Poder sin culpas

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Wendy ya estaba en el parque cuando Ana llegó. Por primera vez estaba ahí mucho antes, sentada en un banco de piedra cuando la vio y se puso de pie de un salto.

- ¡Dios mío! ¡Esto es mucho! ¡Es demasiado! - decía y agitaba los brazos. La Wendy que tenía cada minuto de su vida asignado a una tarea en su agenda, de repente se agitaba y al instante siguiente se sentaba, se volvía a parar y se sentaba - No sé ni por donde empezar... ¿Sabes lo que significa?

Ana aún estaba de pie sin decir palabra.

Wendy sacó un paquete de cigarrillos de su bolso. Por el color del papel, Ana notó que también guardaba ese paquete para un momento de urgencia. Y quedaban dos cigarrillos. Ofreció uno a Ana y encendió el último con un temblor de su mechero.

- Te hizo Layla una foto y con el flash tu cara cambió. Tus ojos, tu expresión. No sé pero me di cuenta que algo pasaba, que esa Ana no sabía donde estaba.

"Dijiste en voz alta que otra vez estabas ahí. Y mirabas todo. Recorriste la casa.

"Tranquila, te seguí por todas las habitaciones. Me preguntaste si al final me había casado, por lo que entendí que me reconocía. Fue muy gracioso cuando me preguntaste si ese era tu marido, señalando a Mauricio, con cara de decepción. Pero te gustaba tu hogar, tus fotos, los muebles, el armario que abriste de par en par.

"Entendí que para esa Ani todo era nuevo. Y cuando Camila la llamó mamá, se alborotó y se puso detrás de mí.

"Luego nos llamaron a la mesa y propuso un brindis. Sacudió la cabeza y estabas de nuevo allí con nosotros"

Wendy se ríe con la boca abierta. Mira a Ana, que se sentó a su lado.

- A todo esto ¿Tú dónde estabas?

- En la misma playa. Entre la foto que me hizo Layla y una que intentó hacerme mi padre... cuando quise avisarle de su enfermedad.

- ¿Quisiste cambiar eso? Pero... tu padre sigue muerto ¿No?

Ana asiente con la cabeza.

- No cambié nada. Bueno, puede que sí, ya no siento la culpa de no haber podido hacer nada por él. Fue su destino.

Wendy sube sus pies y apoya sus codos en sus rodillas. Su respiración se calma.

- Entonces ¿Para qué regresas? Es decir ¿Para qué tener el poder de regresar al pasado si, hagas lo que hagas, no cambiará nada en el presente? No tiene sentido. Las películas y las teorías sobre el tiempo hablaban de paradojas y cosas así. Y sin embargo, tú has atravesado un portal. Y la de tu pasado ha estado aquí, pero nada ha cambiado.

- Excepto mi culpa por mi padre - Acota Ana, que se recuesta en el banco de piedra y mira al cielo que se refleja en sus gafas oscuras - Hoy me voy a trabajar por la tarde y estoy feliz. No me puse filtro solar ni ninguna de mis cremas. Tengo un viaje que gané y que voy a disfrutar porque hace años que no voy a la playa. Y tengo un poder para visitar el pasado que ya veré cómo aprenderé a manejar. Un poder sin culpas. Creo que sí, ha cambiado algo.

Ana se pone de pie. Wendy la imita y ambas inician el regreso por un sendero donde la vegetación tejió un túnel.

- ¿Qué vas a hacer? ¿Tienes todo listo para el viaje? - dice Wendy.

- Ahora voy a visitar a mi madre. Necesito unas fotos porque haré un experimento.

- ¿Un experimento?

- Sí - dice Ana y se gira hacia Wendy - y vas a ayudarme, porque te quedarás con la pequeña Ani... Mientras dure el viaje.

Verás tus piernas pasarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora