, luego yo te iré acompañando el resto del día.

Un niño rubio se acercó a nosotros.

—Hey Zart, esta es Emily, está aquí para las pruebas— le dijo golpeándole suavemente en el hombro.
—¡Hey!, hola verducha— me dio la mano.
—Hola— le di la mano.
—Newt, ya sabes que tienes que hacer, Emily, ven conmigo.

Zart me acompañó a por unas semillas, las tuve que plantar, y luego tuve que atar cuerdas a las plantas de tomates para que crecieran hacia arriba.

—Buen trabajo verducha— Zart sonrió.
—Vale verducha, vámonos, ahora iremos a la cabaña de Winston— Newt cogió mi mano.

Caminamos hasta la cabaña de Winston, era bastante grande.

Newt picó a la puerta y un chico moreno salió, era alto, corpulento, y tenía la cara llena de acné.

—Winston, esta es Emily le toca la prueba contigo.
—Encantado Emily, adelante— se apartó para que pudiera pasar.

Entré a la cabaña, había un montón de sangre por el suelo, y cerdos colgando de las patas, había un olor a muerto asqueroso.

—Dios mío— dije mirando alrededor.
—No te ves para trabajar aquí, ¿verdad?— rió.
—¿Sinceramente?, no.
—Bueno, has sido la que más ha aguantado aquí dentro— volvió a reír.
—Ha sido un gusto conocerte— le di la mano.
—Igualmente— me dio la mano.

Salí de la cabaña, y ahí estaba Newt.

—¿Cómo has aguantado tanto?— se acercó a mí.
—Ni idea— reí.
—Bien, ahora vamos con los constructores.

Newt y yo caminamos hacia otra cabaña que estaba en casi la otra punta del claro.

—Hey Gally, esta es Emily, viene a hacer las pruebas.
—Hola, ¿te acuerdas de mí?
—Sí, el niño que me sacó de la caja— reí.
—El mismo.
—Yo voy a por un poco de agua, vengo en un rato, Gally, cuídala.
—Por supuesto.

Contigo [Newt y tú] {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora