ser la cucharita grande

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la noche había llegado e iván estaba tan feliz hablando con rodrigo mientras esperaban un uber que los llevara de vuelta a sus hogares. esas dos horas aunque cortes habían sido mágicas para iván, desde que rodrigo había respondido a su pregunta y ese "puede ser" le hubiera dado la seguridad que necesitaba, no dejó pasar ninguna oportunidad para coquetearle, aunque era muy sutil lo estaba haciendo, y estaba realmente orgulloso de haberlo hecho sonrojar al menos la primera vez cuando le dijo sugerentemente que tal vez iba a proponerle una relación.

rodrigo había estado abierto a sus coqueteos y aunque no está seguro de si se los devolvia con sus bromas, al menos no lo sacaba de onda ni le parecían incómodos, era un gran paso para él.

cuando el uber llegó ambos subieron y dieron cómo primer dirección la casa de rodrigo, la idea de iván era dejarlo allí y posteriormente irse a su casa en el mismo uber, tal vez, y con mucha empeño, le daría al menos un abrazo o le diría algo dulce cómo un te quiero. al menos eso pensaba hacer.

──eu, ¿y si te quedás a dormir? cómo no nos vemos hace ya rato toca aprovechar. ─ propuso rodrigo con una sonrisa, justo antes de que el uber parará en la dirección dada, justo enfrente de la casa del castaño.

iván se lo pensó dos veces, si bien quería y no era la primera vez que se quedaba a dormir en la casa de rodrigo, también se sentía nervioso por ello ya que ahora su idea era conquistarlo y tal vez la cercanía lo delataría sin querer. aún así, ¿cómo negarse? si el chico de sus sueños le pedía que se quedara a dormir, él aceptaría.

──si obvio, no hay... ─ paró antes de acabar la frase al ver la sonrisa burlona de rodrigo, rodando los ojos.

──¿qué ibas a decir? ─ se burló rodrigo mientras bajaban del auto, y mientras iván sacaba el dinero para pagarle.

──entremos y ya, boludito. ─ respondió con una sonrisa, rodrigo soltó una carcajada e hizo caso, sacando la llaves para abrir la puerta de su hogar.

apenas entrar un pequeño animalito vino corriendo a restregarse en sus piernas, metiéndose entre estas mientras caminaba casi haciéndolo caer, pero con cuidado de no pisar al animal se sostuvo de una pared y puso ambos pies firmes para no irse de cara al piso.

──barry también te extrañaba. ─ dijo rodrigo al verlo y cerrar la puerta; iván, quién estaba saludando al felino, alzó la cabeza rápidamente al escuchar el "también", lo que significaba que rodrigo lo había extrañado. su corazón se aceleró bastante, sonriendo ampliamente.

──yo también los extrañé. ─ respondió igualmente refiriéndose a los dos, escuchando la pequeña risa de rodrigo al haber entendido a lo que se refería; ese simple sonido hizo que su pecho ardiera, sintiéndose tan feliz y enamorado con solo escuchar una risita de parte del castaño.

era increíble lo mucho que lo enamoraba con tan poco, si rodrigo se esforzara solo un poco por gustarle iván abría muerto de una hipertensión al acelerar tanto su corazón.

──es tarde, ¿querés dormir? ─ preguntó rodrigo una vez que iván dejó al animal y se encaminó junto a él por la casa, hasta llegar a su habitación. iván asintió, esperando que rodrigo se acercara al amario a buscar cobijas y almohadas cómo hacía normalmente para dejarlo dormir en el sofá.

──pero vos dormís del lado de dónde sale la llorona. ─ dijo risueño, buscando en el armario pero ropa para dormir y algo de tallas más grandes para prestarle a iván.

──¿eh? ─ iván se acercó confundido. ──¿dormiremos juntos? ─ preguntó, tan sorprendido cómo emocionado.

──sí, pero si no querés ahí está el sofá cómo siempre. ─ respondió simple, sacando dos camisas para revisar la talla. ──solo decía que podíamos dormir juntos para que estés más cómodo que en un mueble viste. ─ explicó rodrigo, mientras le entregaba una camisa y buscaba un pantalón.

──¡claro! es decir, no tengo problema con dormir juntos. ─ claro que no tenía problema, si era lo que deseaba.

──andate a cambiar. ─ le entregó un pantalón de chandal y señaló el baño aunque iván supiera perfectamente dónde estaba.

después de alistarse cada quién para dormir, rodrigo se acomodó en la cama del lado de la pared mientras iván estaba cepillandose lo dientes con el cepillo extra que rodrigo le había dado ya que, cómo dije, no era la primera vez que se quedaba a dormir. en realidad, no era la primera que dormían juntos, pero ni iván ni rodrigo tenían recuerdos claros de las demás veces ya que siempre había sido bajos los efectos del alcohol, y a iván realmente le molesta no recordarlo bien ni haber aceptado esto otras veces atrás, puesto que cuando rodrigo se lo propuso iván todavía no había aceptado sus sentimientos y decidía rechazar la oportunidad.

pero ahora había aceptado, estaba sobrio y realmente emocionado; sabía que nada iba a pasar, que cómo mucho rodrigo y el dormirían viéndose o que el castaño daría la vuelta si se volvía raro verse al dormir, pero al menos le hacía ilusión dormir juntos aunque no fuera cómo él deseaba.

cuando llegó a la cama y vió a rodrigo dormido volteado hacia la pared la idea de abrazarlo se cruzó por la cabeza, no era mala ya que probablemente no se daría cuenta, rodrigo era de tener el sueño pesado. se acercó a la cama para acostarse y lentamente se introdujo debajo de las cobijas evitando despertar al castaño, una vez estuvo acostado y con rodrigo dándole la espalda, se llenó de valor y pasó una de sus manos por la cadera del más bajo, abrazándolo suavemente sin pegar su cuerpo por miedo a despertarlo.

──¿qué hacés? ─ habló medio dormido, iván se sobresalto y quitó su mano rápidamente aunque sin alejarse.

el pánico lo estaba por consumir, seguro rodrigo iba a pensar que era raro, que se estaba aprovechando de que estaba dormido, que buscaba algo más con él o mil cosas que lo dejaban en la peor posición, comiéndose la cabeza con cada segundo que pasaba el silencio, mientras la ansiedad le ganaba; después de unos largos segundos que parecieron eternos, iván escuchó la risa de rodrigo muy suavemente.

──sos muy tierno en serio. ─ dijo el castaño, aún sonaba a que tenía sueño. se giró levemente para observarlo y agarrar su mano, luego volvió a la posición inicial pero acomodando la mano de iván para que rodeara su cadera y estómago, obligandolo también a acercarse más, casi pegado a su cuerpo.

estaban en cucharita, rodrigo siendo la pequeña e iván la grande, y eso no pudo ponerlo más feliz. estaba nervioso, demaciado, el cuerpo y sobre todo las mejillas le ardían por la vergüenza, pero rodrigo le había dado el permiso de abrazarlo mientras dormía, y aunque probablemente haya sido por el sueño, estaba tan feliz que aseguraría que esa era la mejor noche de su vida.

no pudo dormir hasta asegurarse que rodrigo estaba dormido, y en medio de su sueño buscando comodidad el castaño se hizo para atrás juntando finalmente sus cuerpos, iván no desaprovechó la oportunidad y lo abrazó más fuerte atrayendolo a él, hundiendo su cabeza en el hombro del castaño, embriagandose con el aroma de rodrigo.

tal vez era un sueño o una alucinación, o tal vez el perfume tan delicioso que entraba por su nariz en realidad era un whisky y estaba teniendo un coma etílico imaginando que dormía con rodrigo; pero fuese lo que fuera, estaba realmente feliz y demaciado enamorado.

una cita ٭ 𝑅𝑂𝐷𝑅𝐼𝑉𝐴𝑁 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora