#07 Sinceridad / Tu hermanita está enamorada.

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—¿Quieres que vigile a Axel? —preguntaba cierta castaña conocida como Rosalinda. Estaba por irse a participar en la práctica del equipo de básquet femenino cuando su amigo matón cuatro ojos se acercó a ella para pedirle algo descabellado—
—Si, como son amigos debería de ser fácil. —Dimo estaba, de forma muy genial, recostado contra la pared con los brazos cruzados como todo un chico calculador—
—Espera, Axel y yo no somos amigos, solo estamos en la misma clase y a veces me pide la tarea. Y aparte, ¿Por qué quieres que lo vigile? ¡¿Lo quieres golpear acaso?!
—Aun no, solo busco una razón para hacerlo. —Dimo se puso mucho más serio de lo que ya estaba al percatarse de que había pensado en voz alta y ahora la chica deportista le miraba confusa y a la vez expectante—
—Ugh, heee… —Rosalinda estaba incomoda— Dimo… me gustaría ayudarte en eso de “vigilar” a Axel, peroooo; me gustaría tener una razón aunque sea de que tienes tú en contra de él.
—Dudo mucho que lo entiendas.
—Yo creo que si lo entenderé si eres sincero conmigo.
—Awww, está bien, escucha.
Dimo le conto a Rosalinda toda la situación. De cómo su hermana había entablado amistad con el chico gamer perezoso y de cómo ahora tenía una aflicción por pasar muchísimo tiempo de calidad con él, hecho que enfermaba a Dimo. El cuatro ojos dejo de explicar con una mueca de desagrado, mientras que Rosalinda estaba con corazones en los ojos y con flores de felicidad girando a su alrededor (?).
—¡¿Qué te pasa?!
—¡Aiww, Dimo~! ¡¿No te das cuenta de lo que pasa~?!
—No… más bien quiero saber qué te pasa a ti…
—¡Por favor Dimo! Ustedes los hombres son muy densos en estas cosas y situaciones.
—No te entiendo. —Dimo se sentía acomplejado—
—Déjame explicártelo de esta forma. —Rosalinda se estaba sintiendo superior ante el chico cuatro ojos que normalmente era muy listo, pero esta vez no— Tú hermana: va mucho con Axel, porque, puede, no está confirmado… pero es lo que yo creo… que esté enamorada de Axel. —Rosalinda inclino la cabeza confusa al ver la cara de espanto que puso Dimo—
—E-e-eso… n-n-no puede s-s-s-ser… —estaba en shock, sin embargo Rosalinda empeoro su condición—
—Normalmente las chicas muy jóvenes suelen volverse remilgosas o pegajosas con alguien cuando sienten que les gusta. O eso fue lo que me paso a mí una vez. —la deportista sintió nostalgia y un poco de vergüenza al recordar una época antigua (exactamente hace tres años) cuando se enamoró por primera vez y mucho bla bla bla— Pero no te preocupes Dimo. —continuo la chica recuperando la atención del cuatro ojos— Sea un enamoramiento o no en cualquier momento se le pasara. Así que no tienes por qué preocuparte tanto.
—Me alegro. —Dimo se sentía aliviado pero aún conservaba muchas de sus inseguridades— Pero aun así quiero que vigiles a Axel. Tal vez le agrade a mi hermana y a mi madre, pero a mí no.
—Ya te comprendo… es por eso que me pediste que vigilara a Axel para saber si le hace algo a tu hermana, descuida que yo seré tu espía.
—Gracias por el favor Rosalinda.
—De nada. Pero te aconsejaría que no te mortifiques mucho por esto. Lo que quiero decir es que Axel se ve bastante inofensivo e inocente, lo sé, llevo estudiando con él desde el año pasado.
—Esa información me será útil, gracias. —de cierto modo era bueno saber eso, pero Dimo es necio y obsesivo, claro que no iba a dejar de desconfiar así como así— Creo que ya he tomado mucho de tu tiempo, hasta luego.
—Pronto nos vemos Dimo.
Los dos se despidieron y tomaron sus caminos, Rosalinda a la cancha de básquet y Dimo de regreso a vaguear en solitario dentro de su salón de clases. Por la tarde estaban saliendo de clases, Dimo salió al exterior del edificio un tanto fastidiado y para su sorpresa su hermanita lo estaba esperando.
—¿Ruby? ¿Qué haces aquí y la escuela?
—Salimos temprano hoy, así que pase a buscarte. Pero vienes saliendo ahora después de que llevo un buen rato esperando.
—Perdón, pero tenía cla-ses. —contesto Dimo sarcástico— Como sea, vámonos entonces. —su semblante sarcástico desapareció y volvió a ser el mismo de siempre. Dimo noto que su hermana no le estaba siguiendo así que le llamo la atención— ¿Por qué no avanzas?
—Esto, heee, estaba pensando… —Ruby se mingoneaba de un lado a otro tiernamente— ¿No podríamos… esperar a Axel?
—Lo que me faltaba. —se quejó el mayor en voz baja, pero pese a eso la menor lo escucho—
—Solo hasta el cruce, luego él toma su camino y nosotros el nuestro.
—Bah, espéralo tú si quieres, yo me voy a casa. —Dimo se dio la vuelta odiosamente continuando con su regreso a casa. Paso junto al portón de salida pasando muy cerca de su recientemente reclutada espía— Tu trabajo comienza ahora.
Rosalinda entendió el mensaje perfectamente. Le asintió al cuatro ojos con determinación mientras este se alejaba tomando paso por la calle. Rosalinda se motivó a sí misma para su misión, y aunque no tenía ni la menor idea de lo que tenía que hacer se decidió en acercarse y saludar a la pequeña rubia.
—Hola Ruby.
—¿Hola? Perdón, ¿pero quién eres? —pregunto la chica un tanto extrañada, no por el saludo de la castaña sino porque su hermano la dejo atrás así como así dejándola sola para regresar a casa, él nunca había hecho eso antes—
—Yo soy Rosalinda. Soy amiga de tu hermano. —se presentó la mayor—
—No sabía que mi hermano tuviera amigas hembra… o amigos en general. —Rosalinda rio al escuchar la broma de la pequeña, sin saber que Ruby no estaba bromeando, o al menos no en ese momento—
—La hermanita de Dimo es muy simpática… quiero comprobar mi teoría, vamos a ver su reacción. —se dijo la chica mayor a sí misma en su mente, si las cosas eran como ella pensaba, y como se lo había planteado a Dimo más temprano, entonces las reacciones de Ruby deberían confirmarlo— ¿Por qué no te fuiste con tu hermano? ¿No se supone que habías venido a buscarlo?
—Ehh, sí, se suponía que venía a buscarlo…
—¿Estas esperando a alguien más? —Rosalinda sonrió de lado al notar la presente incomodidad de la pequeña rubia—
—¡E-eso no e-es tu p-p-problema! —contesto la menor bruscamente, claro, se estaba sintiendo interrogada y de paso era muy extraño que alguien que no conoces comience a hacerte preguntas como si esperara que delataras algo—
—Lo siento Ruby, lo siento. Tu hermano me pidió que te hiciera esas preguntas. —mentira, solo se estaba defendiendo y que mejor forma de disculparse que echarle toda la culpa a Dimo—
—¡Argh, ya lo entiendo! ¡Dimo es tan fastidioso! —se quejó la menor metiéndose las manos en los bolsillos de sweater—
—Ruby, tu hermano te quiere mucho, y se preocupa por ti.
—Sí, pero sigue siendo fastidioso.
—Te comprendo, pero el día en que deje de preocuparse de ti te lamentaras de no haberlo apreciado más.
—Puede que tangas razón… solo un poquito.
—Pero sabes que la tengo, jajaja. —se rio Rosalinda, Ruby también estaba sonriendo con cierto disgusto—
Con una cara de sueño iba Axel que salía del edificio exhausto de tanto esforzar el cerebro, normalmente salía acompañado de Turles o de Crisko, pero ninguno de los dos lo estaba acompañando esa vez ya que Tur fue al castigo después de romper una ventana con una pelota y Crisko tuvo que salir mucho más temprano cuando su madre lo llamo avisándole que Cangui se había escapado de nuevo. Así que esta vez iba solo. Apenas poso pie al otro lado del umbral de la entrada principal alguien se le acercó para abrazarlo repentinamente. Axel salió de su síndrome zombi y noto de quien lo abrazaba era su linda y pequeña lolita.
—¿Ah? Hola Ruby… —pregunto el peli salmón extrañado—
—¡Hola Axel, ¿cómo estás?! —respondió la pequeña muy contenta y sonriente, alzando la vista para verlo a los ojos—
—Ahora que estas aquí, súper bien. —Axel se separó de Ruby un poco apenado, pero a la vez muy feliz por encontrársela apenas saliendo del instituto— ¿Viniste a buscar a Dimo?
—Sí y no. Dimo ya se fue, me quede para esperarte y así acompañarte a casa para que no te pierdas. Jejeje. —bromeo la pequeña sonriendo a mas no poder. No lo sabía, pero sus tiernos gestos hacían que Axel se derritiera por dentro—
—Gracias por tu ayuda, es bueno que te preocupes por mí. —agradeció Axel siguiendo el hilo de la broma— ¿Nos vamos?
—¡Siii! ¡Vamooos! —celebro Ruby agarrando el brazo de Axel y jalándolo con fuerza, claro que Axel se dejó jalar—
—Las manos de Ruby son tan tiernas y cálidas. —pensó nuestro prota masculino sintiendo una corriente eléctrica en todo su cuerpo, esa corriente eléctrica fue muy visible e hizo que su cabello de erizara por unos segundos— Me gusta estar con Ruby. Aunque sea solo unos minutos. —esta vez Axel siguió el ritmo del andar de la pequeña, así frenándola un poco, ya que iba demasiado rápido y su prisa por regresar a casa se había marchitado, ya que ahora su pequeña loli iba con el—
Ruby había ignorado a Rosalinda completamente apenas vio a Axel, y ahora iba al lado de él muy contenta sin percatarse de la presencia de la castaña que los seguía desde atrás. Rosalinda estaba conmovida, lagrimas corrían por sus ojos mientras se llevaba las manos a las mejillas aguantando las ganas de llorar de la felicidad. ¿Qué wera le pasaba? Pues estaba conmovida viendo como Ruby sonreía y se reía como una boba estando junto a Axel, y de cómo el escuchaba todo lo que le decía y se reían de sus bromas.
“¡Que recuerdos!” pensaba Rosalinda al recordar con nostalgia tiempos antiguos muy bonitos de cuando tenía doce y se había enamorado de un compañero y bla bla bla. Ella recordó todo eso gracias a Ruby y no podía dejar de sentirse feliz por ella, pero a la vez un poco preocupada.
—Ahora tengo pruebas más que suficientes para concluir que Ruby está enamorada de Axel… aunque puede que yo lo esté imaginando todo y realmente no lo este. Pero en el caso de que lo este podría salir muy lastimada. —reflexionaba Rosalinda cruzada de brazos pensativamente pensante— Tarde o temprano se dará cuenta que Axel no podrá tener sentimientos por ella y eso la dejara destrozada… por suerte Dimo y yo estaremos allí para ayudarla.
Fue lindo mientras duro, pero por donde sea que se le mirara a la situación Ruby acabaría mal y con su corazoncito triste. Son cosas que pasan en la vida y el desamor quieran o no es parte del crecimiento personal de las personas. Lo único que podría evitar que Ruby sufra es que Axel comparta sus mismos sentimientos y la corresponda. “¿Axel, teniendo sentimientos por una chica? ¡Imposible!” Rosalinda se rio de sus pensamientos, ella sabía que Axel nunca había tenido sentimientos por una mujer en toda su vida según las palabras de sus amigos (Rosalinda había escuchado esa conversación sin querer).
—Hasta aquí llegamos. —dijo Axel con una gran sonrisa estando pasado frente a su casa— Supongo que ya tienes que regresar con tu hermano, ¿no? —pregunto el chico ya sintiendo que se le iba su dosis de azúcar—
—Si. Nos veremos otro día Axel. —Ruby gacho la cabeza en tono triste, iba a irse cuando Axel le llamo la atención llamando—
—Mi madre me regalo un teléfono. Si me das tu número podríamos hablar cuando sea. —propuso Axel relajadamente, entonces se dio cuenta de algo y comenzó a cuestionarse— ¡¿Le estoy pidiendo su número?!
—¡¿Le está pidiendo su número?! —exclamo Rosalinda en silencio desde la distanciada de ellos—
—¡¿Me está pidiendo mi número?! —Ruby se sintió impotente, como si algo no anduviera bien, pero entonces pensó— Así podría hablar con el cuándo quiera. —y se alegró, entonces respondió— ¡Claro!
Axel y Ruby intercambiaron números y luego de darse un cariñoso y muy corto abrazo se despidieron. Ruby se fue dando brinquitos derechito a su casa tarareando en el camino, estaba tan sumisa en su felicidad que no se dio cuenta cuando paso frente a Rosalinda la cual quedo en shock por el comportamiento de la pequeña.
—Mis sospechas no hacen más que crecer… —pensaba la chica deportista— Pero mi misión es vigilar a Axel para saber si oculta segundas o terceras intensiones, aunque dudo mucho que las tenga, pero aun así me gustaría saber si siente algo por Ruby.
Rosalinda ya había comenzado con su misión, pero lo iba a dejar por ahora. Apenas se dio la vuelta vio a un canguro saltando hacia donde se encontraba ella. Rosalinda no sabía quién o de quien era ese canguro, así que decidió ignorarlo… grave error. Antes de que pudiera reaccionar Cangui arremetió contra la deportista lanzándola al suelo de un solo derechazo.
—¡No, Cangui! ¡No otra vez! —gritaba un chico bien vestido que perseguía al canguro, el cual había comenzado a correr de nuevo dejando a Rosalinda tirada en el piso cual plancha—
Ruby entro a su casa feliz, dejo su mochila a un lado y se sentó en la mesa del comedor esperando a que su hermano mayor terminara de preparar el almuerzo. Pero noto que alguien más estaba cocinando. Se levantó y camino lentamente hacia la cocina dándose cuenta que Dimo no era el que estaba cocinando… si no Kate, la profesora de la escuela de Ruby.
—¡¿P-profesora q-q-que hace a-a-aquí?! —reacciono la pequeña toda nerviosa—
—Oh, hola Ruby. Qué bueno que estas aquí ya casi termino el almuerzo. —contesto la mujer sin más—
—¡¿Pero y Dimo?!
—Aun no llega, supongo que fue al mercado a comprar algo de emergencia. —nuevamente respondió la mujer—
—¡¿Pero si mi hermano no está como abrió la puerta?!
—Con ganzúas… —tras escuchar eso Ruby se quedó paralizada y con cara de pavor absoluto—
—¡Voy a mi cuarto! —Ruby se excusó rápido y se fue cagando leches de la cocina yendo directito a su habitación con el propósito de encerrarse— ¡¿Pero qué le pasa a esa mujer?!

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