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Cuando Tzuyu llegó se suponía que solo cargaría a Minju un momento y hablaría con Sana, pero el mayor tomó a Sana y a su bebé y sin esperar a Katashi ni a Yun, se marchó ella misma con ambas, cabe destacar el berrinche que montó Katashi

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Cuando Tzuyu llegó se suponía que solo cargaría a Minju un momento y hablaría con Sana, pero el mayor tomó a Sana y a su bebé y sin esperar a Katashi ni a Yun, se marchó ella misma con ambas, cabe destacar el berrinche que montó Katashi.

Pero el nuevo problema que tenía el Alfa era a su Omega molesta y un bebé rechoncho en sus brazos viendo la escena que se montaba Sana con su otro papá.

—Deja de poner esa cara —Bufó volteando el rostro para que la menor no siguiera recalcándole lo egoísta que era, siendo incapaz de aceptar llevar a Minju al médico con su dinero.

—¿No puedes dejarme hacerme cargo de mi hija a mi sola? —Renegó cruzándose de brazos, observando a su bebé aferrada a Tzuyu, su manita apresaba de forma algo inútil la chaqueta de Tzuyu, arrecostada en su hombro y sin ningún tipo de interés en ella, que estaba velando por su sueño desde hace días.

—Sé que quedamos en eso pero no, no puedo dejarte así y menos sabiendo que Minju está enferma —Replanteó acariciando la espalda de la pelinegra, que suspiró cerrando sus ojitos.

Sana dirigió su mirada ahora a Tzuyu, que daba suaves palmaditas en la espalda de la bebé y consiguiendo así que ésta estuviera calmada en sus brazos y no llorando como cuando estaba con ella. También pudo sentir una pequeña punzada en el corazón por la imagen tan linda que le ofrecía la azabache con su bebé. Le dolía mucho saber que Tzuyu podía llegar cuando quisiera, matando poco a poco sus sentimientos.

Realmente extrañaba estar en su antigua casa, con su bebé durmiendo entre ambas, desayunando a las siete de la mañana porque su retoño de pequeña no dormía mucho, extrañaba cuando Tzuyu llegaba y le abrazaba por la espalda, quejándose infantilmente con la castaña sobre su día.

Suspiró bajando los brazos a sus costados viendo abrirse la puerta del consultorio, Tzuyu se puso de pie rápidamente tomando la mano de Sana para guiarla dentro. La misma Sana se aferró a su mano sin querer separarse mucho, al entrar un chico pelinegro les recibía con una enorme sonrisa en los labios, buscando la atención del más pequeño.

—Cuando me llamaste no pensé que fueras a llegar tan temprano —Comentó cerrando la puerta y dejando que ambas se sentaran.

—Es muy urgente, ya lleva tres días así, Mingi... —Murmuró moviendo un poco a la cachorra que curiosa abrió sus ojitos por la iluminación, encontrando a un sonriente pelinegro que extendía sus manos para tomarla.

—¿Podrías decirme sus síntomas? —Se dirigió ahora a Sana a la hora de tener al bebé entre sus brazos, viéndole bien y tocando su frente.

—Ha tenido fiebre esta misma madrugada, no duerme y llora, también le he llevado a una consulta y le recetaron varias medicinas... —Algo preocupada apretó un poco la mano de Tzuyu, recibiendo un suave apretón en modo de apoyo y en esos momentos no se paraba a pensar en ellas, sino en el bienestar de su hija.

—¿Dolores? ¿quejas? —Preguntó dejando a la cachorra acostada en la pequeña camilla, en cuestión de segundos sus ojitos se aguaron, buscando rápidamente a sus madres y un pucherito adornando sus finos labios — Oh, Minnie cariño, no te haré nada malo, corazón... —Agudizó su tono de voz para hablarle al pequeño que ignorando su máximo esfuerzo por parte del mayor soltó un agudo chillido.

—N-No lo sé, ella solo llora... —Murmuró nuevamente soltando la mano de Tzuyu para acercarse a la camilla, acariciando suavemente la cabecita de la pequeña.

—¿Para qué te dieron exactamente las medicinas? —Cuestionó nuevamente.

—Para la fiebre, dos jarabes y unas pastillas solubles... —Dijo algo dudosa porque cuando le explicaron todo lo que tenía o se suponía que tenía su bebé ella no estuvo muy atenta, es decir, utilizaban un lenguaje altamente conocido por cualquier médico pero ella se consideraba una simple mortal y todo aquello no lo entendió bien del todo.

—¿Qué le das de comer hasta ahora? —Sana relamió sus labios buscando entre lo que le daba a su bebé.

—Cuando se despierta le doy pecho y antes de llevarle a la guardería un biberón... —Comentó sin estar segura ahora de si lo hacía bien, según su madre eso era lo que ella tomaba en esos meses por lo tanto estaba preocupada por ello ahora.

—Bien, no es malo que le des leche aún, está pequeño pero sí te podría aconsejar los cereales para el biberón o algo de fruta en papilla, ¿has probado en darle purés? -Sana frunció sus labios negando —A los seis meses podrías intentar darle de verduras, luego fruta blanda en trozos grandes, para que ella coma sola. ¿Dormía bien antes?

—Se dormía a las diez como muy temprano y se levantaba a las cinco o seis... —La pelinegra mordió su labio antes de hablar, preocupada por ello.

—A su edad sería más normal que se levantara entre horas, despertarse a comer o simplemente levantarse, si ella no lo hace pierde una proporción de comida, ¿entiendes? Así que aunque duerma, despiértale para que coma, está bien si es leche o directamente el biberón... ¿Suele jugar mucho? —Nuevamente Sana sacudió su cabeza algo culpable.

—Cuando se despierta ella solo se queda allí, puede jugar con sus manos como mucho cinco minutos, el resto de tiempo está en la guardería y no sé bien lo que hace... —Mingi tomó al llorón bebé en sus brazos.

—Nada de medicinas, Minnie no está enfermo, solo dale de comer mucho más y tendrás a tu bebé más sano que nunca. También te recomiendo muchísimo que limitaras las horas en la guardería, no suelen pasar mucho tiempo con ellos y rara vez juegan o le prestan atención. Únicamente le vigilan, no es el mejor lugar para dejar a una bebé tan pequeña... —Sana mordió su lengua viendo a Tzuyu, se sentía culpable por la causante en cierto modo pues Minju pasaba en la guardería muchísimas horas, solo estaba con ella por las noches y tampoco tenía ni idea de lo que hacía allí dentro por tanto tiempo.

—¿Estás seguro de que está bien? Solo lo has visto y no te veo hacerle exámenes no revisiones —Se quejó el Alfa cruzándose de brazos reviendo un gruñido del otro Alfa.

—El experto en esto soy yo, no tú, Chou. Si le recomendaron medicinas fue para sacarle el dinero, no está enfermo, la fiebre se puede tratar fácilmente en casa sin necesidad de tres medicamentos, Tzuyu. Además, se nota que Minjunie está delgada para tener casi seis meses. Cuídala, Alfa irresponsable —Bufó pasándole la cachorra a Sana, quien algo decaída le tomó bajando la mirada al suelo.

Es verdad que Mingi no dijo aquello para hacerle sentir mal pero tuvo bastante significado para la Omega, que se sintió pequeña en la sala, como si le estuvieran recalcando su mal trabajo como madre. Y aceptaba que había cometido errores pero se sentía muy perdida también al ser madre soltera y primeriza.

—Tzuyuie, ¿me llevas a casa?

—Tzuyuie, ¿me llevas a casa?

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Sana's BabyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora