#10 Lolicon / Shotacona.

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—Ahhh, pensé que nunca lo perderíamos. —Axel estaba exhausto por tanto correr— Gracias por esa ayudita Ruby. —le agradeció a la chiquilla que estaba junto a el exhausta—
—Lance bien esa piedra ¿no? —Ruby estaba cansada por tanto correr y su cara lo demostraba—
—Muy bien. Ugh, Cangui anda más violento de lo normal. —era increíble que Axel supiera diferenciar el nivel de violencia de la bestia esa que tenía Crisko por mascota— Había salido de casa para ir a buscarte, pero apareció de la nada y comenzó a corretearme  por todo el vecindario.
—Deberías pedirle a tu amigo Cristo que haga algo con ese canguro. —decía la loli cruzándose de brazos molesta, pero se veía muy tierna—
—Jejeje, es Crisko, no Cristo. —Axel rio por lo bajo. A veces no entendía como Ruby podía ser siempre tan divertida incluso cuando no lo era, ¿y si era algo que solo notaba el?—
—Bueno si, Crisko, ¿no se supone que es tu amigo? Si es así entonces debería importarle que su mascota golpee a sus amigos.
—El si se preocupa. Cada vez que Cangui me golpea el me llueve en disculpas y me lo compensa regalándome dinero. —Ruby se quedó en silencio. Axel saco del bolsillo de su short negro una faja de billetes— Esto fue lo que me dio esta mañana cuando Cangui me ataco, pensaba gastarlo contigo hoy en la fiesta. ¿Ruby…?
—Eso es demasiado dinero… —Ruby estaba en un shock. Axel tenía en su mano mucho más dinero del que ella haya tenido jamás— Debería dejarme golpear por Cangui… —eso sonó muy masoquista, pero tenía ganas de intentarlo con tal de obtener tanto dinero—
—Yo no permitiría que eso suceda.
—¿Qué? —la chica despego la mirada de los dólares para enfocarse en el muchacho—
—Yo no dejaría que Cangui o nadie te pegue… así que no andes haciendo estupideces. —nuestro prota estaba serio, literalmente regañaba a Ruby—
—Jejeje, lo siento Axel, no estaba hablando en serio, jeje. —Ruby sacudió los brazos en el aire queriendo tranquilizar al chico— Me recordó a Dimo. —pensó. De cierto modo le molesto que Axel se hubiera puesto el semblante de su hermano, pero era porque se preocupaba por ella y eso le agradaba— ¿Yo te importo mucho, cierto Axel? —pregunto la mini-rubia con mucho calibre de curiosidad—
—¡Por supuesto que me importas! —exclamo el chico en respuesta y la pequeña sentía que se iba a desmayar— ¿Oye estas bien? —pregunto Axel arqueando un ceja al ver la repentina felicidad en Ruby—
—Ahora que te he escuchado si lo estoy~ —Ruby se meneaba infantilmente con una gran sonrisa y sonrojo liguero (“sonrojo liguero”, que estupideces escribo)— ¿Nos vamos~?
—O-okey. —Axel guardo su dineral en la seguridad de su short y comenzó a caminar al lado de Ruby— ¿Qué le pasara?
Axel iba caminando sin mirar al frente. Toda su atención estaba en la pequeña rubia que caminaba de lo más tranquila tarareando tiernamente. El pelo de fresa entendió que su comentario debió de haberla contentado. Si ella se pone feliz porque le dijo que le importaba, entonces como se pondría cuando confesara lo linda y sencillamente hermosa que le parecía. Ya en el festival, donde la música y los puestos de comida estaban por todos lados, también había puestos comerciales donde aprovechados vendían mercancía tengan permiso o no. Allí estaba Turles alias el pelo liso, también conocido como el personaje más afamado después de Cangui, junto a un puesto que vendía cosas fosforescentes. Le había echado el ojo encima a un reloj de pulsera, pero a la vez le tenía el otro ojo encima a su hermanito Paris que estaba con Rosalinda.
—Estoy incomoda. —manifestó Rosalinda inquieta—
—¿Incomoda? ¿Lo dices por mí? —Paris no quería molestar a Rosalinda con su presencia, pero luego recordó que eso era algo estúpido teniendo en cuenta que fue ella misma quien lo invito—
—No es por ti. Es solo que, no sé, siento que me estuvieran buceando.
Tur termino de comprar su reloj de pulsera que brilla en la oscuridad. Luego se sintió mortificado por espiar a su hermanito en su cita, peor se sentía cuando en realidad se estaba buceando a Rosalinda. “¡NO! ¡Esto tiene un límite y lo estoy pasando! Rosalinda le pertenece a Paris y no a mis ojos” Turles, en un acto de madures, se fue para no interponerse ni espiritualmente en la cita de su hermanito. En su lugar decidió ir a comer algo y a ver si se encontraba con Crisko o con Axel. Apenas Tur se fue Rosalinda se sintió mucho más liberada, como si le hubieran quitado una camisa de fuerza.
—Ya me siento mucho mejor de pronto.
—¿Un cólico?
—No, no fue un cólico, pero gracias por preocuparte Paris. —agradeció la castaña por la atención— Quieres comer algo.
—Si.
Los dos fueron a un puesto de perros calientes y compraron dos. Se quedaron allí comiendo sus perros viendo a unos hombres bailando una corografía extraña. Fue divertido, ya que uno de ellos estaba atrasado. Luego de terminar de comer pasearon por allí observando el lugar y sus decoraciones, todo se veía genial. No se dieron cuenta que pasaron al lado de Axel y Ruby más de una vez.
—Hmp. ¿Esos no eran Paris y esta…? —Ruby no se acordaba del nombre de la castaña— ¿Cómo era que se llamaba la chica de cabello marrón?
—Rosalinda.
—Aja si, Rosalinda. ¿Qué hacen aquí?
—Lo mismo que hacemos nosotros: pasarla bien. —Axel sonrió, la verdad que no quería darle vueltas al asunto, mejor dicho no le gusta darle vueltas a ningún asunto— ¿Quieres un perro caliente?
—¡Eso no se pregunta!
—¿Entonces no quieres? —pregunto Axel fingiendo estupidez—
—¡Pues claro que sí! —reprocho Ruby llevándose las manos a la cintura molesta—
—¡Hajajajaja! —Axel estallo en risa, pero esta vez Ruby estaba seria— Bien bien, vamos entonces.
Aun riendo Axel poso su mano en la espalda de Ruby y la empujo delicadamente para que anduviera junto a él al puesto de perros. Esta acción puso nerviosa a Ruby que comenzó a respirar agitadamente. Compraron sus salchichas en panes y se fueron a comerlos en algún lugar. Un poco lejos del movimiento de la fiesta se sentaron los dos en un banquillo de la plaza que estaba frente a una cancha de futbol que por alguna razón estaba vacía pese a los muchos jóvenes que rondaban por ahí.
—Rayos debí haberle echado más salsa, está muy seco. —se quejó nuestro prota por lo bajo, Ruby solo rio por su comentario y continuo comiendo. Un rato después cuando ya iban terminando— ¿Qué te gustaría comer después de esto?
—¿Comer más? ¿Piensas invitarme otra cosa? —pregunto la chica, aunque sentía que sus preguntas eran innecesarias—
—Claro, de no ser así no te preguntaría. —respondió el pelo de fresa con la respuesta más obvia del mundo mundial—
—Ese dinero es tuyo no deberías gastarlo. —modestia, modestia. Ruby solo se resistía por modestia, pero en realidad quería pedirle que le comprara de todo—
—Mío es, y realmente quiero gastarlo en algo, si se me acaba solo tengo que dejar que Cangui me pegue para que Crisko me dé más. —dijo Axel con una sonrisa. Le estaba dando mucha confianza a Ruby y ella la iba aprovechar—
—Si insistes… ahhh. —Ruby tomo aire antes de enlistar sus caprichos— Quiero otro perro caliente, un helado de limón, una de esas cosas rellenas de chocolate que no recuerdo como se llaman, unos caramelos, una de esas pulseras decoradas, uno de esos relojes que brillan y una muñeca Borbie la cual no quiero pero igualmente quiero que me compres. Y creo que eso todo.
—¿Algo más? —Axel estaba un poco abrumado por tantos pedidos—
—Ya te dije que eso es todo. ¿Es demasiado? Si quieres no*
—Lo comprare todo. —contesto Axel determinado, comprar todo lo de la lista improvisada de Ruby seria su misión… aunque ni siquiera sabía cuánto había en esa faja de billetes que le regalo su amigo millonario—
—No es necesario que lo hagas yo solo estaba jugando. —Ruby no pensó que de verdad Axel quisiera comprar todo eso solo porque ella se lo pidió (aunque tenía el dinero para hacerlo)—
—Lo hare. Porque tú lo pediste y yo te lo daré. ¡Vamos!
Axel se fue corriendo mientras arrastraba a Ruby jalándola del brazo. Ella por un lado no quería que Axel gastara su dinero en ella, pero luego pensó: “Si él no tiene problemas, entonces yo tampoco debería tenerlos, jijiji” y se dejó arrastrar contenta, con una aura de flores y brillos de felicidad alrededor de ella. Más atrás de ellos los estaba siguiendo Dimo en modo Solid Snake. Estaba con el camuflaje de “completo desconocido”, con una camisa de flores y un sombrero de paja, parecía un imbécil.
—¿En serio le va a comprar todo eso? —se preguntaba Dimo que los llevaba siguiendo y escuchando desde hace buen rato. Desde que los vio entrar a la plaza—
Sin embargo un poco más lejos de allí estaba Turles que ya se había aburrido. Comer dulces y ver a los tipos que bailaban y cantaban ya se había vuelto aburrido y más que todavía que no se había encontrado con ninguno de sus amigos para pasar mejor el rato. A lo lejos vio a Axel y fue corriendo hacia él, pero se detuvo al ver que estaba junto a la pequeña Ruby. El peli salmón le estaba comprando unos caramelos y unos bollos dulces rellenos de chocolate a la chica que ya estaba con un helado y un perro caliente en sus manos. Turles sonrió de lado y carcajeo para sí mismo.
—Axel anda mimando a Ruby demasiado, jejeje, pero no es una mala táctica.
Turles se divertía al ver a su amigo así. Todo tonto y demasiado amable con una chica. Como no podía espiar a su hermanito por miedo a terminar buceándose a Rosalinda nuestro perverso Tur decidió espiar a su amigo con su loli. Tomo distancia prudente de ellos como para que no lo vieran pero lo suficientemente cerca como para verlos bien. A su lado se paró un chico con camisa de flores y sombrero de paja. Y aunque parezca mentira lo reconoció.
—¿Por casualidad tú no eres Dimo? —pregunto el pelo liso confundido—
—Si. Lo soy. —contesto el nombrado sin más, indiferente, concentrado en observar a su hermanita desde esa distancia. Turles se dio cuenta—
—¿Vigilando a tu hermana?
—¡¿Por qué me haces tantas preguntas?! —Dimo estaba irritado—
—Oye lo siento, solo tenía curiosidad. ¿Los ves? —Tur señalo disimuladamente al par que eran Ruby y Axel— Yo también los estoy espiando. Veras yo soy amigo de Axel.
—Ya me di cuenta. Ambos tienen la misma cara de imbéciles. —por si no lo sabían Dimo estaba en modo agresivo y estaba estudiando cada palabras y acción corporal de Turles—
—Rosalinda me ha dicho cosas peores. —era verdad—
—¿Rosalinda? ¿La conoces?
—Si… ella está saliendo con mi hermanito en estos momentos… —Turles y Dimo sin saberlo se centraron más en su conversación que ignoraron a quienes se supone estaban espiando—
—¿Me puedes decir cuántos años tiene tu hermano? —Dimo tenía curiosidad más un pequeño presentimiento—
—Trece… —respondió Tur luego de varios titubeos—
—Y yo que criticaba a Axel por ser lolicon… ¿Dijiste que eras su amigo? —al cuatro ojos con sombrero de paga se interesó de pronto en el recién conocido amigo de Axel—
—No soy amigo de Rosalinda: ella me odia. —respondió el chico con mucha indiferente, como si le valiera verga que lo despreciaran—
—¡Me refiero a Axel! —vamos a ver cuánto más dura la paciencia de Dimo que ya se está acabando—
—Pues sí, dije que somos amigos. ¿Qué “pasha” con eso?
—Entonces me podrías decir si crees que ese tonto de Axel este enamorado de Ruby.
—No, no lo creo… —esa respuesta calmó un poco al rubio de los lentes, pero Turles continuo— Lo afirmo completamente. —Dimo ahora sentía que se quería morir—
—Grrr… ¿y porque lo dices? Grrr. —gruño Dimo acomodándose los lentes, porque casi se le caen—
—Conozco a Axel desde hace años. Y desde que conoció a Ruby comenzó a actuar raro. Siempre se la pasa hablando de ella y de lo amable, linda y simpática que es, y siempre algo lo interrumpe, porque si no hablaría de ella por horas.
—Y que más…
—No sé, pero es la primera vez que lo veo realmente interesado en una chica. Y creo que ni el mismo se da cuenta. Imagino que ya sabes lo despreocupado que es.
—Lo sé. Lo he visto.
—Dimo. —le llamo la atención el peli negro— ¿Odias a Axel? —pregunta matadora, muy directa. Dimo ni se inmuto con esa pregunta, solo se reajusto los lentes nuevamente y dijo—
—No me agrada. Solo lo odiare cuando sepa sus verdaderas intenciones con mi hermana. —frio y denso como un muro de cemento—
—¿Y si… ni siquiera tiene intenciones con ella?
—Eso es lo que quiero saber. ¡Esa es mi misión! —Dimo miro al frente solo para darse cuenta de que su hermana y el lolicon de Axel ya no estaban allí— ¡Maldición, por hablar contigo los perdí de vista! —maldijo Dimo claramente enojado—
—No te preocupes. Ellos están haya. —Turles los localizo con la mirada y señalo su ubicación— Y vienen para acá, creo que nos reconocieron.
—¡Maldición!
Cuando los dos estaban hablando Axel continúo con su misión de comprar las cosas de Ruby. Ya lo tenía todo, solo faltaba encontrar la jodida muñeca Borbie de colección. Mientras Axel buscaba con su mirada un lugar donde vendieran una de esas muñecas, y Ruby llena de comida que ya le tenían cansado los brazos, pero al final Axel termino encontrando a su amigo y a su cuñado supuestamente escondidos. Ahora el rosadito y la loli se dirigían hacia ellos.
—Ya me estaba preguntando adonde se había ido Dimo. —comento Ruby llevando con un poco de dificultad todo lo que Axel le había comprado a petición de ella misma— ¿Y porque lleva esa camisa y ese sombrero? ¡Se ve muy gracioso! Jejeje. —se rio la pequeña. Axel acompaño sus risas—

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