¿Qué tengo que decir de ti? Eres una de las personas más importantes de mi vida. Desde el primer momento me pareciste alguien interesante y cuando menos me lo esperé, me enamoré. Me enamoré de ti, Baji Keisuke.
📍FICCIÓN📍
Todo esto es mi imaginació...
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Draken acababa de llegar a Hanma gracias a nuestra ayuda. Ahora no tenía que preocuparse por los demás. Escuché un golpe e inconscientemente giré para saber que era. Draken había golpeado tan fuerte a Hanma que lo mandó unos metros hacia tras.
Draken es increíble.
— Y no he terminado, Hanma —advirtió.
Al estar atenta a Draken me golpearon en el rostro y vientre. Solté un quejido y fruncí el ceño, miré al chico molesta mientras que el otro reía. Me puse recta y solté una risita.
— Espero aceptes las consecuencias de tus actos —sin que se lo esperase hice un llave y lo tiré al suelo con fuerza.
Mi entrenamiento va a ser usado a partir de ahora. Más miembros de Valhalla aparecían a mi alrededor pero algunos de la Toman me defendían. Estoy agradecida con ellos. La Toman es una gran familia.
Escuché un golpe y no uno cualquiera. Me giré en dirección al ruido y Mikey estaba en el suelo. Kazutora estaba con una barra de metal en la mano y con algo de sangre en ella. ¿Le ha dado a Mikey con eso?
Quise ir hacia el pero eran demasiados los de Valhalla, no podía ir. No paraban de aparecer.
— ¡Mikey! —gritó Draken desesperado.
Todos dejamos de pelear por un momento, mirando sorprendidos. Draken estaba ocupado con Hanma, por lo que no podía acercarse. Ninguno podía ayudarle, todos estábamos peleando.
Mikey se levantó y hablo con Kazutora. No escuché nada de la conversación, solo se que Kazutora le hecha la culpa a Mikey de lo que pasó. Kazutora lo volvió a apuntar con la barra de metal mientras dos tipos lo agarraban. Volvió a golpear su cabeza una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez... no paraba de golpearlo. Draken intentó correr hacia Mikey pero Hanma se lo impidió.
Intentaba quitarme a los tipos de encima, golpeaba a varios a la vez y estaba algo cansada. No se muy bien que había pasado pero Mikey estaba pegando una de sus patadas a Kazutora. Tirándolo al suelo inconsciente, al igual que los otros dos. Las piernas de Mikey tambalearon y se sentó, normal. Le habían golpeado demasiadas veces en la cabeza.
— Mikey se sentó —dijo una de Valhalla.
— ¿Estará candado? —preguntó otro.
— Está sangrando bastante.
— Tal vez podamos rematarlo.
— ¡Seguirme todos! —gritó uno encapuchado y con máscara, mientras sacaba un bastón— ¡Vamos a acabar con Mikey!
