Hora 17:45
El agua recorre mi cuerpo. Quién diría que las duchas frías fuesen tan renovadoras. Salgo para secarme el pelo empapado y vestirme con un traje negro. A mi parecer, bastante elegante. No debo demorarme mucho en bajar a cenar, pues había quedado con Bradley y Jiu en poco tiempo. Abajo, en el restaurante.
Todavía recuerdo con culpa la forma en la que traté a Jiu horas antes. Aquellos malditos celos me habían jugado una mala pasada.
Ahora en frío, veo que mis confabulaciones sobre el policía y la chica no tenían mucho sentido. Menos, después de las palabras que me dijo Bradley.
"No eres ni la mitad de consciente de lo que confía en ti. Esa chica te ama incluso más que a sí misma."
Pese a todo, me cuesta aceptar la afirmación. Llevábamos muy pocos días conociéndonos y casi parecía que estábamos destinadas la una para la otra. Jamás había tenido una conexión así con nadie.
Realmente, en el fondo de mi ser, tenía miedo de pifiarla. De que se alejase de mí.
O de que la alejen de mí. Porque sé que no todo estaba en mis manos.
El reloj marca las ocho y escucho la llamada para cenar. Aquélla era la noche definitiva. La noche en la que todas las pesadillas deberían de acabar de una vez por todas.
No más desapariciones. No más muertes. No más tragedias, juegos, ilusiones...
Para ello, el plan tendría que salir al pie de la letra.
Avanzo por el pasillo, pensativa. Bajo las escaleras y me encuentro la puerta de la sala de mantenimiento abierta.
Un recuerdo me viene a la mente. Ahí fue la primera vea que besé a Jiu.
Me asomo para encontrarme con Handong.
- Buenas noches.- Le saludo.
- Hola señorita Yoohyeon, qué sorpresa encontrarla por aquí.
- Sí, bueno... No querría interrumpirle, ¿pero no debería estar sirviendo ya las mesas?
- Razón lleva. La cosa es que Dami me ha pedido que buscase algo en mantenimiento y he tenido que venir corriendo.
- Vaya. Y... ¿qué es eso que está buscando? Igual le puedo echar una mano.- Intento ayudarla, llena de curiosidad.
- No hace falta que se moleste.- rechaza mi oferta.- Ya me encargo yo. Son sólo son meros preparativos.
- Comprendo.- Digo mientras la vuelvo a dejar sola.- Espero que no se demore mucho, estoy hambrienta.
- No lo haré, desccuide.
Nos despedimos con una sonrisa y me dirijo, ahora sí, al restaurante. Nada más llegar, busco con la mirada a la pareja del plan. Mis ojos se topan con Siyeon y Sua primero, sentadas juntas en una de las mesas. Al parecer ellas también habían estrechado bastante los lazos. Me encuentro también a Arnold, jugando con la pequeña Gahyeon en una mesa del fondo. Esta tiene unas muñequitas en la mano, pero parece no hacerle caso al mayor, que intenta ser partícipe del juego infantil. Por último, cerca de la barra, veo a mis compañeros. Bradley lleva una camisa blanca, plana y pantalón negro. Parece no ser alguien que se demore mucho en elegir atuendo.
Por otra parte, la que roba toda mi atención es la chica que está a su lado. Tan bella como siempre. Lleva un discreto vestido ajustado que deja al descubierto sus delicados hombros. Esta vez no lleva ningún recogido, se ha alisado el pelo. Sujeta en su mano una copa, mientras que charla tranquilamente con el policía. No quiero montar otra escenita de celos, así que me acerco con cuidado. Ella no se percata de mi presencia, ya que está de espaldas, pero Bradley sí lo hace. Le lanza una mirada para que se volteé. Nuestros ojos se cruzan y el policía hace bomba de humo.
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El Hotel Maudit
FanfictionUn desfile de personajes enigmáticos se hospedan en el Hotel Maudit. Un hotel que, de la noche a la mañana... Se convirtió en un agujero abandonado. Bajo su techo se esconden crímenes y pasiones. Pero, también, el secreto de una familia desaparecida...