XXVI. Chop Suey.

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Eddie

Ahora entiendo muchas cosas de la vida de Gill, le conté varias cosas de mi vida que no he compartido con nadie más, me presento a su madre y fue tal como lo imaginé, igual no me importa lo que piense, solo no quiero que la haga sentir mal.

Este fin de semana Giselle no estará en el campus, tiene que asistir a ese tal evento con su familia, no estará mi espectadora favorita en Destiny. Elliot me acompaña sin falta, conocí a su padre y es un buen tipo, veo porque Elliot es tan amable todo el tiempo.

Después de la presentación me tomé un par de cervezas con él, Rachel no lo acompaña esta noche.
—Entonces ¿vas en serio con Rachel? — tomo un sorbo de mi botella.

—Eso creo, es linda y divertida — sonríe como un tonto, creo que sonrío igual cuando le hablo de Gill.

—Me alegra que te sientas feliz, amigo — le doy unas palmadas en su hombro.

—¿Cómo vas con Gill? — pregunta.

—Bien, me presentó a su mamá— hago un gesto divertido levantando mis cejas.

—Esa mujer es igual a Miranda Priestly — soltamos una carcajada. Gill me obligó a ver dos veces The Devil Wears Prada y Elliot tiene razón, su madre se parece a ella.

—Pues estoy acostumbrado a que me miren raro, pero Gill en ningún momento se avergonzó de mi — destapo una nueva cerveza.

—Gill jamás se avergonzaría de ti — entrecierra sus ojos.
—Eddie ¿ya le pediste que sean novios? — niego con mi cabeza.
—¿Estas esperando que ella lo haga? — suelta una risa.

—No lo hará — me burlo.
—Es muy orgullosa para hacerlo — mi tono es divertido.

—¿Qué estás esperando entonces? — cuestiona.

—Quiero que sea algo especial, necesito tu guitarra — pido.

—Claro, cuando quieras ¿A dónde la vas a llevar? — mi idea todavía no está completa.

—Aún no lo sé, no conozco Deimos, tampoco tengo mucho dinero, quisiera llevarla a cenar o algo ¿Qué me aconsejas? — necesito su ayuda, él también la conoce.

—Te diré a donde puedes llevarla — Elliot me da detalles, agradezco mucho su ayuda.

Al llegar al campus Elliot me da su guitarra, insiste en que no pierda más el tiempo, dormí el resto de la madrugada, al despertar en la mañana vi mensajes de Giselle en mi teléfono, los respondo dando los buenos días, no pasan treinta segundos y hay una videollamada de ella entrando.

—Buenos días, preciosa — aún estoy en mi cama, me rasco un ojo con el dorso de mi mano, ella está sentada en un jardín, o eso parece, se ve hermosa bajo la luz del sol.

—Buenos días, Eddie ¿qué tal tu noche? — veo sus pupilas moverse tratando de ver lo que más puede en la pantalla.

—Bien, regresamos con Elliot temprano ¿Cómo estás? — me acomodo de lado en la cama, veo como sus ojos se ven casi rojos en el sol.

—Estoy muy aburrida, me gustaría estar abrazándote en tu cama en este momento — mira a la pantalla, sé que ve a mis ojos.

—Lo sé, también te extraño — los hoyuelos de sus mejillas aparecen, su sonrisa es hermosa, voltea a ver atrás de ella, se escucha que la llaman.

—Debo irme Eddie, te llamaré más tarde — se despide con su mano y me manda un beso, es adorable, siento mis mejillas doler por la sonrisa tan inmensa que me provoca.

DEIMOS - Eddie Munson +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora