Contigo [Newt y tú] {TERMINADA}

Capítulo 7

Me levanté porque escuché a los chicos cuchichear, abrí mis ojos y los vi a todos reunidos abajo.

Bajé de la litera, me dolió un poco el abdomen pero bajé.

—¿Qué ocurre?— pregunté rascándome la cabeza
—Eso— Thomas señaló en frente.

Miré al frente, había una ventana con barrotes, y en ella, había unas diez personas.

—¿Que narices?— fruncí mi ceño.

La gente comenzó a hacer sonidos raros, y a gritar.

—¡Me estoy convirtiendo en un crank!
—¡Ayuda!
—¡Voy a ser uno de ellos!

Miré confundida a los chicos.

—¿Eso estaba ahí ayer?

Estaba bastante desconcertada, el día anterior cuando llegamos, yo no había visto ninguna ventana.

—Esa es la cosa, que eso ayer no estaba— Thomas me miró con la misma confusión.
—O nos estamos volviendo locos todos, o ya me dirás tú que pasa— suspiré.

Winston se acercó un poco a la ventana, y la gente que estaba ahí se empezó a alterar más.

—Vámonos de aquí— este retrocedió.

Cuando íbamos a abrir la puerta, estaba cerrada con llave.

—¿Qué hacemos?— Thomas se rascó la cabeza.

Encontré un extintor dentro de la habitación.

—Que alguien rompa el pomo, si lo hago igual se me abre la herida otra vez— miré a todos.

Newt cogió el extintor, y le dio golpes al pomo.

Un golpe... dos golpes... tres golpes...

Al cuarto golpe se cayó el pomo, y la puerta se abrió unos centímetros, se veía una oscuridad en todo el pasillo.

—Yo voy primero— Thomas se puso delante de nosotros.

Newt se cogió a mi mano, esta vez fue él, le miré y le di una sonrisa nerviosa, empezamos a caminar a ciegas.

—¿No hay ningún interruptor?— pregunté agarrándome al brazo de Newt por el miedo.
—Ni idea, no me acuerdo— Thomas respondió.
—Que asco, ¿a qué huele?
—A muerto— reconocí la voz de Winston.

Cogí a Newt del otro brazo, y empecé a pasar mi mano por la pared.

—¡Aquí!— grité.

Toqué el interruptor y grité.

—¿Qué pasa?— Thomas se dio la vuelta asustado.

Con el corazón encogido, y un miedo que invadía todo mi cuerpo, señalé delante.

—¡Foder!— Sartén gritó.

El pasillo estaba lleno de gente colgando del techo, todos tenían una cuerda en el cuello, estaban morados, y había un olor espantoso.

—Me quiero ir de aquí— dije abrazándome a Newt.

Este me rodeó con su brazo.

—Vámonos— Minho se puso a mi lado.

Comenzamos a caminar de nuevo, sentimos un golpe delante de nosotros, nos asustamos y nos metimos en cuarto que estaba abierto.

En este las literas estaban todas echas, menos una, no tenía ventanas, y estaba vacío.

—¿No hay nadie?— Thomas miró alrededor, y cerró la puerta.

Justo cuando dijo eso, se sintió una cisterna de baño.