06: Me agradas, idiota.

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Medianoche. La voz robotizada hace eco por toda la estación para los pocos que seguíamos ahí a la espera de nuestro tren, nos avisaba que debido a un problema en las vías el tren se retrasaría por unos minutos más, debíamos seguir al pendiente de los anuncios para no perderlo. Me hundí en mi asiento de nuevo abrazando mi mochila contra el pecho y fijando la mirada en la franja amarilla que servía para limitar lo mucho que debíamos acercarnos para no caer en las vías, los asientos a mis lados están vacíos pero mi compañero se encuentra sentado en el suelo como si fuera un pordiosero con un puchero en sus labios y sus ojos somnolientos. El sueño comenzaba a adueñarse de nosotros y por mucho que intentáramos ser fuer en algún punto caeríamos dormidos y cansados.

Lo escuché quejarse cada hora que estuvimos ahí, me había sorprendido un poco que tras escuchar el anuncio él no se quejó de nuevo y en lugar de eso guardo silencio total. El carisma y la confianza que siempre iban con él se habían esfumado con el pasar de las horas hasta dejarlo de esa forma, ya que teníamos algo de tiempo me levante de mi lugar y me estiré un poco, dejé mi mochila sobre el suelo y con un pequeño toque en su hombro intenté llamar su atención, falle pues el chico no tuvo ninguna reacción a mi toque en ningún momento.

—¿Quieres algo de la máquina expendedora?— ofrecí agachándome unos centímetros para poder escucharle hablar. Casi pude apoyar todo mi tronco superior en mis piernas solo para poder estar a la altura de él y escucharle. Gojo por fin reacciona, espabila un poco cuando sus manos golpean ambas mejillas con poca fuerza y por fin me mira — ¿Quieres algo o no?

— Café — dice — O alguna bebida energética.

—¿Solo eso? — insistí. Si al subir al tren le daba hambre o deseaba algo más ya no podríamos comprarlo hasta la siguiente parada que sería por fin nuestro destino. El ni siquiera se toma el tiempo de pensar un par de segundos para volver a asentir dando por seguro que solo querría algo de tomar para el resto del camino.

Sin más me levante de mi asiento con mi mochila en mano y me aleje de ahí caminando en el pasillo de la estación de trenes. La máquina expendedora casi estaba cerca de la entrada así que tuve que tome un buen tramo de distancia hasta llegar a ella. Me acerque al vidrio observando lo que está contenía y pude identificar unas barras de avena, café en lata, gaseosas, agua embotellada y también las bebidas energéticas, rebusque entre mi mochila mi cartera dando con ella y tome un billete para pagar todo de una sola vez, las cosas cayeron y yo las tome de la ranura sintiendo lo frío que estás estaban.

Dos barras de avena, café y una bebida energética. Considere eso lo suficiente para soportar durante el camino, aún seguía sintiéndome llena por la pizza y si comía demasiado podría llegar a sentir náuseas. Me giré sobre mis talones para volver a caminar hasta donde mi compañero estaba, para mi sorpresa él había dejado de estar sentado sobre el suelo y por fin ocupaba uno de los lugares que habían disponible, él me busca con la mirada encontrándome casi de inmediato pero su rostro inexpresivo es lo único que recibo. Me detuve cuando estuve frente a él y le extendí la barra de avena y su bebida la cual el solo observo.

—¿Cuanto fue?— me pregunta buscando en sus bolsillo. Yo negué de inmediato, unos simples snacks no iban a llevarme a la bancarrota así que no le contesto y solo dejo las cosas sobre sus piernas.

Me senté por fin marcando una distancia entre ambos al dejar un asiento libre. Me apresuré a abrir la barra y comenzar a comerla en bocados pequeños sintiendo el sabor de la avena y miel en mi boca, lentamente él hambre comenzó a disminuir aunque no era mucha al menos me aseguraría de poder sobrevivir hasta nuestro destino.

— ¿Por qué reaccionaste así?— el silencio entre ambos vuelve a acabar esta vez por parte del mayor. Él tiene su bebida abierta y le da un largo sorbo antes de desviar la mirada en mi dirección. Me erguí en mi lugar, de alguna forma escucharlo preguntar eso me ponía en alerta.

CARDIGAN ➳ GOJO SATORU; JUJUTSU KAISENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora