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Sábado, 08 marzo 2014.

– Joder.

El pelinegro protagonista de la escena que se estaba dando, estaba siseando del placer que estaba sintiendo en el momento, queriendo desahogar toda la frustración sexual que tenía desde hace unos pocos días, moviendo sus caderas con rudeza y sin ritmo alguno por lo salvaje que estaba siendo, mientras su mente le castigaba recordandole el personaje que le había llevado a su problema de insatisfacción carnal, un chico ojos celestes y cabellera extravagante.

Su derrame fue intenso llenando el condón que llevaba puesto, sin embargo, la maldita necesidad de tener sexo con alguien en específico seguía, aunque no con la misma intensidad desesperante.

— Eso fue... Intenso. – murmuró con agitamiento él chico que estaba con sus piernas abiertas y rodillas apoyadas en la cama, el cual había llegado a su orgasmo unos segundos antes. — Nunca lo habíamos hecho así.

YoonGi con su ceño fruncido, se retiró de la cavidad anal de su compañero "ocasional" y sin ganas se retiro el envoltorio de su entrepierna ya flácida, nunca le interesó establecer una conversación de más de seis palabras con aquel sujeto, así que no tenía la necesidad de contestarle más que un monosílabo.

— Supongo.

— Sabes... Si aún tienes ganas, podemos tener una segunda ronda aquí... O en tu casa.

YoonGi bufo, levantándose de la cama que estaba y acomodándose sus pantalones.

— Creo que ya te dije que en mi casa no. – Respondió tajante, no siendo para nada parecido al YoonGi que sus amigos y seres queridos conocían. — Me largo.

YoonGi era un maldito bastardo cuando no se trataba de sus seres queridos, un hijo de puta en toda la palabra, pero la verdad es que el creía firmemente en que solo a las personas de confianza se le debía tratar con el verdadero cariño y respeto que se debía, las que ya sabía que eran confiables.

Aunque había un chico de ojos celestes al cual trataba con toda la amabilidad que el poseía en el interior, y ni siquiera era un amigo o familiar, era apenas un conocido, uno que apenas conocía de hace exactamente tres días.

Tres días y ya se lo quería coger.

— No quería molestarte, Yoon.

Arrugó su ceño más, al notar que JeongHan, su compañero "ocasional", no dejaba de hablar, dejando en claro sus intenciones de querer establecer una conversación, estaba tratando con el YoonGi equivocado.

— No me interesa hablar contigo.

Fue la respuesta de YoonGi, tomando su celular que estaba en una mesa, listo para irse.

— ¡Oh vamos!, ¡Nos acostamos desde hace dos meses!, ¡Y no pasamos de decirnos un hola!, ¡Con costo se que estudias en la misma universidad que yo!, ¡El día que te emborrachaste en la casa de tu amigo, y nos acostamos por primera vez, hablaste más y todo!

— Mira JeongHan, accediste acostarte conmigo con cero compromisos, y eso mismo, no me obliga a establecer un vínculo o una charla contigo, así que si vas a estar con esta mierda, puedes irte olvidando de que seguiremos con esto, tienes diecinueve, madura de una puta vez y confórmate con lo acordado o me dices de una vez que no estás satisfecho y paramos de una vez esto.

El chico castaño entonces se quedó callado ante su gélida voz, casi lo veía temblando nervioso en su lugar.

— N-no, olvidemos esto... Nunca pasó, solo sigamos...

YoonGi rodó los ojos, hastiado, y salió de aquella habitación de hotel con un portazo, molestó. Salió de aquel lugar a la cálida mañana, con sus manos en los bolsillos, y relamio sus labios cuando miro la hora en un reloj gigante en la superficie de un edificio.

Estaba cerca de ser el mediodía. No era que había madrugado para ir a un hotel a coger, no, simplemente que el día anterior había citado al chico ese para tener una noche placentera, lo que no tenía planeado era que se quedaría dormido después de tres rondas seguidas. Normalmente con JongHae, solo tenía una o dos rondas lo más, pero últimamente andaba muy cachondo, por lo que el cansancio de los tres orgasmos que tuvo, lo hizo caer rendido hasta ese día.

Por otro lado, estaba ansioso, ese mismo día le daría clases a JiMin, el chico de preciosos ojos celestes, ese chico de candente cuerpo, y celestiales labios, un maldito pecado andante. Cada vez que lo veía quería empotrarlo y joderlo hasta hacerlo chillar de placer.

Y eso le asustaba un poco, el era muy activo sexualmente, pero nunca había deseado tanto a alguien, tanto que se follaba a otras personas pensando en el niño de preciosos ojos.

Una llamada entrante a su celular le hizo salir de sus pensamientos pecaminosos, y saco su celular descubriendo que era su padre JenSug quien le llamaba, contestó.


 

°°°
 

JiMin maldecía por lo bajo, no estando satisfecho con ninguna de las prendas que se colocaba, se sentía avergonzado de si mismo, y no era por el hecho de no tener ropa bonita, sino por lo que su maliciosa mente quería lograr.

Deseaba provocar un poco a YoonGi, de manera que no se notara mucho sus intenciones.

Pero sus objetivos no se volvieron viables cuando en su armario, tenía solo tres tipos de ropa: elegante, casual (poco reveladora) y deportiva, siendo está última lo más provocativo que tendría (así de olvidado tenía su armario), obviamente esto no era una muy buena opción, por lo que suspiro frustrado, y al final se decidió por unos pantalones chandals que resaltaban un poco sus glúteos, y una camisa sin mangas, dejando a la vista sus trabajados bíceps.

No estaba como quería, pero por lo menos pasaba discretamente.

Sus Padres y su hermana no estaban, su madre estaba haciendo un nuevo contrato, y su Padre se había ido de viaje por dos días, a Daegu buscando pistas de un nuevo caso que tenía, mientras que su hermana andaba en la casa de alguna de sus amigas, como casi siempre.

Su cuarto estaba perfectamente arreglado, el lo manejaba así, por lo que no se estreso mucho en esa parte. Se colocó un poco de loción y se colocó sus pequeños aretes favoritos de cruz, un poco de bálsamo en sus gruesos labios y estuvo listo.

Se hubiera arreglado un poco más, pero tenía en claro que YoonGi no era estúpido, y fácilmente podría descubrir sus maliciosas intenciones de querer llamar su atención luciendo más lindo de lo normal, por lo que calculando todo, se limito.

Solo basto con que se fuera dar un vistazo al espejo, y el timbre de su casa sono, haciéndole sonreír en el reflejo, ansioso y eufórico por su nueva meta, y es que estaba decidido a obtener a aquel precioso sujeto para el.

Sacando toda la seguridad y confianza que el poseía hacia el mismo, salió de su habitación y fue a recibir al pálido pelinegro de preciosos ojos amarillos.


 

 





 
  
Editado: Viernes, 22 Septiembre 2023.

¡Soy Homosexual! ; YoonMin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora