El quinto niño perdido también era una niña. Decía que su nombre era Alissa, pero como tenía unos ojos muy grandes Mapache decidió llamarla Búho.
Búho se había perdido entre sus libros y entre sus lágrimas. Se había perdido en la piel de Lobo y se había perdido entre las comidas que siempre dejaba a la mitad.
Y era la niña perdida más triste de todos.