12: A puesto a que piensas en mi.

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Era pasado de medio día, la luz que entra por la ventana de mi dormitorio me da en la cara de lleno al punto que tuve que cubrirme aún más con la sábana, pero al pegar el tirón de esta note que pesaba, que era difícil cubrirme con ella y fue entonces cuando imágenes de la noche anterior y de esta mañana llegaron a mi cabeza una tras otra haciéndome recordar todo. Y sobre todo él porque Satoru Gojo dormía plácidamente a mi lado con su mano izquierda colgando fuera de la cama y su mano derecha sobre mi hombro, su pecho sube y baja con cada respiración que da, sus largas pestañas que van a juego con su cabello revoltoso, sus lentes han acabado en el piso junto a sus zapatos y mi ropa.

Es una escena del crimen, cualquiera que lo viera podría incriminarnos de aquel vil delito pero la verdad era que no había ocurrido nada. Solo habíamos dormido. Me revolví en mi lugar intentando sentarme pero falle por completo porque la mano de Satoru que tomaba mi hombro cambió su agarre a mi cintura de forma rápida ejerciendo fuerza y que no pudiera moverme. Necesitaba salir de la cama a cómo diera lugar, ya no tenía sueño y en cualquier momento Umiko podría entrar por la puerta lista para hablar sobre nuestra desastrosa noche o hacerme preguntas sobre cómo había acabado vomitando todo en medio de la calle con Nanami sosteniendo su cabello.

Satoru dormía profundamente. Creía que si lo movía no se levantaría, incluso con un terremoto ocurriendo daba por hecho que el chico seguiría dormido. Las malas noches de nuestra misión y la de ayer tal vez le estaban pasando la cuenta y por eso dormía así de profundo, todavía no podía creer que él y los chicos habían ido a por nosotras, es decir, no dudaría en que irían a por Umiko pues ellos eran muy cercanos pero por mi, incluso Satoru lo había confirmado. De nuevo, fugaces momentos llenaron mi mente con imágenes demasiado claras de una versión borracha mía y un Satoru enojado que me besaba acorralando mi cuerpo contra la pared.

Negué varias veces intentando que mi cabeza volviera quedar en blanco. No debía pensar sobre eso ahora, lo que debía hacer era ordenar mi cuarto, tomar un baño y cerrar mi habitación y las ventanas hasta que el chico se levantara de su profundo sueño. No quería despertarlo, sería grosero de mi parte hacerlo y más cuando había recibido su ayuda y favores de su parte, lo mínimo que podía darle de vuelta era permitirle dormir hasta donde él quisiera.

Siempre había tenido cierta envidia y resentimiento hacia Satoru y Rina. Incluso podía jurar que lo seguía sintiendo muy dentro de mi a pesar de ahora ser más cercana a ellos, quería sobresalir, quería ser considerada como alguien fuerte pero sobre todo que reconocieran mi valor. La mano de Satoru aún sostiene mi cintura y su rostro se esconde entre las almohadas, he tenido que estirar mi mano hacia su rostro para apartarle un par de mechones que le caen sobre esta, su ropa está mal acomodada que sus clavículas han quedado al descubierto, su piel es tan pálida que podía jurar que se trataba de alguien enfermo pero solo era su color natural, así como ese cabello suyo tan platinado y brillante.

Viéndolo de esa forma, cada detalle que había pasado por alto ahora era mucho más fácil de identificar. Y pensar que aquella vez en el hotel pudo terminar en algo y que incluso ahora seguíamos caminando entre esa línea delgada. ¿Me gustaba? Si, quiero decir, es apuesto y aunque tiene un maldito humor y una personalidad tan molesta una vez se comporta seriamente no puedes evitar caer a sus pies. ¿Yo le gustaba? No, tal vez para el solo era una de esas chicas que él podía tener por un par de días, una de esas chicas que no pedían algo serio y con las que podía divertirse hasta aburrirse. ¿Me dolía? No, porque yo no tenía sentimientos por el, pero ahí estaba eso, esa tensión que se había plantado entre nosotros y que no podíamos ignorar cada vez que ambos estábamos solos.

Porque Satoru Gojo es fuego y yo nunca he sentido de cerca la calidez de este.

Acaricié por última vez su rostro, mi dedo delineó con delicadeza desde su pómulo hasta su barbilla y contemplé sus labios. Podía besarlo, podía tomar su boca con la mía y darle un beso sin que él lo supiera, pero no debía, no podía hacerle algo así cuando él solo dormía. Lance mi cuerpo hacía su dirección para llevar mi rostro hacia el suyo, sentí su calidez y con sumo cuidado plante un solo beso en su mejilla, uno que duró solo unos segundos pero que guarde en mi mente. Fue todo, volví a alejarme y esta vez con toda la intención de salir de la cama por fin, pero el destino tenía otros planes para mi.

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⏰ Última actualización: Sep 30, 2023 ⏰

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CARDIGAN ➳ GOJO SATORU; JUJUTSU KAISENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora