#25 Adiós al Suggar Daddy / Hola a algo real.

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Como en capítulos anteriores, Dimo tomara la palabra al comienzo del episodio (XD): “Creo que ya se me está pasando… desde que mi hermana me regaño por lo que le hice pasar a Axel. Supongo que ella debió de interrogarlo y hacerlo confesar… otra razón para golpearlo en una futura ocasión” Dimo sonrió diabólicamente “Ruby aún estaba molesta conmigo, no le gusto que le hiciera pruebas a Axel. Pero él las aprobó y ahora están juntos gracias a eso, pero claro, ella no lo comprende y ahora me reprende a cada rato” Dimo suspiro cansado. “Justo cuando estaba mejorando mi relación de hermanos con ella”.
Apuesto que muchos no entiendes que pasa. Les explicare cronológicamente. El día en el que Axel le conto la verdad a Ruby (mismo día donde Rosalinda se le confeso a Paris) y luego ella se alteró y furiosa iba a ir a gritarle a su hermano con todas las ganas pero Axel la distrajo con abrazos y helado, pero ella termino por acordarse y al final si regaño a su hermano la tarde del mismo día. Dimo tranquilamente intento explicarle que eso lo hizo por su bien y que era necesario medir las capacidades protectoras del peli salmón pero no sirvió de mucho y terminaron peleados. Unos días después ocurrió lo que vimos en el capítulo anterior; Rosalinda siendo acosada y Turles madurando por fin dándose cuenta que su amor por la profesora Bimba es absurdo (tal vez porque ella es un personaje de relleno).
Pero ahora estamos en el presente. Dimo fue al centro a comprar espaguetis y otras cosas para el almuerzo y posiblemente también para la cena. Mientras iba caminando vio en la plaza a dos personas, reconociendo que una de esas personas era Lola. Dimo sintió un golpe en el corazón y le dieron ganas de correr… pero la curiosidad de saber con quién está hablando era mucho mayor… y como era buen espía, ando disimuladamente hasta la plaza escondiéndose rápidamente detrás de un árbol. Curiosamente era el mismo árbol que uso como cobertura cuando espió a su hermana y a su cuñado en el festival cultural y otra vez le volvía a ser de utilidad.
Se fijó bien y reconoció al muchacho que andaba con ella: era ese chico adinerado pero jodidamente humilde llamado Crisko, dueño de la criatura asesina que tenía aterrorizada a todo el barrio. Verlo justos ahí irrito a Dimo fuertemente, pero se fijó bien en Lola y ella estaba sonriendo pero sacudía las piernas nerviosa, Crisko le observaba serio… estaba más que claro que algo estaba pasando, así que agudizo el oído para escuchar lo que decían.
—¿Estás enojado? —pregunto Lola con miedo sin mirar fijamente a Crisko, se fijaba más en sus brazos cruzados—
—Un poco… la verdad me caes bien Lola. Argh, pero no sé qué pensar. —gruño Crisko cerrando los ojos con molestia, para él era raro estar molesto, y le desagradaba mucho estarlo— Al final si estoy muy molesto.
—Lo siento mucho Crisko… yo… no sé qué decirte, no quería que lo mal interpretaras todo. —Lola sonaba muy triste. Dimo desde su escondite escucho eso y se sintió mal por ella, cerrando los puños con fuerza, frustrado por tener que ver su tristeza—
—Creo que no lo mal interprete… —Dimo presto atención a lo que decía Crisko sabiendo que ahí estaría la clave de lo que estaba sucediendo— Entiendo que hubieras querido ser mi amiga para tener acceso a mi dinero… eso me duele porque ya he pasado por eso antes. —Dimo no podía creer por lo que estaba escuchando— Pero no entiendo porque tenías que andar diciéndole a todo el mundo que yo era tu novio. ¿Acaso te gusto?
—No dije que fueras mi novio… ni tampoco recuerdo a vérselo dicho a todo el mundo… —estaba insegura y apenada, fue entonces que sus ojos se fijaron en el suelo—
—Como sea Lola, pero estoy molesto… —se le notaba que lo estaba— No me gusta que mis amigos abusen de mis bienes, no es que tenga problemas para compartirlo. —eso era cierto, Crisko prácticamente le regalaba dinero a las personas sin pensar (su madre no sabe qué hace eso o si no se enojaría)— Y ni siquiera estoy seguro de si somos amigos de verdad o no, porque desde que te conozco solo me has pedido que te compre cosas cada vez que nos vemos. ¿Al menos te agrado? —Crisko estaba ofendido, cuando alguien se fijaba en su riqueza en lugar de él le provoca un fuerte dolor en su corazón—
Lola no respondió. Se sentía terrible, jodidamente terrible, ¿había actuado mal todo este tiempo? Era cierto que no estaba pensando en lo que hacía, solo se fijaba en las “recompensas” que quería obtener relacionándose con Crisko pero que no había hecho nada para merecer. ¿Estaba mal? ¿Tal vez debió haberse esforzado en convertirse en una amiga de verdad? Ahora que lo pensaba se daba cuenta que todas sus acciones eran interesadas completamente y ya ni estaba segura de si realmente quería relacionarse con el chico de los verdes. Lola comenzó a respirar agitadamente, con muchas ganas de llorar, Crisko seguía allí parado viéndole fijamente expectante.
—Lola no tiene la culpa.
Los dos presentes voltearon a ver al chico que había salido de su escondite. Dimo se colocó detrás de la deprimida Lola sujetando sus hombros con delicadeza. La morenita levanto la mirada para observarlo, ella tenía los ojos húmedos por la tristeza, pero Dimo le miro sonriendo sencillamente… sonriendo con honestidad… Crisko observo a Dimo curioso, curioso porque era la primera vez que hablaba con el rubio matón. Se conocían con anterioridad pero nunca habían hablado directamente.
—¿Por qué dice que ella no tiene la culpa? —pregunto Crisko intrigado, llevándose la mano al rostro para acariciándole la barbilla—
—Todos somos codiciosos. Es entendible que Lola se sintiera tentada al conocer sobre tus bienes. —explico Dimo auto cuestionándose consigo mismo porque no sabía porque había actuado tan impulsivamente para defender a la loli morena— Te pidió cosas solo por favor y tú se las compraste. Yo veo que eres tu quien tiene la culpa.
—¡¿Yo tengo la culpa?!
—¡¿Él tiene la culpa?! —se preguntó Lola confundida, ya que sabía que era ella el problema aquí—
—Tú le compraste lo que ella pedía cuando lo pedía, eso es lo que entendí, ¿pero si te molestaba porque le seguías haciendo eso? ¿Es acaso costumbre tuya comprarle cosas a extraños así como así? —Dimo estaba improvisando una defensa para Lola, pero esta estaba siendo muy sólida pese a no saber casi nada de la situación más allá de lo que escucho a escondidas—
—Dimo… —susurro Lola que inconscientemente apretaba las manos que Dimo tenía sobre sus hombros—
—Perdón… tienes razón. —se disculpó Crisko como con la mente abierta— Es que no estoy acostumbrado a que me pidan cosas.
—Entiendo que pensaras que Lola estaba abusando de tu confianza, y si fuera así sería culpa tuya por ser un tonto. —Dimo frunció el ceño y se cruzó de brazos seriamente— Y no vayas a sorprenderte si después de esta discusión Lola ya no quiere ser más tu amiga.
—L-lo entiendo… no espero que me perdones Lola; pero lo siento mucho, no quería hacerte sentir mal. —se disculpó Crisko mientras que Lola estaba aún confundida por lo que acababa de pasar—
—Está bien Crisko… te perdono… —aun sin comprender bien lo que sucede Lola acepta sus disculpas. Dimo suspiro aliviado—
—Ahora que ya se solucionó todo te recomendaría que te fueras… hace rato vi a ese canguro tuyo persiguiendo a unos muchachos, deberías detenerlo si no quieres problemas. —el chico sonó muy intimidante, prácticamente le estaba ordenando al ricachón que se largara—
—Oye gracias por avisarme. ¡Nos vemos luego! —Crisko no era tonto y capto perfectamente la orden y se despidió antes de pirarse corriendo—
El cuatro ojos matón asesino estaba orgulloso con su trabajo… y muy desconcertado por su propia acción. Fue demasiado impulsivo y se lanzó directo a defenderla como un abogado, incluso invento mentiras tal y como lo hacen los de verdad. Claro que Dimo sabía que Lola era capaz de relacionarse con Crisko y fingir ser su amiga por puro interés.
Se dio cuenta que conocía bien a Lola y sus manías… después de todo esas manías casi siempre metían en problemas a Ruby en la escuela. Pero ahora solo estaba animado por haberla ayudado, pero ella le estaba mirando con confusión. El rubio peligroso sintió una punzada al ver la linda carita que ponía Lola cuando no entendía nada. Era cierto que él era medio miope pero le parecía imposible que no haya notado esa lindura con anterioridad.
—¿Dimo? —Lola miro a los lados confusa para luego observar bien al chico que tenía al frente—
—¿S-si? —Dimo salió de su trance analítico y con nervios—
—¿Por qué me defendiste? Todo lo que Crisko dijo era verdad… soy una interesada, una mala persona. —lagrimas cayeron por los ojos de Lola, su voz se quebraba poco a poco—
—No eres una mala persona. Solo te dejaste llevar, eso es todo. —Dimo estaba siendo demasiado comprensivo y demasiado amable— Tan solo no deberías ser tan insistente… eso creo… —no era bueno dando consejos—
—¡No volveré a pedirle nada a Crisko nunca jamás! —Lola se quebró en llanto y sollozo— ¡Él estaba muy molesto! Ahhhh, ahhh. —Lola se silenció al ser abrazada por Dimo, su rosto estaba pegado a su pecho y él le acariciaba con inseguridad la cabeza y la parte alta de la espalda—
—Shhhh. Shhhh… tranquila Lola… —Dimo no sabía qué hacer para reconfortarla, se agacho para abrazarla pero no sabía si lo que estaba haciendo estaba bien pero estaba seguro de un cosa— No me gusta verte triste. —Dimo se quedó en blanco tras decir eso. Era verdad, pero no dejaba de ser raro—
—¿P-por qué Dimo actúa así? —Lola estaba sorbiendo mocos regocijándose en el pecho del rubiales— Pensé que no le agradaba… pero esto se siente bonito… —Lola sonrió sintiéndose cálida, rodea a Dimo con sus brazos y lo apretó con cariño—
—¿Por qué actuó así? Pensé que no me agradaba… —pensaba también Dimo sumido en el abrazo del cual no tenía ganas de soltarse… él no era de esos de dar contacto físico así de fácil, lo estaba haciendo solo por Lola. Otra cosa anormal a la lista— Pero esto no se siente tan mal. —Dimo estaba sonriendo, no de sarcasmo o de perversión, sino de una felicidad inocente y con mucha gratificación—
Un rato más tarde seguían allí en la plaza sentados en una banca en silencio pero ambos estaban felices. Lola miro de reojo a Dimo que estaba sonriendo disimuladamente, luego él la miro a ella y se quedaron así un rato viéndose como tontos. La lolita se sintió rara por los ojos de Dimo los cuales parecían que se la iban a comer por los profundos e hipnotizaste que parecían, no por nada era bueno intimidando con la mirada. Lola se voltea para mirar hacia otro lugar, estaba nerviosa y ruborizada, ya que se había acordado del accidente del otro día cuando fue a presumirle su nuevo juguete a Ruby y se topó con Dimo haciendo ejercicios.
—¿No t-t-tienes nada que h-hacer? —pregunto nerviosa rezando internamente para que se fuera y así —
—Tengo que ir al centro a comprar unas cosas para el almuerzo. —le revelo Dimo indiferente pero aun sonriendo de lado— Puedes acompañarme si quieres.
—¿Puedo acompañarte? —cuestiono Lola confundida por la actitud tan amable de Dimo— ¿No te molestara mi presencia?
—Obviamente que no. —el rubio se levantó y le ofreció su mano a la chiquilla— ¿Quieres venir?
La chica dudo, pero al final tomo la mano del mayor y ambos se fueron caminando fuera de la plaza con el rumbo fijo en el centro. Lola no entendía este cambio de simpatía tan drástico en Dimo, pero no podía quejarse, le gustaba esta nueva versión de él. Tal vez este era el comienzo de algo bueno.
—¿Segura que no quieres que te compre algo? —le preguntaba el rubio a su morena acompañante por tercera vez consecutiva—
Pasearon por el centro yendo de aquí para allá, ignorando a los vendedores insistentes y esquivando a los que no querían ser ignorados. Se quedaron parados como tontos viendo una extraña pelea callejera, al parecer un vendedor se zapatos estaba discutiendo con otro vendedor que vendía justo al lado de este, los dos discutían porque querían venderle el mismo par de Jordán 1 al mismo tipo y esto ocasiono una pelea a golpes del cual el cliente intentaba desesperadamente de separarlos.
Terminaron en la tienda de “Compra de todo por menos de 100” con ofertas engañosas de “Compra tres artilugios de cocina y paga cuatro”… pero a Dimo solo le importaba la pasta y la carne, ya que esa era su misión. Decidiendo entre que marca extranjera de pasta comprar vio que Lola se quedó viendo una bolsa de malvaviscos en oferta especial, Dimo notaba que Lola se moría por uno de esos así que le pregunto si quería que le comprara algo, ella dijo que no. Fueron a otro pasillo y Lola se quedó embelesada viendo una bolsa de galleta también en oferta, Dimo le pregunto por segunda vez si quería que le comprara algo y ella volvió a negar.
Ahora estaban en otro pasillo eligiendo la carne, y Lola se centró en una bolsa de bombones de chocolate también en oferta (¿Por qué carajos hay dulces en oferta en todos los pasillos?) y claro que Dimo le volvió a preguntar si quería que le comprara algo y ¿adivinen que dijo ella?
—No. No quiero que te molestes. —negó ella por tercera vez muriéndose de ganas de comer chocolate—
—Para mí no hay ninguna molestia. —seriamente Dimo tomo la bolsa de bombones y la dejo en su bolsa de compras, Lola le miro preocupada—
—¡Dimo no es necesario! ¡Yo no lo quería!
—Sí, se notaba, era demasiado evidente tu desinterés. —dijo sarcásticamente con todas sus compras listas y dirigiéndose a la caja para pagar con su acompañante siguiéndolo—
—¿Por qué lo haces Dimo?
—¿Hacer qué? —se quejó Dimo serio presintiendo que vendría una pregunta complicada—
—Ser tan amable conmigo. Yo pensé que no te agradaba, siempre me mirabas feo y eras cortante conmigo. ¿Por qué ahora eres así? —le cuestiono Lola sintiéndose confusa con ella también, porque antes no le importaba lo que Dimo le hiciera o no a ella pero ahora parecía importarle—
—No sé.
—¿No sabes? —repitió ella desintonizada—
La curiosidad de Lola no fue curada ya que Dimo se quedó callado el resto del trayecto después de haber pagado. El regreso fue silencioso y aunque Lola intento buscar un tema de conversación se calló automáticamente no estando segura de lo que decir ya que no quería hacerlo enfurecer. El chico le paso a la pequeña la bolsa de bombones que antes le había comprado y ella los acepto con gusto, empezando a comerlos con una sonrisa. La alegría que desprendía la lolita al comer sus dulces le contagiaba y le daba confianza.
—Te lo diré… cuando sepa que es lo que ciento de seguro te lo diré. —Lola lo miro con inocencia e incredulidad—
—¿Me lo dirás?
—¡¿Por qué madres estoy siendo tan sincero y estúpido con Lola?! —se gritaba Dimo subconscientemente pero manteniendo su semblante serio—
—Dimo actúa extraño. Pero no está siendo odioso ni frio conmigo, supongo que eso está bien. —Lola estaba alegre sin mucha razón, le agradaba este nuevo Dimo. Que era serio, pero a la vez, muy expresivo— Por cierto gracias por defenderme de Crisko. —le agradeció en voz alta—
—Cuando quieras…
Fue lo único que dijo Dimo para continuar con el trayecto en silencio y serio. Lola estaba extremadamente feliz, nunca jamás en su vida pensó que la compañía del hermano de su amiga sería tan gratificante, lo mismo para Dimo. Pero la cuestión es que pasara ahora. La evolución emocional de estos dos ha avanzado demasiado en solo un día, ¿Qué pasara en una semana o dos? ¿Dimo revelara sus dudas y saldrá de su crisis sentimental? Esta historia está muy pero muy cerca de su recta final.

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