CAP 3. La noche

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En cuanto vi aquel hombre desaparecer de mi vista, comenzé a caminar buscando un taxi que me pudiera llevar a mi departamento, no pasaba ningún taxi ni autobús ya que era algo tarde así que decidí caminar en medio de la calle oscura y callejones húmedos, no me daba miedo pues sabía defenderme yo sola, solo me inquietaba el hecho del silencio.

Escuché como un auto se acercaba a mi disminuyendo la velocidad de este. Oh sorpresa, era Bill, el chico que acababa de conocer.

- "Vamos, sube, te llevamos" dijo mientras señalaba la parte trasera del asiento del auto

Dude un poco en subirme a ese auto con ventanas totalmente polarizadas y empañadas por el frio, cómo iba a subirme al auto de alguien que acababa de conocer.

- "Te quedarás parada? No muerdo, tranquila" murmuró Bill para convencerme de entrar al auto

- "Sisi, voy" solté mientras me dirigía al auto

En cuanto entre en la parte trasera y cerré la puerta, pude notar otra presencia en el auto, era un chico blanco, con trenzas negras, labios seductores, ojos tan profundos y negros como la noche sin algún tipo de sentimiento en ellos.

- "Hola, Buenas noches" dije dirigiendome hacia aquel hombre de extraña procedencia

- "Hey" se limito a decir algo más mientras jugueteaba con un persing que adornaba sus labios

Durante todo el camino sentía una mirada pesada y desconcertante en el espejo retrovisor mirándome por segundos, para mí sorpresa era este chico con trenzas, me miraba tan seguido que parecía que queria hacerme daño.
Cuando llegamos a mi departamento baje del auto y agradecí con una sonrisa en el rostro a Bill y aquel hombre extraño

- "Muchas gracias por traerme, te debo una" dije mientras me alejaba para entrar a mi departamento

- "No agradezcas, nos vemos después, que más da, sabemos dónde vives ahora" dijo para después alejarse y perderse en la oscuridad y neblina de la noche

Me asustó un poco el hecho de que supieran dónde vivo, pero bueno que puede pasar.
Deje mis maletas sobre el suelo y me dirigí a la cama, había sido un día muy agotador para mí y realmente necesitaba descansar.

8:30 am

*Ring, ring, ring* Sonó el despertador.

Me levanté, era temprano pero tenía que limpiar y arreglar este lugar ahora llamado "casa". Mientras limpiaba todo me dio hambre, así que decidí ir al supermercado más cercano, así podría conocer más el lugar, cuando subí al ascensor unas chicas corrieron y detuvieron este para entrar en el.

- "Oíste de la fiesta de esta noche?" Dijo una de las chicas

- "Siii, estoy tan emocionada, irás verdad?" Respondió la otra chica

- "Estás jugando? No me la perdería por nada, además, escuché que Tom estará ahí" soltó mientras una sonrisa pícara se dibujaba en su rostro

Las puertas del ascensor se abrieron de para en par y las chicas salieron. "Una fiesta he" pensé, "debo aprovecharla para conocer gente nueva, no quiero ser un bicho raro que siempre esté excluido".

Salí del ascensor y fui a realizar mis compras de lo más normal, finalmente cuando llegó la noche comencé alistarme para ir a esa dichosa fiesta, por suerte había escuchado la dirección de esta así que preguntando no me tomo mucho tiempo encontrar el lugar.

(Recomendación: reproducir: Freek a leek - Petey Pablo)

Cuando finalmente encontré el lugar vi en la entrada que solo estaban dejando pasar a las chicas y los hombres tenían que hacer fila, así que puse mi mejor cara y me dirigí, para mí mala suerte un hombre vestido de negro se interpuso en mi camino evitando que entrará.

- "Quién eres?" Dijo el fuerte hombre

- "Soy nueva aquí, podrías dejarme entrar porfavor?" Solté con una sonrisa un poco desconcertada

- "Lo siento, si el jefe no te conoce no puedes entrar, órdenes del jefe linda"

De pronto alguien grito mi nombre con entusiasmo.

- "Megaaaan, que sorpresa verte por aquí y más en fiestas como estas" Era Bill

- "Si bueno, quería conocer más el lugar pero parece que hoy no es el día" dije mientras miraba al tipo alto y musculoso de la entrada

- "Enserio? Este idiota no te dejo entrar?" Pregunto Bill levantando una ceja y girando la cabeza lentamente en la dirección del hombre

- "O la dejas entrar, o te enfrentas a las consecuencias estupido" dijo Bill en un tono desafiante mientras me sujetaba del brazo

El hombre no dudo en déjanos entrar a los dos. En cuanto entramos, el lugar era increíble, mujeres rubias y delgadas vestidas con minifaldas, bailando y frotándose en los cuerpos de los chicos borrachos y drogados.

Bill me llevo a una mesa donde estaban otros tres chicos, me los presento como Gustav, George y Tom.
Los chicos solo me miraron y se limitaron a decir "hola" pues para ellos parecía otra chica más del montón, nada especial, solamente una puta más.
Todos me saludaron, excepto Tom, el solamente me miró y antes de que pudiera decir algo se levantó de la mesa y se perdió entre la multitud.

𝘾𝙤𝙢𝙚 𝙬𝙝𝙞𝙩𝙚 𝙢𝙚...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora