capitulo 12| Poussin.

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Martes 14/ Octubre.

Esa tarde Felix contiuaba llorando en el sillon viejo de Minho mientras escuchaba Happy Than Ever, tal vez él karma de darle brownies quemados a Minho; con tal vez un analgésico para hacerlo dormir en una reunion importante de trabajo cuando eran roomies para molestarlo le estaba llegando. Bien, no tuvo que hacerlo, pero el maldito había tirado casi toda su colección de victoria secret, ¿Qué se creía? ¿Homofóbico? Era igual o más gay que él, definitivamente lo había hecho por molestar porque sabía bien lo que es y lo que cuesta una colección de victoria secret.

Pero los recuerdos de aquella época eran lo de menos; el verdadero problema era el estúpido pelinegro del que estaba enamorado. De verdad no se lo creía era tan ingenuo al creer en los hombres. Pero no se culpa porque bien Hyunjin puede pasar por un chico amoroso, Comprensivo y sensible.

- Ese maldito si que sabe mentir, gran hijo de- sus maldiciones se vieron interrumpidas por el golpe de su cuchara contra el fondo del envase de helado; se había acabado por fin todo el envase, decepcionado y con algo de pesadez se paro de su lugar. ¿Qué si le preocupaba subir de peso? Claro pero su depresión era más grande ¿Qué si no le daba culpa acabarse los helados de Minho? Para nada, para algo estaban y si no se los acababa él, pues Felix lo haría.

Llego al refrigerador y saco un nuevo bote de helado esta vez de Vainilla, lo abrió y comenzó a comerlo. Pero en el momento que quiso dar el primer bocado callo al piso, triste por su pedazo de helado desperdiciado comenzó a soltar lágrimas; en este punto cualquier error o cosa que hacía le daba tristeza.

Dio un paso y la puerta sonó estruendosamente, la tristeza se esfumó y susto llego tumbando su corazón. Dio un salto en su lugar, pero vaya, el helado aún no se había limpiado, su pie tocó fue hacia delante y el resto de su cuerpo para atrás, tratando de salvarse jaló el mantel de gatitos que se encontraba en su isla; por supuesto no era consciente de los cinco vasos de fresas. (Regalo de Beomgyu al enterarse que a Minho también le gustaba Nana). La caída fue eminente, causando una catástrofe. Felix se encontraba en el suelo, su cuerpo estaba manchado, el piso estaba repleto de vidrios sin mencionar que las sillas de la isla estaban también tiradas. Pronto el dolor llegó pero también la frustración. ¿Quién putes tocataba a estas horas? ¿No todos los malditos vecinos estaban fuera?

Pero su enojo creció aún más cuando escucho un "¡En la casa de Minho hay des fantômes!" QUE IDIOTA CREÍA QUE UNA CAÍDA DE TAL MAGNITUD SE DEBÍA A UN FANTASMA. No tenia la intención ni las ganas de pararse, el dolor se lo impedía y el enojo también. Si se paraba gritaría de pura rabia.

Solo pasaron unos segundos para que otro toque pero más suave se escuchara

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Solo pasaron unos segundos para que otro toque pero más suave se escuchara.

-¡Esta todo bien ahí dentro! - una voz impostada amortiguada por la puerta se escucho. Creía saber quien era pero aún mantenía su duda.

- ¡¿ QUIÉN CARAJOS ES?! - grito con un tono severo.

- ¿Felix? Cariño soy yo, Jeongin - respondió aquella voz dulce y gentil que siempre mantenía, sin importar la situación Jeongin se mantenía sereno, por eso se le conocía como el chico tranquilo del barrio. Junto con su pareja Bangchan eran los dueños y administradores del edificio. Se podía decir que eran la pareja perfecta, dulces como la miel, cariñosos como los peluches, serenos como las tardes de verano y amables como dos viejitos; pues ambos estaban casados desde ya cuatro años. Recuerda que al llegar casi llora ya que la pareja le recordaba a sus padres, ambos son tan hogareños que cualquiera rogaría por ser adoptado por aquellos dos.

Tea Boy| Hyunlix !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora