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— ¡Oye, Hyung!, ¡Aún no quiero morir! – exclamo el pelimorado con fuerza, queriendo ser escuchado por los cascos que llevaban puestos mientras ambos recorrían la ciudad en la moto deportiva del mayor. — ¡Mi papá es capaz de meterte a la cárcel si me pasa algo, eh!

Una carcajada potente sonó que fue capaz de ser escuchada por el más pequeño de los dos, provocando una sonrisa propia en el, y un extraño rubor instalarse en sus mejillas.

— Tranquilo JiMin. – hablo una vez que se estacionaron en su lugar de llegada, el conductor bajandose primero. — Y eso que solo me sentiste manejar ochenta por hora, no me imagino cuando corro de verdad.

JiMin se quitó el casco aún encima de la moto y le sonrió a su mayor de lado.

— Toca ver hasta donde eres capaz de asustarme, Hyung.

El mayor soltó otra risa ronca y JiMin juro que se le aceleró el corazón, aún más cuando esté se le acercó y le plantó un beso de esos que te robaban el aliento pero de manera corta.

— Te miras sexy encima de mi moto y con ese cabello extravagante revuelto. – otro beso fue dado. — Gritas por dónde quiera que eres mi chico.

— No sabía que eras de esos hombres posesivos.

— Lo soy cuando tengo semejante bombón conmigo... Un chico de verdad en toda la palabra.

Sonrió coqueto ante las palabras del hombre y bajo de la moto con la mano de YoonGi en su cintura, este no soltando el agarre aún cuando estuvo en el suelo, manteniéndolo con el.

Habían llegado a una discoteca, por invitación del pálido habían ido llegando a las ocho de la noche, JiMin aún teniendo un toque de queda temprano, por lo que habían ido recién comenzaba la noche

Entraron juntos y rápidamente fueron a la barra en dónde pidieron Wiskhy para ambos, mientras se coqueteaban sin descaro, y ¿Por qué no?, Se besaban en ocasiones, la música alta, el alcohol y el bulliceo animándoles a más. Bebieron un último trago y se fueron a la pista de baile en dónde el pelimorado descubrió que YoonGi también era bueno para el baile, sincronizandose inmediatamente al movimiento sensual y pegajoso que había empleado, riendo cuando aún en medio del baile YoonGi no paraba de hacer comentarios picarones y toquetear desde su cintura hasta su trasero, en dónde el baile era lo que predominaba.

JiMin se dió la vuelta y quedó espalda al pecho firme del pelinegro, y con una nueva música un poco más sensual que la anterior comenzó a mover sus caderas y cuerpo contra la pelvis contraria, escuchando por lo bajo las maldiciones de su mayor.

Um, JiMin era un buen bailador, y tenía que sacarlo a relucir.

Atrajo las manos de su acompañante y le indico que la pusiera en sus caderas, un agarre firme siendo la respuesta, sonrió y cerro sus ojos dejándose llevar por la música, moviendo su cuerpo energético pero a la vez casi sexual para darle un total espectáculo no solo a YoonGi sino que incluso a unos cuantos que se habían perdido en su forma de bailar.

— Vamos a los baños. – propuso el pálido en su oído. — Para que me muestres esos movimientos con más privacidad y menos ropa.

JiMin rio, y se giró nuevamente, negando con una sonrisa llena de descaro, y después atraer la boca ajena y besarla de manera hambrienta, movimientos bruscos y desordenados siendo protagonistas del beso, sus lenguas danzaron armoniosas por sentir el contacto de la otra y sus salivas se fusionaron en una sin decencia alguna.

Sus respiraciones estaba aceleradas no solo por el beso que alocaban sus hormonas sino también por el baile lleno de movimientos que no habían parado incluso en el beso, JiMin siendo el que rompía el contacto para hablar.

— Nuestra primera vez juntos será en una de nuestras casas, Hyung, no en los baños de una discoteca.

— Hablas como si fuéramos unos vírgenes... ¿O acaso lo eres?

JiMin negó con una sonrisa.

— Me he acostado con chicas. - omitió su acoston homosexual. - Pero no lo digo por eso... - nuevamente se acercó peligrosamente a su oido - Sino porque creo que un cuarto y la privacidad es lo fundamental para las horas que pasaremos encerrados divirtiéndonos, un baño de discoteca... No está a la altura.

Una risa ronca fue soltada, y el cerro sus ojos, refugiándose en ese cuello mientras su cuerpo aún bailaba al ritmo de la música, sintiendo una dureza presionar sobre su abdomen bajo.

- ¿No te has acostado con algún chico?

- Soy santo de atrás si es lo que quieres saber.

- Virgen... que delicia.

- Virgen suena a alguien inocente, yo no lo soy, inexperto si.

Y nuevamente escucho aquella sexy risa y JiMin considero que YoonGi había bebido mas de lo considerable o realmente se estaba divirtiendo con el.

- Como quieras, mi chico no virgen pero con perfecto trasero santo.

- Eso suena más a mi.

Las diez de la noche llegó, y ambos ya habían bailado como bebido, aunque YoonGi se mantuvo sobrio, ambos sabiendo que el era el que conduciría de regreso.

Salieron de la discotecas con besos de por medio mientras caminaban y se reían entre si, una euforia inundalos de la sola idea de estar juntos, disfrutando.

- Tenemos que repetir esto. - dijo JiMin, colocandose el casco mientras el pelinegro ya con el casco encendía su vehículo de dos ruedas. - Amo como te ves de ropa negra.

- Te agradará más verme sin ella.

El pelimorado relamio sus labios y puso una mano en uno de los hombros fuertes.

- Como a ti te agradará verme a mi.

- No lo niego. - JiMin negó divertido. - Sube nene.

JiMin obedeció y se abrazo a la cintura de este cuando estuvo listo y entonces el mayor arranco.

El pelimorado recostó su cabeza en la dura espalda, y viendo la ciudad nocturna pasar delante de el con una velocidad rápida llegó a una conclusión. A él le estaba gustando de más ese hombre que abrazaba y por alguna extraña razón no le molestaba como esperaba que pasara cuando comenzará a sentir cosas fuertes por alguien, en cambio de eso solamente anhelaba experimentar más cosas con ese pelinegro ya no solamente sexuales.

Y estaba dispuesto a cumplir sus metas.

¡Soy Homosexual! ; YoonMin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora