LI. Te amo Eddie Munson.

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Eddie

He trabajado bastante con Billy el último año, hemos recibido contratos nuevos que nos ha dejado buen dinero. Gill trabaja en la pequeña compañía, todo ha estado bien. Nunca imaginé que vivir en el maldito pueblo de Hawkins seria de esta manera.

Le informé a Billy que me iré temprano, debo hacer un par de cosas antes de ir por Gill a su trabajo.

Le envié un mensaje avisándole que estoy en frente esperándola.
—Hola, mi amor —se acerca cautelosa con una mirada de sorpresa.

—Hola preciosa —le entrego un ramo de margaritas que traje para ella.

—¿Olvide nuestro aniversario? —lo recibe mientras sus ojos chispean de emoción.

—No, aún falta un par de semanas —tomo su mano para acercarla y besarla.

—¿Entonces porque las flores? —pregunta mientras me besa.

—Porque te amo y eres la mujer más hermosa de este universo —respondo de la misma forma.

—¿Qué quieres, Eddie Munson? —entrecierra sus ojos y arruga su nariz en un gesto divertido.

—Ya me has dado todo lo que quiero —tomo sus mejillas para besarla de nuevo.

Ríe divertida mientras huele las margaritas.
—No me vayas a pedir nada raro esta noche —se burla mientras entra al auto al lado del copiloto. Muerdo mi labio y la miro divertido siguiendo la broma.

—Te llevaré a un lugar antes de ir a Forest Hill —hablo encendiendo el auto y la radio.

—¡Lo sabía! —suelta una carcajada que me contagia de inmediato, la amo demasiado.

Me dirijo a la casa de Dustin, me detengo en frente y Gill voltea a verme extrañada.
—¿Este es el lugar? —niego moviendo la cabeza.

—Es cerca, pero tengo que tapar tus ojos —tapa su boca fingiendo sorpresa.

—¿Que me vas a hacer? —ahora me mira sugerente.

—Te voy a dar muy duro pero no ahora, ven coopera conmigo —tomo la bandana para cubrir sus ojos.

—Voy a salir un momento, quédate en el auto, no destapes tus ojos y no espíes ¿ok? —asiente acatando mis órdenes y le doy un besito en los labios.

Llamo a Dustin para que me entregue lo que le encargué. Espero no se dé cuenta.
Regreso al auto y abro la puerta de atrás para dejar lo que nuestro amigo me ayudó a conseguir, Gill se salta de un susto.

—Soy yo, amor —entro de nuevo y enciendo el auto. Gill aún tiene las margaritas en sus manos, no puede evitar que se le dibuje una pequeña sonrisa, no tengo ninguna duda de que quiero hacerla feliz siempre.

Detengo el auto en frente del lugar, es el atardecer, la luz del día nos acompañará un poco mas.
—¿Llegamos? —pregunta llena de curiosidad.

—Si preciosa, voy a ayudarte a bajar espera un momento —es muy impaciente, salgo para hacer lo que le dije.
Tomo su mano, me aseguro de que no golpee su cabeza al salir, me causa gracia que no suelta las flores, decido quitárselas de las manos para dejarlas en la silla del copiloto.

—Déjalas aquí, vamos, ten cuidado al pisar —la guio hasta quedar en frente del lugar, me posiciono detrás de ella tomándola de los hombros.

—Voy a descubrir tus ojos ¿estás lista? —mi corazón se acelera.

—Si amor, hazlo rápido —me hace reír.

—Eres muy ansiosa —hablo en su oído, luego le doy un besito en su mejilla mientras suelto el nudo y dejo que observe. Voltea a verme sin entender nada.

DEIMOS - Eddie Munson +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora