Sana y Tzuyu se separan después de concebir a su primera hija.
Y Sana decide ser la mejor madre soltera para su pedacito de corazón.
2º Temporada de "Anticonceptivos"
Esta historia no me pertenece, todos los créditos a @ifsvantaes, quien me dio la a...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Katashi era amigo de Sana hace tiempo, pero verle de nuevo con una cachorrita en los brazos fue una gran sorpresa para el mayor, después de unos de meses de ello, volvía a visitar a la castañita, que mostraba a su bebé como un tesoro, por mensajes le enviaba fotos de lo que su pelinegra lograba; descubrir sus piecitos por ejemplo.
Ahora la castaña estaba algo decaída al abrir la puerta, unos ojitos tristes y una expresión angustiada, ese no era la Sana que le recibía con una enorme sonrisa, saltando a sus brazos de alegria porque su felicidad se expandía en cuanto veía a amigos después de mucho tiempo, pues eran muchas cosas que contar pero está Sana era diferente y no le gustaba.
—Oh... hola Katashi... —Saludó fingiendo malamente una sonrisa que se quedó más como una mueca burlona cuando en realidad la castañita quería ser amable.
—Hola, Sana... —Murmuró algo preocupado tomando entre sus manitas las mejillas rojizas de la castaña, notando mejor las enormes ojeras que adornaban sus ojos, que también estaban algo rojos por lágrimas derramadas anteriormente y que ahora se estaban cristalizando— ¿Qué pasa, Sana? —Cuestionó retirando las gotitas saladas que bajaron por las mejillas de la menor, rápidamente se abrazó a él con fuerza, siendo uno de sus pocos apoyos emocionales, la Omega no podía soportar un día más cuidando de la menor enferma.
Tres días ya y su bebé seguía llorando en las madrugadas, despierta por horas sin intención alguna de dormir, sus mejillas rojizas por la fiebre y sus pesadillas eran cosa del día a día.
El dinero que Tzuyu le dejó una tarde le sirvió exclusivamente para llevar a su cachorrita al médico, donde le dieron unas recetas más caras que la misma consulta, dejándole sin otra opción que gastarlo en tres cajitas, dos jarabes y unas pastillas solubles. No se arrepentía de haber comprado la medicina para su cachorra pero realmente ninguna de esas tres medicinas lograba hacer alguna mejora en su bebé.
Se separó un poco del más alto, sollozando una vez más al verse ahogado en sus problemas junto a su pequeño de cinco meses y medio, dejó pesar primero al mayor tomando asiento en el único sillón del salón.
Tomó valor dando cogiendo una bocanada de aire, su mirada se posó ahora en el suelo, totalmente incapaz de ver a Katashi a los ojos y contarle lo que le atormentaba.
—Minnie enfermó hace unos días... —Empezó despacito, viendo que todos los esfuerzos hechos hasta ahora se detenían rotundamente por un nudo en la garganta— H-he... cuidado de ella estos tres días, le he comprado su medicina y he estado siempre pendiente por cualquier cosa... —Sus ojitos tristes dejaron salir una vez más gruesas lágrimas —pero no mejora, Katashi...
—Sana...
—Fallé en algo... no tengo ni idea en qué pero si enfermó fue por mi culpa... Y-yo... he tenido cuidado, he seguido guías, me he informado para cuidarle bien pero... ahora está así... —Suspiró cansada y la mano del castaño se posó sobre las suyas temblorosas, acariciandolas para calmarle.