Olivia
Creo que nunca he estado tan angustiada como ahora, y es que contarle cosas a mi madre siempre me ha resultado una tarea difícil, llevaba varios días que apenas movía la pierna del golpe que me dieron entrenando y mi madre no tenía ni idea, como ella trabajaba no sabía como estaba ni nada así que no me había visto cojear. Tenía que hablar con ella de todas formas asi que ese me pareció un buen momento, estaba contenta, había dormido un rato y de todas formas no iba a contarle nada raro así que supuse que me escucharía, pero obviamente creí mal.
Llegué a la puerta de la cocina y como estaba hablando por teléfono como siempre, decidí esperar a que terminase su conversación y creo que no existe conversación más larga que esa porque duró más de tres horas. Tuve tiempo hasta de estudiar un rato y acabar los deberes.
La verdad me invadían los nervios, estar cerca de ella me hacía sentir muy vulnerable, muy... inferior, y el aura que desprendía era muy negativa, casi agresiva. Mi madre era como una bomba de relojería, la mínima cosa que digas que se escape de lo que le agrada la hacía explotar y ahí estabas perdido.
Yo temblando me acerqué y le comenté lo que me pasó, pero no ocurrió como esperaba.
- Mamá... - empezé bastante nerviosa la verdad - tengo que hablar contigo.
- A ver, ¿qué? - no me podía creer q eso la hubiera molestado
- Bueno, entrenando me dieron un golpe fuerte en la pierna, al principio estaba todo bien pero empezó a salirme un bulto bastante grande y también moretón, no sé si pasará algo, pero me duele mucho al caminar y no aguanto el dolor por la noche.
- Uf - sabía lo que venía después, pero una parte de mí imaginó que se preocuparía - mira que eres exagerada, es solo un golpecito y un moretón, todos hemos tenido alguno, dejame de joder y vete a estudiar o a limpiar tu cuarto o algo.
- Pero...
- Ni peros ni peras, dejame vivir, que parece que yo estoy aquí para serviros a todos y no funciona así la cosa, esto va de otra manera, tu eres la que tiene que complacerme a mi que ya eres mayorY así llamó a alguien, se levantó, me empujó con fuerza y me cerro la puestra de la cocina en toda la cara.
No sabía porque cada vez que me trataba así me acababa sintiendo mal, y pensé que por esto se preocuparía pero no.
Siempre que mi madre me trataba así sentía como un vacío enorme en el pecho que me hacía pensar cosas malas de mi misma, los desprecios de mi madre han llegado incluso a hacerme pensar en quitarme la vida y eso no es bueno, ese hueco que se forma crece y no sé como remediarlo.
Tenía bastante complejo con la gente y en parte también era por eso, mi madre me ha hecho tantos desprecios que me hace sentir que no merezco ser querida, me lo han demostrado muchas veces, sobre todo mi abuela.
Ella me lo había dicho de manera explícita muchas veces y no entendía que pasaba conmigo hasta que un día me vi reflejada en un espejo y en vez de decir "ostia que bien te queda eso" empecé a decir "joder ponte un chándal que con eso haces el ridículo". Igualmente a nadie le importó y creo que fue eso lo que me acabó haciendo sentir mal conmigo misma, defectuosa... sin valor.
Tenía claro que ese día ya no iba a ser bueno así que llamé a mi padre un rato para contarle lo que pasaba, para decirle las cosas que me dijo mi madre y sobretodo para que me escuchara.
Llamé pero no contestó, supuse que estaba cargando o descargando. Unas dos horas depués él mismo me llamó.
- Hola, ¿comó estas Oli?.
- Hola, bueno... - no sabía como decírselo, no porque no tuviera confianza, lo que pasaba es que lo pensaba que mi madre tenía razón y me daba miedo que él pensase igual - ha pasado algo.
- ¿Qué ha pasado?
- Bueno son varias cosas, una es por mamá, otra es por un entrenamiento y otra es por mí
- Empieza por la del entrenamiento
- Hace unos días después de la lesión del hombro me volvieron a dar un golpe, pero esta vez en la pierna y me duele mucho, sobre todo de noche, le he dicho a mamá pero dice que no es para tanto.
- Bueno, intenta tomarte un ibuprofeno o dos y si te sigue doliendo vas al médico, si ella no te quiere llevar vas tu sola y me vas contando como acaba el asunto.
- Vale
- Ahora dime que pasa contigo
- Pues me he parado a pensar y me he dado cuenta de que me merezco que no me quieran, soy una bola de grasa, una inútil, no sé... creo que he salido mal - ahí no pude evitar llorar pero mi padre siempre estaba ahí para mi
- Cielo, no pienses esas cosas de ti - hizo una pausa para que yo parase de llorar porque al final me iba a ahogar - eres muy guapa y no eres una bola de grasa, todos los cuerpos son distintos, el tuyo es de una manera, el mio es de otra y el de la vecina es de otra tu eres perfecta así como eres, igual de válida y no por eso has salido mal, al contrario, los que te hacen creer esas cosas son los que no están bien.
- Pero...
- No hay peros, tu eres preciosa y si nadie lo ve entonces no saben a donde miran. Ahora cuéntame, ¿qué ha pasado con Peyton?
- Bueno pues verás...
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Primeras Impresiones
RomanceOlivia es una chica introvertida, asustadiza pero con mucho carácter, sin embargo esta llena de inseguridades. Dylan es un chico abierto, alegre y divertido al que quiere todo el mundo. En un equipo de hockey sobre hielo se encuentran y él se se f...